Capitulo 3 Ultrasonido

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Los días pasaban y Madara no tenía ninguna mejora a pesar de que la señora Senju estaba con él en cada momento, a veces tenía conversaciones divertidas con Itama pero estas solo eran divertidas para él, pues Madara apenas y notaba que existía o donde estaba, a Tobirama casi no lo veía este tenía mucho trabajo y a veces ni siquiera llegaba a dormir a casa, suponía que salía de viaje por el trabajo o simplemente llegaba muy noche y se iba muy temprano que ni siquiera se topaban. Izuna al principio había venido muy seguido con la esperanza de ver seguido a Tobirama, grande fue su decepción al darse cuenta de que no fue así sin embargo lo llamaba siempre que no podía ir y trataba de entretenerlo en platicas profundas pero Madara parecía solo estar y ya.

Al principio cuando llegó no podía asimilar lo que realmente estaba pasando y ahora que acababa de darse cuenta de la realidad se lamentaba cada que podía, en las noches solo lloraba esperando que el dolor y el vacío que sentía en su corazón se fuera.

Hacía tiempo que no salía, no es que haya pasado mucho tiempo, apenas se cumpliría el mes desde que Hashirama murió y dos meses de embarazo, solo salía cuando era necesario como ir al doctor. La señora Senju le insistió mucho en que debería salir, incluso Itama siempre que lo veía lo invitaba de paseo pero Madara terminaba negándose con excusas, no encontraba el ánimo en nada ni siquiera en lo que más le gustaba. Agradecía mucho poder estar con la familia de Hashirama, pues apesar de que la señora y los hermanos Senju hayan perdido un hijo y un hermano, ellos se mostraban siempre felices para no afectar más a Madara, sabía que había elegido a la familia correcta.

-Madara, llevo rato tocando tu puerta- Itama asomó su cabeza por la puerta en la habitación de Madara, la que antes era de Hashirama. Los Senju querían que Madara estuviera en otra habitación donde no hubieran tantas cosas de Hashirama para que así no se hundiera más en la tristeza pero fue imposible, Madara insistió hasta que dejaron que se quedará ahí.

-Lo siento, no te oí- Madara se levantó del sillón que tenía pegado a su ventana para atender a Itama.

-Alguien vino a verte- Itama entró a la habitación seguido de Itachi que llevaba un ramo de flores de varios colores pastel.

-Itachi... - susurró Madara viendo a su primo en su habitación.

-Los dejaré solos, cualquier cosa estaré abajo- Itama se retiró de la habitación dándole una palmadita en el hombro a Itachi.

-Fui a buscarte en tu casa pero no te encontré y me dijeron que te estabas quedando aquí- Itachi avanzó hasta quedar a unos centímetros de Madara.

-Me quedaré aquí hasta que nazca mi bebé- Madara invitó a Itachi a sentarse en el sillón contrario al suyo.

-Se que esta demás preguntar pero, ¿como estas?- Itachi terminó por sentarse frente a su primo y este se sentó seguido de él.

-Ha sido difícil, pero voy a estar bien... quiero estar bien por mi bebé- Madara se tocó el vientre con ambas manos simulando abrazar a su bebé. -Es lo único que me queda de él- Madara miró a los ojos a Itachi y pudo ver la preocupación en él.

-Así será y yo estaré aquí para apoyarte- Itachi tomó la mano de Madara para darle apoyo y Madara lo agradeció con una sonrisa. Itachi y él nunca fueron unidos a pesar de ser familia pero el beta era muy bueno con él las veces en que se trataban.

-Te lo agradezco- Madara alejó su mano para tomar una taza de té que había dejado a medias cuando fue interrumpido por Itama.

-Te traje estas flores, las vi de venida acá y me parecieron muy lindas, muy alegres- Itachi extendió el ramo hacia él y a Madara le vino un recuerdo.

𝒀𝒐𝒖𝒓 𝒂𝒏𝒈𝒆𝒍 (tobimada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora