Patria dividida

Parte 1

Era un día de agosto cuando decidí ir por primera ves al teatro de la ciudad. Fui solo, pues nadie de mi familia disfrutaba de esas actuaciones que ellos llamaban "falsas" o "estúpidas", hubiera ido con mis amigos, pero tampoco les parecían divertidas, ellos solo pensaban en mujeres y futbol, lo cual no me importaba, pero si me molestaba.

Tristemente ya estaba acostumbrado a hacer las cosas por mi cuenta cuando se trataba de divertirme, y aun que me ponía triste tener que ir solo, me reconfortaba un poco también

volviendo al tema. llegue al teatro tipo 10 de la noche, apenas había iniciado la noche, pero ya parecía pueblo fantasma, todo cerrado, todo oscuro, todo asqueroso. Las calles llenas de basura y bolsas de plástico, colillas de cigarrillo y botellas de cerveza como borrachos y indigente durmiendo( o muriendo) plácidamente en la acera, y aun así, ante todo este basurero, las puertas del teatro estaban abiertas de par en par, esperando a cualquier hombre, mujer o cosa que quisiera entrar a mirar una obra y escapar de las calles.

Entre sin muchas expectativas al lugar, pues el exterior del teatro se asemejaba mucho a todo el basurero de afuera. no había dado muy buenas impresiones, pues habían ladrillos caídos, paredes garafateadas y una ventada con un anuncio del supermercado éxito. a pesar de que el exterior pareciera una pancarta de marcha por los derechos humanos hecha a ultima hora, el interior estaba organizado y limpio. El piso estaba reluciente, las paredes sin una mancha, la alfombra no tenia manchas de agua o grasa, las sillas estaban impecables y no había ninguna botella de cerveza tirada en el piso. Fue impresionante la belleza del lugar, parecía algo de otro mundo, algo que comparado con el exterior fuera una victoria total a favor del teatro.

El lugar era hermoso, eso no lo podía negar, y aun embobado por la belleza de este, continúe el pasillo hasta llegar a una taquilla, donde había un hombre que miraba su celular, sin prestarle atención a mi presencia, vistiendo un uniforme y una camisa que tenia plasmado el logo del teatro. Sentado y recostado contra la pared

Buenas noches, en que le puedo ayud... - Dijo el hombre levantando la mirada cansado para después interrumpirse a si mismo, petrificándose y poniendo una cara como si acabara de ver un muerto

Fingí no notar esto y le mostré la boleta para que esto terminara rápido. El se tomo su tiempo y me mire el rostro con el asco mas indisimulado que alguien me a dado.

-irrespetuoso, pero meh- pensé

Lamentablemente, sufrí un accidente que hizo que mi cara no tuviera piel en toda la mitad derecha de mi cara, haciendo que una parte de mi cara, sea la de un adolescente de 20 años, y la otra de un pedazo de carne que a veces palpita

viene a ver la obra? - Pregunto fingiendo amabilidad mientras miraba el piso

Respondí afirmativamente entregándole el tiquete al hombre. El me quito de las manos el tiquete lo mas rápido que pudo y para ponerlo en la mesita que tenia la taquilla y saltar desesperado de su silla para abrir la puerta y darme paso, todo esto sin mirarme a la cara. Cuando abrió la puerta, se dirigió en seguida a la taquilla

Pase - dijo tapándose los ojos con su gorra, mientras se sentaba y tomaba su celular nuevamente

Las reacciones nunca me sorprendían, ha veces eran graciosas, ha veces no...

En el momento en el que el abrió la puerta, mis ojos se iluminaron, y por un momento quede ciego, para después ver un hermoso lugar, que la verdad, superaba mis bajas expectativas

Al entrar podías ver en varias sillas acomodadas en filas, cada fila mas abajo que la anterior para poder darle vista a la fila superior. Las sillas no tenían patas, pues estaban conectadas a una micro pared que servía como soporte. Estas sillas tenían una guarnición café y un cojín rojo que se extendía por todo el asiento hasta el respaldo. El piso era cubierto por una "fina" alfombra color Vinotinto y las paredes tenían un color verde amarillento que hacia ver mas oscura de lo que era el lugar. Al frente de todo, había una tarima de madera que variaba de matices blancos a cafés claros y que tenia pesadas y largas cortinas rojas colgando para tapar lo que estaba pasando detrás