Desde el primer momento que vio al coloso de acero descender de entre las nubes de tormenta, se quedó paralizada como si ella misma fuese tocada por el mismísimo rayo que fue recogido por sus cuernos y lanzado a través de su propio dedo. Esa electricidad en el ambiente envió un escalofrío a través de su espina dorsal levantando hasta el último de sus pelos, pues trajo viejos recuerdos de su mundo.
Luego de enterarse de la muerte de su hermano, no pudo soportarlo más y confesó todo a sus padres luego del funeral. Ellos no se lo tomaron bien y terminaron echándola de la casa, dejándola casi a su suerte, terminó yendo al único lugar que sabía que tendría una mínima oportunidad de sobrevivir.
El antiguo departamento de su hermano.
El alojamiento poseía un descuento excepcional para los trabajadores del Centro de investigaciones, su hermano ya había pagado el trimestre por adelantado. Esto le permitirá tener una mínima posibilidad de enderezar su vida, pero cada día fue un tormento. Teniendo que vivir en el lugar de aquella persona que había contribuido en su muerte, cada centímetro de ese lugar le recordaba a él.
Cada día de la primera semana lloraba hasta quedarse dormida. Pues incluso en la muerte, su hermano la estaba ayudando de alguna forma.
Conseguir trabajo no fue demasiado complicado, pues luego del ataque inicial muchas personas se mudaron dejando puestos disponibles en varios locales, entre ellos al cual pudo aplicar fue el de camarera en un café que al parecer su hermano visitaba mucho, pues vieron el parecido entre ambos.
El verdadero problema fue cuando estas bestias mecánicas comenzaron a atacar nuevamente, y como en aquella ocasión, el Super Robot conocido como Mazinger Z salió a defender la ciudad.
Ver la magnífica apariencia del Castillo de Hierro salvarlos una y otra vez fue un trago amargo, pues cada vez que lo veía recordaba lo que le había quitado, su resentimiento no hacía más que aumentar cada día al punto que imperio una foto del robot y lo usaba para lanzarle dardos cada día luego de su turno laboral.
Sus días siguieron con relativa tranquilidad, mirando todos los días a lo lejos los memoriales de las víctimas del primer incidente, un recordatorio constante de lo que perdió y en algunos momentos donde se encontraba sola con sus pensamientos se imaginaba lo que pudiera haber sido.
Hasta aquel fatídico día.
Simplemente salió al balcón del departamento y vio como el hermoso cielo azul se llenó de nubes de tormenta, el fuego caía como lluvia sobre las cabezas de las personas comunes que gritaban aterrorizadas. En ese momento quedó estática cuando vio en el cielo la figura del Guerrero de hierro volando hacia el epicentro del fenómeno meteorológico.
Lo último que recuerda de ese momento, fue una luz dirigiéndose hacia ella.
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PAFFFF
Marie Fou Lafan volvió en sí, quizás por primera vez desde que comenzó el duelo entre el Príncipe y el Conde, y lo primero que sintió al momento de regresar a sus sentidos fue el dolor de su mejilla palpitante. Su cabeza se movió hacia la derecha y unos momentos después sus ojos comenzaron a volverse vidriosos por puro reflejo, se llevó su mano a la parte afectada antes de mirar a quien le había dañado.
Fue la Reina, Mylene Rapha Holfort.
La mujer de cabellos rubios platinados miraba nada más con furia a la joven frente a ella como si no fuese más que una pequeña sanguijuela, una pequeña alimaña que fácilmente podría aplastar con la suela de su zapato. Sería fácil, demasiado fácil, no necesitaba ni mover un dedo, bastaba con decir una sola palabra de sus labios y podría dar la orden de eliminarla. Esto daría pauta para que cualquier mujerzuela del reino intentara aprovecharse de la corona. Sería una perfecta amenaza de aquí en adelante.
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Poder Mazinger en un juego Otome.
Ficção Científica12,000 años han pasado y todo a cambiado hasta ser un calco de un juego Otome que su hermana lo obligo a terminar. Ahora las fuerzas de Mikene asomaron una vez su cara y solo el emperador que supera a dios y derrota al demonio podrá traer la luz que...