Prólogo

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Taehyung observaba las maletas en la entrada de su casa, haciendo real lo que estaba pasando en esos momentos. Se giró a observar a su hermana con molestia, no quería irse. Ni siquiera lo consideraba.

Sin embargo, y con suma tristeza se encontró así mismo guardando las cosas en el maletero para luego meterse en el auto, a los asientos traseros ya que, no quería compartir espacio con ella.

De tantas cosas, está fué la peor acción que su hermana pudo hacerle. Increíble.

Lanzó todo de si en el asiento y escuchó la puerta ser cerrada con suavidad y el auto fue encendido, maldición realmente se estaban mudando. Y no es que sea por la cuidad, no es que vaye a dejar algún familiar ya que solo era él y su hermana mayor. Y lo bueno de la cuidad estaría con él en dos días en ese lugar. Algo que le hizo sentirse bien de todo lo jodido de la situación.

Así que no. Por supuesto que no estaba incómodo por dejar esa cuidad.

Era en donde iban a vivir, la razón de todo lo que le hizo enojarse apenas supo a dónde irían. Thecheon, un pueblo casi inexistente en toda Corea del Sur, un lugar alejado y desolado, casi perdido y abandonado por tantos años, no había información sobre ese lugar, ni siquiera reseñas por los mismos, extrañamente, habitantes del pueblo pequeño. Habían tenido varias selecciones a dónde vivir y Taehyung creyó que su hermana sería más considerada, porque este viaje se trataba solo de su comodidad.

« Un nuevo lugar para vivir y dejar el pasado aquí. Que mejor que un lugar lleno de privacidad, paz mental y cero edificios»

Un pueblo pequeño. Sinónimo de todos saben de todos, dónde la privacidad es algo tan difícil como lo es la ubicación de ese mísero pueblo. Pero su opinión no vale, no cuando es su Noona quien vela por él, quién le ha dado todo sin negarse a algo, sin oponentes, aunque a costas, pero no lo deja de lado. A pesar de haber quedado sin padres desde muy pequeños, Ella le ha dado todo para sobrevivir juntos.

No sabía que tan sano es eso.

No es que deba nada, mas no puede refutar contra ella, aún no puede contradecir sus palabras. Lastimosamente sería ponerse contra los clavos.

Así que, ahora se encontraba esperando por llegar a Thecheon, tardaría un tanto así que decidió colocarse a dormir porque no quería tampoco hablar con Kim Sohee.

Luego de casi cinco horas finalmente el cártel de bienvenida a Thecheon los recibió. Sohee apenas cruzó palabras con él a sabiendas de su enojo, y lo seguía estando.

Recorrieron la zona y las miradas no se hicieron esperar, la mayor recorrió por unos minutos hasta estacionarse en una casa, de buen aspecto y amplia, de color caoba. Suspiró profundamente antes de bajar e ir por sus cosas.

—¡Oye! —antes de irse y revisar las habitaciones, fué jalado fuertemente por el brazo y se encontró con el rostro enojado de su hermana— No quiero más esa actitud, Kim Taehyung. Es hora de tomar esto como una buena decisión...

—Que se hayan enojado contigo no tiene que ver conmigo. Agradece que no haga nada en contra de tus decisiones, déjame quejarme todo lo que quiera ¡Ahhh!  —su brazo recibió las uñas de la mayor, la cual afianzó el agarre con fuerza en su brazo, claramente dejando marcar.

—Tampoco es como si pudieses hacer algo. Morirías antes de alejarte de mi, Taehyung. Solo quiero que estemos bien...

Arriesgándose al dolor, Taehyung jaló bruscamente su brazo para alejarse y hacer lo que principalmente tenía de idea. Fijó la vista en su brazo y las marcas de uñas decoraron la zona, aparte del ardor, bufó. La casa no se veía fea o algo así, de hecho estaba en perfectas condiciones pero, eso aún no llamó su atención. Nada de lo que se veía en ese lugar llamaba su atención.

Sohee lo dejó escoger la habitación más amplia, hizo el almuerzo y acomodó sus maletas y las propias de ella. Esa eran una de las cosas que hacía para pedir perdón en silencio por su actuar. Ella solía ser así, no decía directamente sus sentimientos, mas con esos actos, Taehyung veía su arrepentimiento.
Le echó una pomada a sus heridas y por primera vez, ella se disculpó, cubrió su brazo y sirvió la cena actuando de forma maternal como suele hacerlo. Mas aún él no podía convencerse del lugar. No puede si quiera interpretar la situación, no sé sentía cómodo y nada le daba buena vibra, nada.

Solo esperaba estar bien. Aunque no lo creía del todo, su instinto le indicaba malestar en ese lugar. Mas sin embargo, llamó su atención y eso también no le hizo sentirse tranquilo.

El pueblo no parecía poder brindarle la paz y tranquilidad que su hermana aseguró. No lo sabía, estaba interpretando las cosas antes de tiempo y esperaba equivocarse de verdad y que en algún punto si se adapte. Porque estaba casi seguro de que su hermana haría cualquier cosa para convencerlo de quedarse por mucho tiempo.

Y probablemente debió ser más fuerte de voluntad propia y dejar las cosas para tomar el primer bus de vuelta a su antigua casa, pues mientras la noche caía y él se iba a dormir. Las calles en ese lugar murmuraban acerca de ellos, de él, haciendo eco por el lugar, dando hasta llegar a oídos maliciosos que, no debieron de saber de su existencia. Porque si algo sabían ahí, es que todo lo malo que se consumía en el pueblo, se quedaba en el pueblo.

Secretos De Un Pueblo Pequeño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora