La depresión tiene muchos rostros y sin duda el más visible es el más falso, es el que le queremos mostrar a la gente. El día que lo conocí, lo recuerdo muy bien y es que me encontraba en una profunda tristeza, en casa todo eran gritos y caos, solo quería salir y no volver jamás, pero no podía hacer eso, o al menos eso creía, así que solo salí un rato a despejarme, hasta que choqué con alguien mucho más alto que yo.
***: Lo siento, venía distraído- dijo una cálida voz delante de mí.
Tn: No... yo lo siento, venía pensando en otra cosa- dije mientras limpiaba mis lágrimas, sin siquiera voltear a ver a ese extraño.
***: ¿Te encuentras bien linda?- preguntó con cariño, lo suficiente para hacerme caer de rodillas y empezar a llorar nuevamente.
Recordándome las palabras horribles que me había dicho mi padre al salir de casa, un extraño me había mostrado más cariño con unas simples palabras. Este al verme en ese estado se agachó a mi altura y me abrazó.
***: Tranquila- dijo mientras me acariciaba la cabeza, sin cuestionar nada. Un simple gesto humano, que me hizo llorar aún más.
Después de estar llorando un buen rato con él, mi respiración volvía poco a poco a la normalidad y pude ver a quien me tenía entre brazos. Era un chico de unos 27 años aproximadamente, tenía el cabello largo y unos ojos preciosos que me produjeron mucho calma, dejándome pasmada unos segundos mientras nos veíamos fijamente.
Tn: Yo... lo siento otra vez, eso fue vergonzoso- dije limpiando las lágrimas de mis mejillas e intentando pararme. A lo que él me ayudó.
***: No no... no te disculpes. Lamento mucho si te sucedió algo que te hiciera explotar de llanto- dijo con total empatía y cariño que hizo sentir a mi corazón apachurrarse.
Tn: Si... está bien-
***: No lo está... ¿quieres hablarlo? Estoy libre, podemos ir a una cafetería a hablar si gustas- dijo dándome una sonrisa de aquellos preciosos labios.
Tn: Yo... no quiero quitarte tu tiempo- dije apenada.
***: Para nada... me encantaría ayudarte... soy Tobias Forge por cierto, ¿y tú preciosa?- dijo estrechando su mano.
Tn: Me llamó Tn, Tn Ta, un gusto Tobias- dije esbozando una pequeña sonrisa, mientras tomaba su mano.
Tobias: El gusto es mío... ¿entonces? ¿qué dices? ¿vamos?- cuestionó con una gran sonrisa que me derritió el corazón.
Tn: Claro que sí- respondí agarrándome de su brazo el cual me había extendido.
En el camino, ninguno de los dos pronunció palabra, yo me sentía muy nerviosa y triste como para decir algo, hasta que al llegar nos sentamos en una mesa con una vista bastante acogedora del sol saliendo.
Tobias: ¡Hola! ¿Podría traerme un café y... ¿de qué quieres tu helado linda?- preguntó sonriéndome nuevamente.
Tn: No, un café también- afirmé
Tobias: No, cuando estás triste lo que anima es un helado, ¿de qué lo quieres? anda- dijo tomando mi mano, brindándome confianza.
Tn: Vainilla entonces- dije sonriéndole
***: Ahora traigo sus pedidos- dijo el mesero, a lo que Tobias le agradeció y después se retiró.
Tobias: Y bueno linda... cuéntame... ¿por qué llorabas?- dijo ladeando su cabeza con ese lindo cabello suyo.
Tn: Bueno... mis padres habían estado discutiendo cómo suelen hacerlo siempre...y esta vez cuando lo alejé de mi madre... él me dijo cosas horribles. Además, me llamó endemoniada por estar deprimida y dijo que solo necesitaba rezar, pero no se si eso sea lo ideal... yo solo quiero estar muerta o huir...estoy cansada- dije recargando mi cara en mis manos, mientras que volvía a llorar. A lo que Tobias tomó mis manos entre las suyas.
Tobias: Te entiendo Tn... yo igual tuve algunos problemas en casa, mi madrastra era una mujer muy católica e igual me golpeaba por todo, no entendía porque era así. Pero yo no creo que merezcas que tu padre te diga cosas horribles. Eres una chica muy linda- dijo sonriéndome y contagiándome de esta.
Tn: Gracias Tobias...- dije mientras que el mesero traía nuestros pedidos y le agradecíamos.
Tobias: Y bueno... ahora come- dijo con suavidad.
Mientras comía, miraba a la ventana y luego a Tobias, el cual me miraba con mucha insistencia, como si fuese algo diferente para él, no en el mal sentido. Sino con curiosidad y aunque me ponía nerviosa que un chico tan guapo me viera, me agradaba, me hacía sentir especial.
Una vez que terminamos de tomar y comer, Tobias volvió a hablar.
Tobias: Tn...¿vives donde choque contigo cierto?- preguntó alzando una ceja.
Tn: Si... ¿y tú?-
Tobias: No... ahí vive un amigo mío-
Tn: Oh... con razón jamás te había visto. Siempre estoy más afuera que en casa- dije mirando a la ventana otra vez, impresionada por los preciosos colores del amanecer.
Después de un rato de mirar hacía el sol, noté que Tobias nuevamente me estaba mirando antes de volver a hablar.
Tobias: Tn... se que es algo loco lo que te voy a decir. - dijo jugando con sus dedos.
Tn: ¿Qué pasa?- inquirí nerviosa.
Tobias: Yo creo en el destino y... se que conocerte ahora no es casualidad. Mañana me voy de gira con mi banda a Europa y me preguntaba si, ¿te gustaría irte conmigo? No quiero que estés en un hogar donde no te traten como deberían, yo puedo ayudarte- declaró con honestidad, mientras me extendía su mano.
¿Qué? ¿Era en serio? ¿Quería que me fuese con él? ¿Así nada más? ¿Y mis padres? ¿Qué dirían? En si aún éramos extraños...Todo eso daba vueltas en mi cabeza, mientras intentaba razonar lo que me acababa de decir.
Tn: Pero... no nos conocemos- manifesté confundida con una media sonrisa.
Tobias: Lo sé... pero tenemos mucho tiempo para eso, me encantaría conocerte más y si me lo permites, también me gustaría que me conocieras. Además es tu oportunidad de independizarte y ser feliz- dijo riendo, haciendo que yo hiciera lo mismo.- ¿Qué dices?- articuló tomando mis manos otra vez.
Tn: De acuerdo- afirmé sin preocuparme de los demás, sino solo por mí y mi felicidad...
Después de aquello, puedo decirles con seguridad que huir de casa fue lo mejor que pude hacer, nunca más volví ni tampoco volví a llorar de tristeza. Tobias y yo con el tiempo nos fuimos conociendo y viajamos, mientras que yo lo ayudaba con cosas de la gira y terminaba de estudiar mi carrera. Nos volvimos mejores amigos y después de un tiempo se había vuelto mi novio. Conocimos muchos países y actualmente estábamos casados. Teníamos un lindo niño, el cual era muy parecido a él y que quería que cada noche le contara las aventuras que habíamos tenido su papá y yo, aunque por supuesto sin contarle como huí con él. Pero sin duda, había sido la mejor decisión de mi vida y nos amábamos mucho. Nunca olvidaré aquel preciado recuerdo de cuando lo conocí, como me alejó de las personas y sombras de sentimientos negativos que tenía y me ayudó a convertirlos en un bello hogar con mucho rock...
