PORNSTAR | JENLISA

3

POV LALISA

— ¡Perfecto, Lisa, perfecto! ¡Corte!  —Escuché a Chris decir.

Le sonreí amablemente a Irene y ella me devolvió la sonrisa, sentándose en la cama. Rápidamente miré a mi alrededor, viendo a Chris hablando con el camarógrafo y los asistentes comenzando a correr entre las cámaras después de otra toma.

— En serio, Manobal, estás mejorando — Irene dijo, levantándose.

Ella era hermosa, castaña, bajita, delgada con curvas perfectas y un culo que me puso cachonda. Lo único desagradable fue la silicona en los senos. Me cabrea, pero ella es solo una amiga profesional.

— Tú también, nena... —Murmuré, viéndola mirar alrededor y agarrar una bata para cubrir su desnudez. No es que me molestara en mirarla, por supuesto.

— Lisa, Jisoo te quiere en su oficina en cinco minutos —Chris dijo, arrojándome una bata—. Y ella no está en su mejor día.

Puse los ojos en blanco y me levanté, dejando la bata a un lado. Caminar desnuda no era algo que me molestara y eso es algo obvio. Maldita sea, trabajo con desnudez explícita y simplemente no entiendo de qué se trata toda la vergüenza. Agarré mi short que había tirado al piso en medio de la escena, junto a mi blusa y me vestí, dirigiéndome hacia la oficina de Jisoo.

Ella estaba sentada detrás del escritorio, hablando por teléfono. Con un gesto de su dedo, me dijo que me sentara y esperara.

— Son mis derechos, querida... Por supuesto que no Jennie, puede que seas un poco difícil, pero no tengo nada que ver con eso, cariño. Se firmó el contrato y eso es lo que importa. ¿Cuándo podemos reunirnos para discutir el... ¿Hola? ¿Hola? Pero qué… —Se quitó el teléfono de la oreja y lo miró como si se hubiera convertido en otra cosa—. ¡Jennie, me colgó! ¡Colgó en mi maldita cara! —Me gritó.

Arqueé una ceja y la miré, una sonrisa burlesca creciendo en la esquina de mis labios.

— ¿Y qué tengo que ver yo con eso, Jis? —Pregunté—. ¿Esta llamada tiene algo que ver con el tema que quieres discutir conmigo? Porque si no, esperaré afuera.

Colocó el teléfono en la base y dejó escapar un gruñido de irritación.  Realmente, estaba teniendo un mal día.

— ¿Qué sucedió? —Pregunté en un tono suave.

— ¡Esta irritante chica tuvo la audacia de colgarme! —Golpeó la mesa.  —. Ella firmó el contrato, ¡no puede simplemente decir que no va a hacer una escena ahora!

— Ah... Espera, déjame adivinar lo que pasó —Dije mirándola—. La encontraste en el Dance Hot Club, viste que era hermosa y tenía potencial para rodar una escena, le entregaste el contrato y ella, que probablemente estaba borracha, lo firmó. Y ahora no quiere grabar la escena ¿Lo entendí bien?

— ¿Cómo lo sabes?

— Joder, Jisoo, ¡siempre haces eso!  ¡Pensé que ya había aprendido! ¿Eres realmente tan idiota?

Se puso de pie y me miró con expresión sombría.

— Lalisa, ¿quién crees que eres para...

— Soy Lalisa Manobal, preciosa. La actriz porno que gana más dinero para tu productoray que por lo que parece, tiene más sentido de la inteligencia que tú, que lo maneja todo. Joder, Jisoo ¿cómo eres tan idiota por tercera vez consecutiva? ¡Esas chicas que van a tu club solo están ahí para emborracharse y bailar hasta caer y no para sentarse y firmar un contrato con una etiqueta de películas porno!

Ella se sentó, mirándome sin comprender.

— Pero eso funcionó con Irene... — murmuró.

— Irene sabía exactamente dónde estaba cuando entró en el Dance Hot Club, Jisoo. Ella ya estuvo allí con la intención de hablar contigo y firmar un contrato —Puse los ojos en blanco—¿Cuál es el nombre de la chica?

— Jennie Kim ¡Es una morena tan caliente, Lisa! Hablo en serio, es impresionante —Dijo, una sonrisa malvada tomando sus labios—. Y tiene un culo que... ¡Mierda!

Eso me hizo reír, Jisoo era una bisexual tan loca y no hizo ningún intento por ocultarlo.

— Y ahora acaba de colgarme y no sé si hará la escena… Ya he pensado en todo, ¿sabes? Algo más romántico, tienes una esposa perfecta y sexy, a ella le gusta su dulce mujer que se abre para ella. —Suspiró y cerró los ojos—. Pero no sé si eso volverá a suceder.

— Bueno... Ella no lo aceptará a menos que sea rica, cien mil dólares en incumplimiento de contrato no es algo que cualquiera con un trabajo “normal” pueda pagar.  — Murmuré, encogiéndome de hombros.

— Eso es verdad —Ella sonrió y volvió a coger el teléfono—. ¿Deivid? Prepara el auto, nos vamos en diez minutos —Colgó y se puso de pie.

— ¿Qué estás planeando, Jisoo? — Pregunté, levantándome y yendo tras ella.

Deslizando su bolso sobre sus hombros, se echó el pelo lacio hacia atrás y me miró con una sonrisa.

— Voy tras esa cosa bonita, querida ¡Y volveré con ella a mi lado, o no soy Kim Jisoo!

Ella salió de la oficina y me reí, sabiendo lo convincente que podía ser Jisoo. Solo espero que esa Jennie sea tan buena como dice, a pesar de todo sabía que Jisoo tenía un don magnífico para elegir a las mejores personas para formar parte de su equipo.
Y por eso estoy aquí.