【Capítulo 1 - Una mañana como cualquier otra】

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—¡A despertar!—Dijo mamá muy fuerte

Todos los días, sin excepción alguna, mucho más antes de lo que suena mi alarma, mamá me despierta, yo acostumbrado a que realmente mis horas de sueño no se cumplan como organice en mi celular, me levantó de la cama, y sin reproche, me pongo manos a la obra.

La hora del desayuno, es variada, no siempre se cumple la misma hora, ya que el ingreso de mamá al trabajo no es fijo en la semana, a veces entra un poco más tarde, otras ocasiones un poco más temprano, y así.

Hoy fue un día, el cual ella ingresa tarde, así que comimos y tomamos con tranquilidad el desayuno que nos preparamos, té de canela y clavo, huevos cocidos, una bolsa de ocho panes y un poco de palta.

Muy nutritivo y satisface completamente nuestros estómagos, un desayuno completo, sin duda, mientras que de fondo veíamos la noticia, casi siempre mencionaban muertes y asesinatos, algo ya muy normalizado, así que lo vemos como algo que pasa todos los días y lo cual no podemos evitar.

—¿Hoy irás a una nueva academia?—Me preguntó mientras masticaba un pedazo de pan.

Yo ahora ando preparándome para mi próximo examen de ingreso a la universidad, la cual es una pública, por lo tanto, es bien peleado el ingreso, porque muchos son los postulantes y pocas son las vacantes disponibles para poder ingresar.

Para reforzar mi estudio, decidí adentrarme en academias de preparación universitaria, ya había pasado por varias, pero no me convencía, ya que no sentía esa desesperación tan fuerte de querer aprender, hasta que hace unos días atrás, un conocido me pasó cierta información.

—Por cierta calle, cercana al centro de la ciudad, hay una academia muy buena y con reconocidos profesores—Dijo.

Sin nada que perder, me guié por el comentario, fui a ver si era verdad, al llegar y adentrarme un poco con permiso de las personas que administran la academia, pude ver que realmente cumplía con mis tres requisitos, los cuales son:


1)-Pocos alumnos, ya que así sería más personalizada la enseñanza.

2)-Cercanía, solo bastaba un bus para ir y otro para volver a casa

3)-Buen ambiente, un ambiente sin tanto bullicio, propicio para que prolifere la concentración


Con solo eso, ya una academia tenía lo que yo quería, no exigía mucho, pero realmente a mí me bastaba esas tres cosas, así que pensé en quedarme ahí, hasta el día del examen.

—Sí, mamá, ojalá y realmente no este tomando una mala decisión—Respondí mientras pelaba la cáscara de un huevo cocido.

Ya no quería cambiarme a otra academia, quería confiar ciegamente en que realmente esta sí era la indicada.

—Está bien hijo, te daré el dinero para que te inscribas—Dijo mamá sonriendo mientras miraba como me quemaba al pelar el huevo.

Fue entonces que en esa conversación, la decisión acerca de mi permanencia en esa academia, durante las próximas semanas venideras, ya estaban aseguradas.

Una vez acabé de comer, agarré el dinero y caminé hacia mi cuarto, sentí un poco de pesadez, la comida me dio ganas de volver a echarme en la cama, así que ignoré mis ganas de flojear y me alisté rápidamente, ya que el turno que me tocaba para ir a estudiar, era el de la mañana.

No tenía mucha ropa, bueno, realmente sí, pero no era de mi agrado, ¿no les pasa que tienen muchas prendas, pero no se las ponen por el hecho de que no les queda?, eso mismo me ocurría, por eso es que mi cabeza decía que no tenía mucha ropa, refiriéndome a que realmente tenía poca que podría catalogarla como "utilizable".

SEMILLITAS DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora