Acercamiento

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La joven aquella noche era la encargada de cerrar el establecimiento, por lo que antes de salir reviso que todo estuviera en su lugar. Al termino, salio por la puerta trasera, sin imaginar que había dos hombres de mala muerte que se acercaban a ella con malas intenciones.

—¿A dónde vas, hermosa?—Uno de ellos se acerco apresurado al verla salir. Por lo que Menthe no respondió, continuo caminando sin mirar atrás y a pasos apresurados.

—¡No me ignores, maldita perra! ¿Te crees mejor que nosotros!—El segundo hombre grito, mientras sacaba un arma de la bolsa de su sueter. El primer hombre corrió hacia ella tapándole la boca, por lo que Menthe dejó caer su bolso y comenzó a llorar. El hombre que llevaba el arma se acerco a ambos para acariciar las piernas por encima de la ropa de la joven Menthe, mientras el primer hombre aspiraba el olor de su cabello. Por inercia la mujer mordió la mano del hombre provocando que la soltara.

—¡Auxilio, por favor!—Grito con todas sus fuerzas, no obstante, fue silenciada con una cachetada.

—Maldita perra...—Recriminaba el maleante.

—Pandora, ¿escuchaste eso? Viene del callejón.

—Señor, por favor... no hay que involucrarnos en asuntos que no, nos competen—Sin prestarle atención a su hermana, Hades saco el arma del automóvil, camino hacia el obscuro callejón visualizando el terrible acto que los maleantes realizaban a Menthe, quienes estaban desvistiendola. Sin dudarlo, Hades disparo a el hombre en su pierna, quien terminó por caerse.

—¡No te entrometas, maldito hijo de...—Al notar lo sucedido, su secuaz accionó su arma rápidamente sin poder disparar a su objetivo con éxito. El pelinegro estaba a punto de dispararle cuando escucho el accionar de una tercer arma, la cual termino por perforar la frente del violador.

Hades, se acerco rápidamente a la mujer, notando su mirada ida.

—Reacciona por favor, Menthe—La peliverde miro a Hades a los ojos, sin pronunciar ninguna palabra, para posteriormente desmayarse a causa de la adrenalina del suceso.

—Trae las cosas de Menthe y mata al imbecil que esta agonizando—Comunico Hades a Pandora en un tono serio y demandante a lo que la pelinegra asintió mientras su hermano cargaba a la joven cubriéndola con el saco de su traje llevandola así, al automovil.

—Buscare en sus pertenencias la dirección de su casa—El chófer conducía, una vez que ambos estuvieron dentro. Pandora al terminar su oración abrió la bolsa de la peliverde, sin embargo, Hades la detuvo.

—Deja las pertenencias de Menthe, no voy a llevarla a su casa. ¡Vamos a mi departamento!—Grito al chófer y miro a Pandora con seriedad.

—Entiendo, señor...—Fue lo único que salieron de los labios de la mujer de cabellos negros.

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La joven peliverde abrió los ojos a mitad de la madrugada, miró el techo y se sentó en la enorme cama en la cual se encontraba. Observo cada rincón de la habitación sin entender que sucedía ni donde estaba.

Miro su vestimenta y se sorprendió, pues ya no tenía su uniforme de trabajo. Se encontraba vestida con un pijama color rosa metálico que a su parecer era de ceda, notaba lo fina y costosa que podría ser. Bajo descalza de la cama encontrando un pasillo desolado, abrió cada puerta que se encontraba para descubrir quién era el dueño de la casa y preguntar qué hacía allí.

Amor Sabor A MentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora