Capítulo 16

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Capítulo 16

Edimburgo, Escocia...

Bruce estaba en su sala de audiencias cuando recibió el mensaje de Stonegh. Se paseaba de un lado a otro con el mensaje en la mano y rumiando obscenidades contra todos los ingleses, y especialmente contra su rey. ¿Cómo se atrevía ese hombre a mandar a secuestrar a la hermana de uno de sus más fieles servidores? Pero eso no iba a quedar así, él mismo se encargaría de ese asunto.

-¡Rodric! - gritó el rey llamando a su lacayo.

-¿Sí sire? - dijo el hombre mientras se presentaba ante él y le hacía una reverencia.

-Reúne a mis hombres de más confianza, partimos inmediatamente para Stonegh - ordenó el rey mientras salía de la sala seguido del lacayo.

-Inmediatamente sire -dijo el lacayo mientras salía del castillo rápidamente a cumplir la orden real.

Bruce se dirigió al salón dónde en ese momento su esposa Isabel se encontraba entretenida con sus damas de compañía.

-Isabel, debo partir a Stonegh - le dijo mientras se acercaba a ella -. MacKlauring me necesita.

-¿Se ha metido en problemas ese muchacho? - preguntó Isabel mientras se ponía de pie.

-Han secuestrado a lady Danna...

-¡Oh! - dijo la reina con horror -. Espero que no le hayan hecho daño.

-No te preocupes - dijo el rey mientras le daba un pequeño beso en los labio -. La rescataremos.

El rey salió de la estancia y se dirigió al patio exterior para reunirse con sus hombres. Iban a cabalgar rápidamente para llegar a Stonegh lo más rápidamente posible.

Castillo Stonegh...

Cinco días después, el rey llegaba a las puertas del castillo de Stonegh. Los hermanos MacKlauring y sus esposas lo esperaban en el patio interior.

Niall fue el primero en acercarse al rey y hacerle una venia.

-Muchas gracias por venir tan rápido sire - dijo Niall.

El rey se bajó de su caballo y saludo a Niall con un gran apretón de manos.

-El asunto requería mi presencia rápidamente - dijo el rey mientras se volvía a saludar a Brigitte -. Siempre tan hermosa lady Brigitte.

-Gracias sire - dijo Brigitte mientras se inclinaba ante él.

-Vamos al salón y allí hablaremos sobre lo que hacer - dijo el rey mientras se dirigía a la puerta que daba al salón.

En el salón se encontraba Eric sentado frente a la chimenea con la cabeza enterrada entre sus manos. Estaba desesperado, necesitaba encontrar a su mujer. Con cada día que pasaba, se encontraba más desesperado y asustado por la suerte que estaban corriendo su mujer y su hijo. Todos los días se levantaba al alba y recorría todo el bosque en busca de su mujer. Pero llegaba la noche y no encontraba ni una sola pista de dónde podría encontrarse. Tenía que buscar una manera de hacerle saber a ese hombre que estaba dispuesto a entregarse. Pero, ¿cómo podía ponerse en contacto con él?

-¡Miller! - dijo de pronto una voz que él conocía muy bien.

Eric se puso de pie rápidamente para saludar a Bruce que se acercaba a él rápidamente.

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