"¡Tallulah! Olvidaste tus…"
Todos los ojos se posaron en ella.
"Tal vez podría tocar la puerta la próxima vez, señorita Maldonado"
Tilín miró al maestro y asintió. Pasó al salón y fue con Tallulah.
"Tus…audífonos…y tus tarjetas, por si las necesitas"
Tallulah recibió los objetos.
"Oye, ¿Traes tu slinky?"
Ella asintió.
"Bien…¿Necesitas algo más?"
Tallulah negó con la cabeza.
"¿Segura?¿Sí traes tu flauta?"
Ella volvió a asentir.
"Ya puedes ir a tu clase, Lilian"
Tilín le sonrió.
"Está bien. Si necesitas algo más, puedes venir conmigo o con mi papá. Si es entre clases, siempre pide permiso"
Se despidió de ella. Se dio cuenta de un niño que las veía raro. Entonces ella vio al niño aún más raro. Él bajó la mirada e hizo garabatos en su libreta.
Salió del salón y cerró la puerta detrás de sí.
…
Unos niños aplaudían en su cara. Ella sólo ladeó la cabeza.
Tilín los miraba de lejos. La sangre le hervía en las venas.
Los de sexto estaban molestando a Tallulah.
Había dicho que si molestaban a Tallulah los iba a matar a golpes.
"¡Oigan!"
Los de sexto la miraron. Eran una niña y dos niños. Más altos que ella.
"¡Dejen en paz a Tallulah!"
"¿A ti qué te importa?"
Tilín se acercó. Sus puños estaban cerrados.
"Es mi hermana. No la pueden molestar. Además, mi papá es maestro"
Se miraron entre ellos y rieron.
"¿Qué vas a hacer?¿Nos vas a acusar con tu papá?"
Sabía lo que iba a hacer. Lo sabía perfectamente.
"¿Ya viste? Autista y con papás gays. Prácticamente pide que le hagan bullying"
"Ella no escoge esas cosas"
Parecían no escucharla.
Se volvieron a voltear a Tallulah. Aplaudían y hacían ruidos extraños. La propia Tallulah parecía confundida.
Tilín se interpuso entre los niños de sexto y su hermana.
"¡Ya dejen en paz a mi hermana, idiotas!"
Lanzó un golpe a la nariz de uno de ellos. Le dolió un poco, los nudillos. Fue sólo por un momento. Sacudió la mano. Sonrió. El de sexto limpió su nariz cubierta de sangre.
"¡Eres una imbécil!¿No dijiste que tu papá es maestro?"
"¡No me digas así, pendejo!"
Otro golpe.
Pronto se convirtió en una pelea. Tilín era la que lanzaba más golpes. Obviamente, también recibió algunos.
Tallulah estuvo ahí, parada. Hasta que reaccionó. Corrió a buscar a Quackity. Corrió mucho. No podía respirar. Le dolían las piernas. Pero no iba a dejar que lastimaran a su hermana.

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Cotton Candy
FanfictionTilín no quería tener hermanos. Estaba bien ella sola. Quedaba ver cuánto le duraría eso.