PORNSTAR | JENLISA

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POV JENNIE

Escuché los pasos de Lalisa alejándose, el ruido de sus tacones golpeando el piso y el sonido de una prenda caer. Ella se estaba desnudando y mi excitación se intensificó por la anticipación. Escuché más y más pasos, creo que ella estaba caminando por mi habitación hasta que volvió para pararse a mi lado, su miembro erecto tocando mi trasero.

— Sabes Jennie… has sido una mujer muy mala desde el día que te conocí

¿Qué?

— ¿Q-qué quieres decir?

Otro golpe caliente y fuerte me golpeó, esta vez en mi glúteo derecho, lo que me hizo soltar un fuerte gemido. Dios, dolía y al mismo tiempo hacía que mi intimidad clamara por el orgasmo.

¿Cómo fue posible?

— ¡No recuerdo haberte dado permiso para hablar, Jennie!—Dijo ella bruscamente-. Tendré que enseñarte modales, niña.

Casi abrí la boca para decir algo, pero me detuve de inmediato. Sus bofetadas me excitaron y eso era un hecho, pero también quería saber qué tenía en mente y para eso necesitaba estar callada.

— Continuando, lo primero que hiciste mal fue hacerme perder el control. Nunca me pierdo con una mujer mientras actúo... Entré dentro de ti porque me sostuviste en tu mirada.  Creo que te mereces un castigo por eso, ¿no es así, Jennie?

¿Me lo merezco? Si ella está hablando, debo merecerlo...

¡Otra bofetada! Muy fuerte en mi glúteo izquierdo, y maldita sea, si recibiera otra bofetada, creo que me derretiría junto con la cascada de excitación que liberaría mi coño.

— ¡Contéstame, Jennie! Cada vez que te hago una pregunta, tienes el deber de responderme.

Ah sí.

— Sí, merezco un castigo por eso, señora.

— Sí, te lo mereces, y te merece un castigo también por haber hecho un hechizo para que mi polla no se levante por otra mujer. Porque eso es lo que está pasando, Jennie. No he tenido una erección para otra mujer desde el día que te follé y eso no está bien, ¿no?

— No lo es, señora

— En realidad no... —Se quedó en silencio durante unos minutos, pasando su mano por mi culo ardiente y caliente—. Diez bofetadas, Jennie, te daré diez bofetadas por todo lo que me has hecho ¿Esta de acuerdo?

— Si señora.

— Perfecto, ¿por qué estamos haciendo esto Jennie? ¿por qué te inclinas y me obedeces?

—Porque quería saber cómo es... — Primera bofetada. Fuerte y rápido, justo en el medio del culo.

Ella me acarició y gemí, levantándome hacia ella, mi cuerpo rogando por más y al mismo tiempo rogando por un orgasmo.

— ¡Sigue hablando, no pares!

Segunda bofetada, en el lado derecho, siguiendo la secuencia que ella había comenzado cuando me perdí algo.

— Porque quería saber cómo era, señora —Gemí, recibiendo la tercera y cuarta bofetadas.

Mi carne ardía y las paredes de mi vagina estaban tan apretadas, estoy seguro de que con solo un toque de mi clítoris, me correría.

— ¿Y por qué te golpeo? — preguntó, acariciando mi trasero ligeramente.

— Por que tú no...

Quinto y sexto, el eco de los azotes llenando toda mi habitación.