IN THE DARKNESS. BENNODA

capítulo: 01

Capítulo: 1

Todas las mañanas un ramo de flores, era colocado en un pequeño jarrón con agua limpia que reposaba sobre una mesita de luz, al lado de la cama.

La tranquilidad de aquella habitación de paredes blancas, era sutilmente irrumpida por el constante sonar, de las máquinas a las que él se encontraba conectado.

Su respiración suave y pausada estrujaba con crueldad el corazón de su padre.

Pues, él sabía que tarde o temprano tendría que quitarle el soporte, si su niño no decidía volver de su larga visita a el mundo onírico.

Y aquello le dolía tanto, que no podía soportar el hecho de saber que nunca más volvería a escuchar su risa tan peculiar en él.

¿cómo fue que pasó?

Ni el mismo lo sabe, lo único que sabe es que le arrebataron a su sol

Y no existen culpables que paguen un crimen, que permanece oculto en la única testigo que estuvo aquella noche tan trágica

Aún recuerda con gran pesar cuando la mañana del dos de abril de 2001

Lo llamaron del hospital central de los ángeles california

Para anunciarle que su hijo había tenido un accidente la noche del día anterior y que recién habían podido localizarlo.

El recuerda que pegó un grito desgarrador, al escuchar lo dicho por la mujer del otro lado de la línea telefónica, él miedo y la desesperación lo atraparon en una oscuridad

De la que fue despertado horas más tarde por su amiga, quién lo encontró tirado. en el suelo de su casa.

Lo llevó al hospital central de los ángeles, en donde ella trabajaba y lo hizo atender.

Cuando sus párpados se abrieron la mirada, decaída y preocupada de su amiga

Le dio un mal presagio y sus ojos se anegaron en una cascada de lágrimas, que clamaban por salir

Negó repetidas veces más su amiga simplemente se calló y apartó la mirada.

Y su mundo terminó por caer a pedazos sin piedad alguna

-¿ qué le ocurrió, en dónde está?-

Preguntó el sin poder detener su llanto y los temblores de su cuerpo

-hace doce horas que entró al quirófano-

Le respondió la mujer más bajita, mientras suspiraba y trataba de alizar su uniforme de enfermera

-¿ qué fue lo que le hicieron?-

Volvió a interrogar él hombre entre fuertes hipidos

-solo te diré que él llegó, en alerta roja-

Susurró algo incómoda la enfermera, pues no tenía el valor de revelarle que su hijo había llegado en un estado perturbable para los médicos.

Y sin más que decir se fue dejando que él se desahogara solo, pues sabía que lo iba a necesitar.

Cuando llegara el momento de decirle toda la verdad, sobre la condición de su hijo.

Habían transcurrido ya seis meses, desde que aquella fatídica noticia destruyo su mundo.

Seis meses desde que su pequeño retoño, parecía no querer abrir sus preciosos ojos.

Seis malditos meses en los que la culpa, le robaba el sueño y la poca tranquilidad que le quedaba.

Horas y horas de mirar el reloj esperando, algún cambio en su hijo. Semanas y semanas en las que le hablaba a su hijo esperando una respuesta.

Noches y noches de dormir mal y de no alimentarse bien, por estar allí alado de su ángel rogando a los cielos por qué no se lo quitaran.