8.- La maldición de Alice Asmon

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Lentamente abría los ojos, no sabía dónde estaba mi quera lo que había ocurrido. Alice Asmon, el mejor de su generación había Sido derrotado...

-¿Qué? ¿Dónde? -decía mirando a su alrededor, encontrándose sólo con la enfermera de turno, quien llenaba unos documentos.

-Si ya despertaste ya puedes irte, tu amigo lleno tu registro mientras estabas desmayado -dijo la enfermera sin siquiera mirar al alumno.

-¿Amigo? -preguntó desconcertado.

-Si, a ese al que le dicen el becado. Nunca había visto a nadie cargar como si nada a alguien más grande, ese niño está loco. Cuando llegó nada más preguntó si estabas muerto, luego llenó los papeles y se fue.

-Amigo... -dijo en voz baja recordando su derrota. Para luego levantarse y salir corriendo en busca de Iruma.

Él era todo lo que más despreciaba de la gente normal, un glotón inmaduro que no tenía modales, esa era su perspectiva de Iruma. Alguien que se aprovecha de su posición para tomar lo que quisiera sin tener méritos. Eso era lo que pensaba, al menos hasta que lo derrotó en ese enfrentamiento.

Luego de buscar, le dijeron que Iruma se encontraba en la oficina del director recibiendo una represalia por lo que había hecho.

-Muy bien Iruma, al parecer aunque podrás energía maldita puedes usar magia verbal, eso me sorprendió -decía el Director Sullivan revisando el blog de la escuela, donde aparecía una imagen de Iruma aplicando el suplex alemán a Asmon.

-¡¿Por qué no me dijo que si fallaba iba a pasarme algo horrible?! -protestó Iruma recordando lo que le dijo el profesor.

-La verdad tenía mis dudas, pero al final sobreviviente y de paso ahora sé que puedes usar magia verbal , así que no será un problema para ti estar en esta escuela.

-Señor...

-Por favor, dime abuelo, estamos solos.

-Buenos, abuelo, mi creo que sea conveniente que esté...

Iruma no terminó de hablar, las puertas se abrieron de un momento a otro y Alice Asmon entró buscando a Iruma.

-Iruma Susuki! -dijo apenas entró y lo vio al demonio.

-¿Qué hace este loco aquí? -pensó Iruma.

Alice se iba acercando a Iruma, no obstante, apenas vió su cabello azul y la mirada determinada de este, se vio en la obligación de hacer una reverencia y postrarse en el piso.

-Iruma, desde ahora en adelante, estaré a su merced, úseme para juntos gobernar esta escuela -habló con seriedad, tomando la mano de Iruma y besándola.

-¡Qué te pasa! Ese golpe en la cabeza te fundió el cerebro -gritó Iruma retirando su mano, estaba asustado por el cambio tan repentino de Alice.

Por otra parte, Sullivan no pudo evitar soltar una risa, está situación era lo que menos esperaba en ese momento.

-¿De qué te ríes viejo? -dijo Iruma ya molesto.

-Es sólo que al parecer el talismán que el joven Asmon iba a usar en ti no era de tortura.

-¿A no?

-jo Jo Jo no,  era un talismán de Amarre romántico. Típico de Amalia. -contestó Sullivan aguantando la risa -ahora tienes un enamorado querido nieto -seguía haciéndole burla a su nieto mientras se divertía y pensaba en cómo decirle a su colega que su nieto había cautivado al hijo de esta.

De repente, se escuchó un estruendo, tanto Iruma cómo Sullivan voltearon asustados. Cuál fue su sorpresa al ver que Asmon se había golpeado la cabeza contra el suelo.

-No lo acepto,  no acepto a este hijo de- fue lo único que alcanzó a decir Asmon mientras empezaba a salir sangre de su frente, para posteriormente desmayarse nuevamente.

-Supongo que al ser hijo de Amalia puede soportar su propio embrujo.

-¡Está sangrando, está sangrando mucho! -gritaba Iruma al ver cómo Asmon sangraba de la frente y no reaccionaba.

A la mañana siguiente, Alice despertó en su recamara. Se levantó rápidamente y fue a ver a su madre.

-Oh my- así que eso es lo que pasó -decía una hermosa mujer con un bello vestido rosa y figura de reloj de arena, Amallys Asmon. Quien era llamada Amelia por Sullivan.

-Así es, pero no quiero que mi nietecito resulte herido, así que por favor Amelia, que tú hijo no se vaya a querer propasar con mi adorado nieto -reclamó esto último con una mirada sombría.

-Ay, no te preocupes, mi niño es todo un caballero.

Alice miraba la escena sin entender. Hasta que su madre volteó y lo miró.

-Hijito mío, mira quién nos vino a visitar, es el tío Sulli -decía la mujer complacida.

-¿Qué está pasando?

-Al parecer tus talismanes los confundiste con los que suelo usar en mi trabajo. Por lo que el que usaste ayer no era un talismán de protección ni de defensa. Era mi poderoso talisman para el amor.

Alice no lo podia creer, en toda su vida jamás había cometido un error así de grave.

-Debe haber una forma de deshacerlo ¿No? He visto que las personas que vienen a verte quieren revertir los talismanes y tú los ayudas -dijo Alices mirando asustado a su madre.

-mmm... Si, podría hacerlo, sólo que hay un pequeñito problema -dijo casi entre risas -el hechizado no puede pedir retirar el hechizo, por eso es que soy tan popular entre las mujeres desesperadas. Debido a que tu mismo te hechizaste, no puedo hacer un revoque del talismán.

-No, mamá por favor, no me dejes así, yo quiero enamorarme naturalmente -dijo Alice casi llorando mientras le suplicaba a su madre.

-tranquilo hijo mío, el efecto sólo durará un año, luego de eso serás libre -dijo feliz mientras veía a su hijo con una sonrisa de esperanza.

-eso si, mientras veas al nieto de Sullivan no quiero que lo odtigues al pobre.

-Aunque sería un honor para la familiabSuduki tener a un miembro de la familia Asmon -dijo Sullivan siguiéndole la broma a Amallys.

Alice Asmon de sólo pensarlo pegó un grito de coraje y corrió a su habitación.

Mientras tanto, Iruma se encontraba alistándose para otro nuevo día de clases, su nariz picaba y estornudaba.

-¿Sucede algo joven Iruma? -preguntó Opera.

-No, nada, creo que alguien se acordó de mí.

¡Bienvenido a una escuela humana, Iruma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora