25. Sentir Sin Decir

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Alexander.

El funeral de Narci se llevaría a cabo al día siguiente, por lo que las horas estaban contadas para mí. Desafortunadamente para Jonathan, ya no me sobraban ni siquiera minutos para poder explicarle la historia tan larga que envolvía aquel asunto.

—Prometo que te explicaré todo, pero es momento de que vuelva a mi casa. Hay cosas que aún debo gestionar lo antes posible —Me conduje directamente hasta la mesa, de donde tomé unas tijeras que pronto utilizaría para liberarlo.

—Entiendo, pero en serio desearía que pudieras decirme si quiera un detalle de lo que está pasando —insistió mientras tanto.

—Bien —Suspiré —. Lo único que puedo decirte es que tenía un plan y se me salió de las manos, estábamos todos en peligro y yo ni siquiera me daba cuenta. Una cosa llegó a la otra, estuve discutiendo con este tipo y subestimándolo de manera a que no tenía oportunidad contra mí — Me prestó total atención sin titubear —. Luego él actuó y ahora estamos en esta situación, por el cual me siento bastante responsable y lo siento por eso, Jonathan.

Lo liberé y comenzó a masajearse los brazos mientras que su mirada se conducía al vacío, quizás procesando todo lo que acababa de decir.

—¿Qué planeas hacer ahora? —preguntó.

—Debo acompañar a Melissa al funeral de Narci, mañana en la mañana.

—¿Y mientras tanto me quedaré aquí?

—En realidad, lo correcto sería que salieras a dar tu declaración.

—¿Cómo podría mostrar la cara luego de eso?

Le dí la espalda y subí por las escaleras, no sin antes concluir.

—Es lo correcto.

Una moneda al aire, así podría definir todo lo que acontecía en aquel tiempo. El reloj resonaba en la esquina de mi frente con expresión de estrés, pues mis horas ya estaban contadas.

Una paranoia me invadía durante todo el camino, no podría soportar la idea de que me estuvieran vigilando a cada instante. Pisé el acelerador y decidí llegar a casa lo más rápido que podía, no deseaba oír ni un minuto más la voz del remordimiento.

Metí el auto en el fondo de la casa y me adentré por la puerta trasera, casi de inmediato saqué la botella con agua del refrigerador y lo estampé entre mis labios. Fue un intento desesperado por calmar el ardor en mi pecho.

¿¡Cómo pude ser tan idiota!? Me cuestioné.

Necesitaba un plan para hacerlo caer, antes de que cometiera otro golpe, pues no podría soportarlo, ni Melissa, nadie.

—Deberías usar un vaso —María atrevesó la puerta interrumpiendo mi aura desdichada, se rodeó los ojos con los puños. Al parecer la desperté con el ruido.

—Lo siento, tengo la cabeza en todas partes —me disculpé, para luego pasarme la mano por la frente.

—¿Qué sucedió? —Se sentó en la silla y me miró con los ojos entrecerrados.

—Narci fue asesinada, ella era la mejor amiga de Melissa y ella ahora se encuentra muy mal.

La piel de su rostro se palideció casi al instante, sus manos comenzaban a temblar y aseguró la mirada por completo.

—Lamento oír eso, es terrible que haya una víctima más —Suspiró y por un momento, mantuvo una expresión desorientada.

—Yo también siento eso —Cerré los ojos con fuerza —. Me siento impotente, si tuviera la oportunidad de atraparlo. Podría impedir todo esto.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

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