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Cuando Tilín despertó, Tallulah estaba parada en su cuarto, viendo sus peluches.

"¿Qué haces aquí? Es Sábado, tendrías que estar dormida"

Tallulah la miró y sonrió.

"Tus peluches son muy bonitos. Yo también tengo un peluche bonito"

Le mostró el peluche que tenía en las manos. Era una vaquita color rosa pastel. Era, de hecho, muy bonita.

"Se llama Selena, como mi cantante favorita"

Tilín no pudo evitar sonreír.

"¿Te gusta Selena?"

Tallulah asintió. Abrazó su peluche.

"Cantaba muy bien. Mi favorita es El Chico del Apartamento 512"

"Buena…la mía es Como la Flor"

Hablaron mucho tiempo. Los temas iban cambiando.

Escucharon música del cuarto de Quackity. Tallulah detuvo la conversación para ir a ver. Tilín la siguió. Le daba curiosidad.

Probablemente fuera Wilbur. Se habían mudado unas semanas antes, no eran muchas cosas las que llevaron.

Look at the stars…

Look how they shine for you…

And everything you do…

Yeah, they were all yellow…

Wilbur todas las noches le cantaba a Quackity. Le cantaba canciones hermosas cuando se quedaban solos. Le confesaba su amor una y mil veces.

Le iba a confesar su amor una vez más en el altar.

Quackity sonreía. Miraba a Wilbur, que cambiaba con agilidad los acordes. Tallulah sonreía, y Tilín también.

"¿Se van a besar?" Preguntó Tallulah.

"¡No frente a nosotras!" Comentó Tilín.

Ambos las miraron. Quackity sonrió. Abrió sus brazos para ellas. Las niñas corrieron hacia él. Tallulah lo abrazó, Tilín se acostó en la cama. Se cubrió con las sábanas.

Wilbur dejó la guitarra a un lado. Sabía que Tilín no era mucho de abrazos, así que la dejó. Ella, en cambio, se acurrucó junto a él.

"No preguntes, ¿Sí?"

Wilbur sonrió.

"No voy a preguntar"

Tallulah y Quackity, por su lado, estaban escogiendo una serie para ver. Se decidieron por La Niñera.

Tilín y Wilbur hablaban entre sí, mientras que Quackity y Tallulah estaban muertos de risa junto a ellos.

Llevaban como siete capítulos seguidos. Hasta que, de repente, Wilbur se levantó. Tilín fue detrás de él. Bajaron a la cocina. Ninguno había desayunado. Si los conocían bien, podrían decir que tanto Quackity como Tallulah tenían hambre.

Wilbur escuchaba a Tilín hablar. No le contaba nada en especial. Le contaba que iba a ayudar a Tallulah a decorar su cuarto, después de todo. Le dijo que la iba a defender de los tarados, como ella los llamó, de los niños de sexto grado.

"¿Los niños de sexto grado?"

Tilín asintió.

"Los de sexto se burlan de muchos niños. Por ahora, no he visto que molesten a Tallulah. Pero, si lo hacen, ¡Los voy a matar a golpes!"

Wilbur la miró.

"Lilian, creo que…no es correcto decir que vas a hacer eso" Vio una ligera pizca de decepción en sus ojos. Luego agregó: "Puedes gritarles, con groserías si quieres, tienes mi permiso"

Cotton CandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora