Capítulo 4

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Nostrade se encontraba en su despacho de la casa de campo,  mirando a la carta de renuncia sobre su escritorio. Le sorprendía aún la rapidez con la que habían salido de York Shin City y el hecho de que las otras familias no les hubiesen mirando con superioridad, sino con admiración y sorpresa. De la misma manera con la que lo vieron la primera vez que utilizo la habilidad de Neon para hacerse su camino hacia los más ricos y poderosos en el mundo de la mafia.

Pese a toda esa gloriosa salida, allí se encontraba aún, sentado frente a su escritorio y mirando la carta de reuncia que había encontrado cuando llegaron, su jefe de guardaespaldas, uno de los mejores que creía haber tenido, no estaba presente para negarle su petición. Trató de llamarlo, pero fue inútil.

Abrió el primer cajón del escritorio y en su interior encontró un desconocido y grueso sobre marrón. Movido por la curiosidad, lo abrió. En su interior había una nota del rubio de ojos cafés que había sido hasta entonces, su jefe de guardaespaldas.

No ha abierto el sobre que había en la mesa, supongo que esto es aún demasiado repentino para usted. Sin embargo, debo de pedirle el favor de que mantenga mi renuncia en estricto secreto.

Si así lo hace le recompensaré, diciéndole como manejar sus negocios para poder pagar todas esas deudas que ha acumulado.

A continuación,  tiene anexo todo lo que necesita...

Light Nostrade, observó las siguientes hojas que acompañaban la nota. No eran mas que hojas en blanco. En ese instante llamaron a la puerta, por instinto, Nostrade escondió todo en el cajón antes de dar el permiso de entrar a la persona al otro lado de la puerta.

La puerta se abrió y entró Senritsu. La pequeña mujer observó a su jefe, aparentaba naturalidad, estar tranquilo, mas sus latidos delataban su nerviosismo

¿la desaparición de Kurapika, tendrá algo que ver con el comportamiento del jefe?

"¡Ah! Eres tú, ¿ocurre algo?"

"Señor solo quería informarle de que no podemos encontrar a Kurapika por ninguna parte"

"Si,  lo se" simplemente respondió Nostrade "Kurapika,  estará lejos por un tiempo indefinido,  pero no puedo darles más detalles sobre el tema" no entendía porqué había dicho aquello, pero era la verdad. Y queriendo poner fin a la conversación,  añadió "si no tienes nada más que decir,  puedes retírate"

Senritsu, se disponía a partir, la actitud de su jefe, aunque algo sospechosa, no tenía rasgos de mentira pero si de secretos,  hechos que le confesaron los latidos de su corazón.

Nostrade, se dio cuenta entonces, que en la ausencia de Kurapika,  tendría que elegir a un nuevo jefe para los guardaespaldas.  Por lo que detuvo a la mujer,  justo antes de cruzar la puerta y dijo "Más tarde, les informaré de como se desarrollarán las cosas a partir de ahora y de quien ocupará el puesto de Kurapika"

Senritsu, asintió conforme a lo dicho por su jefe y lo dejo finalmente en la soledad de su despacho

Abrió de nuevo el cajón, y tomo las hojas. Paso la página donde estaba la carta y sus ojos aumentaron con incredulidad,  al ver el conjunto de letras,  números y otros signos que unidos formaban lo que resultaría ser su solución a todos sus problemas....

*****

El autobús hizo su recorrido diario hacia la montaña Kukuroo, en la República de Pandokia de la región de Dentora. Al fondo del vehículo, lleno de turistas y hunters de listas negras que venían en busca de los miembros de la familia Zoldyck, se destacaba un hombre de traje negro, que se mantenía sereno y con los ojos cerrados, parecía ajeno a todo el bullicio del interior.

El mundo de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora