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Miraba su alrededor y nada llamaba su atención en lo absoluto, pero no podía permanecer en ese auto por más tiempo. Con un leve suspiro bajó con timidez y como si de un extraterrestre fuera ahora estaba con miradas curiosas sobre su persona. Miró a su alrededor fijándose en la multitud que lo observaba y no evitó bufar por ello.

Fue directo a la entrada de la institución para abrirse paso en el, caminó mirando entre las puertas buscando la dirección, tenía que entregar unos últimos papeles de su translado.

Translado que claramente no estaba en sus planes, sin embargo, la vida ama colocarle las cosas más complicadas. Él siquiera pensaba darle alguna oportunidad, está totalmente de pie, ahí, por obligación, en contra de su comodidad.

Mas no puede defenderse de ello, no tiene cómo.

Se le hizo fácil llegar, pasar y hablar con la secretaria para minutos después, salir con el timbre que indicaba la hora de entrada a los salones.

Todos pasaron rápidamente a sus aulas, algunos le observaban mientras seguían caminando. Él observó su hoja, aquella que indicaba su horario y el salón donde vería su primera clase.

Segundo piso, genial.

-Buenos días -habló menos bajo para poder ser escuchado, una señora de alta edad volteó a verlo y sonriendo se acercó.

-Buenos dias, joven Kim -dijo la misma señalando con la mano para que continuara su paso hasta los asientos- Bueno clase, nuestro nuevo compañero presente, Kim Taehyung, recuerden que les hablé de ello anteriormente. Espero sean amables con él... Y continuando, página 56 del libro de literatura -ella giró para observarlo- Te dejaré el libro que estamos utilizando y luego te ubicas mejor con alguno de ellos.

Se acercó al gran y ordenado estante en el lado izquierdo del salón, mismo que quedaba al lado del aire acondicionado. Buscó en menos segundo y volvió a acercarse al joven de ojos azules.

-Ya puedes acomodarte dónde gustes, bienvenido.

-Gracias.

Lo hizo, aunque quería perderse y por primera vez no hacer caso, lo hizo.

Taehyung permanecía en su puesto sin decir nada, ni siquiera cuando lo presentaron dijo o hizo algo para completar su estadía. No estaba de humor ni de ánimos. Simplemente esto no debía pasar, estaba bien con su vida en Busan pero ahora; tiene una nueva vida donde deberá iniciar desde cero con todo, en definitiva, no está bien.

Sentía las pesadas miradas en él y no era agradable ya que no lo dejaban concentrarse, de alguna forma era turbio que lo hicieran cuando deberían estar pendientes en la pizarra.

Lo único bueno de todo, es que tenía a su novio con él. A pesar de creer que lo dejaría por pasarse a un lugar tan lejos, su novio decidió viajar dos días después para asegurar su estancia en ese lugar con él para no dejarlo. Aunque fué egoísta porque Seokjin al haber tomado esa decisión, dejó a su familia para estar ahí.

Kim Seokjin.

Ambos se conocieron desde la primaria y ahora mantenían una relación que se ha llevado desde hace tres años. Mucho como para dejarlo como sí nada.
Seokjin es la persona que más sana, a quien él ama, aparte de ser extremadamente simpático, su personalidad lo enamoraba cada día. Lo quiere tanto, lo ama y es mutuo, porque no cualquiera iría a otra ciudad sin familiares a solo estar en compañía de su novio, como si de esposos se tratara.

Así que realmente sabe lo valioso que es su novio. Aunque esté hablando demasiado pronto sobre ello, aún tiene 17 y cumplirá sus 18 dentro de dos meses, Seokjin también, pero espera que sea duradero por más jóvenes que sean para hablar de ese tipo de cosas cómo si fuese mañana su boda.

Secretos De Un Pueblo Pequeño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora