Amor Sabor A Menta

Conocerte

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—Buenos días, Menthe. Toma asiento, le diré a mi ama de llaves que prepare el desayuno—Bajo el periódico dejando ver al hombre que el día anterior se encontraba cenando en el restaurante.

—Ehhh... No entiendo nada de lo que esta pasando—Camino hacia el sillón donde se encontraba el hombre quedando frente a él—Lo único que recuerdo es que dos hombres intentaron abusar de mí—Comento en voz baja pero tranquila.

—Así es, afortunadamente mi hermana y yo seguíamos cerca por lo que escuchamos tu grito de auxilio. Ambos nos acercamos y te ayudamos. Debido a tu estado no pudimos dejarte sola por lo que te trajimos a mi departamento.

—Entiendo, muchas gracias por su ayuda—Realizo una ligera reverencia con la cabeza—¿Los hombres escaparon?

—No tienes que hacer esa reverencia y esos tipos no escaparon—La mujer obedeció, pero sentía mucha curiosidad por saber que había sucedido con los hombres.

—Pero, si no escaparon ¿dónde están? ¿Con la policía?—Volvió a insistir sobre el tema.

—Por el momento ve a ducharte mientras que mi ama de llaves prepara el desayuno—Tomo la oreja de la taza para llevarla a su boca y beber un poco. La peli verde estaba un poco molesta ya que ninguna de sus preguntas habían sido respondidas.

—Muchas gracias pero no tiene porque molestarse tengo que ir a mi trabajo ya se me hizo muy tarde—Camino hacia el pasillo que conectaba con la recámara. Lo que provocó cierta molestia en el hombre quien se levanto del sillón caminando detrás de ella tomando su hombro.

—No fue una pregunta, ni una invitación. Dije que vas a desayunar y no te preocupes por tu trabajo. Pandora se encargo de avisar a tu gerente que no irías hasta mañana.

—¡Qué? ¡con qué derecho se atrevió a hacer eso!—Exclamo molesta girando su cuerpo para quedar frente a el hombre quien lo miro a los ojos desafiante. Hades mantenía su semblante de siempre, frio e inexpresivo.

—Con el derecho de que no estas en condiciones de trabajar, te desmayaste y casi te violan. De nada, ahora arréglate para desayunar— Regreso a el sillón sin decir nada más. Menthe por su parte se había quedado callada, pues el tono autoritario de Hades le daba cierto temor.

Menthe se acerco a la habitación de baño, entró y comenzó a desvestirse observando en un gancho ropa limpia que consistía en un vestido liso color blanco con moños en ambas mangas y en el abdomen.

Asombrada por el vestido, brió las llaves de la regadera para iniciar a ducharse, entre sus pensamientos creía que Hades estaba exagerando ante la situación.

—No puedo creer que me este regalando ropa que no puedo pagar y sobretodo que me ordene a desayunar—Decía para si misma mientras dejaba que las primeras gotas de agua mojaran su cabello—Aunque... no puedo negar que al sentirlo tan cerca de mi, me genera seguridad.

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Pasaron unos 20 minutos aproximados desde que la dama de cabellos verdes comenzará a cambiarse de ropa y maquillarse, al terminar cerro la habitación y camino nuevamente hacia la sala donde anteriormente se encontraba el griego leyendo el periódico.