Ayer el cielo estaba roto
Sentía tanto frío que fue casi automático en mí recordar tus abrazos.
Traté de evitar el pensamiento y el recordarte esperándome en mi cama sin camisa y arropado entre mis mantas, pensé " que lindo sería llegar a casa desvestirme y tumbarme en la cama contigo de nuevo" mi piel estaba tan fría, no podía no abrazarme a mí misma para sentir cobijo y amor de algún lado, quería sentir un abrazo tuyo, bañarnos con agua caliente y meternos en la cama a dormir abrazados...
Extraño tanto la sensación de abrazarte, recuerdo que casi nunca me abrazabas al dormir, pero te amaba tanto que no importaba, yo te abrazaría por la espalda y de haría piojitos en la espalda siempre que lo necesitaras y quisieras, no tienes que pedirme las cosas que sé que te gustan...
Extraño tanto que mi palma se encuentre con un rostro cálido, mi pulso es frío y discontinuo, mi sangre no circula tan bien como quisiera y mi palma no es tan rosada, es más bien amarilla y a veces mis dedos se ponen azules, me hace recordar tu calor, incluso en la noche más gélida irradiabas calor corporal, pero odiabas mis manos frías, quién te puede culpar... Yo también las odio.
No me siento sola, siento nostalgia de los momentos buenos y por la falta de ese abrazo que me movía todo por dentro, tan fuerte que me llegue a los huesos y me sacuda el corazón, he empezado a recordarte... Quizá yo debería empezar a dar abrazos para no sentirme así, yo no sé dar abrazos, pero creo que contigo era una experta, nos sentíamos tan bien... Luego recuerdo que esos abrazos tan fuertes que te suenan los huesos, son como una camisa de fuerza, los necesitaba para que mi amor no se desbordara, ¿lo sosteníamos juntos, recuerdas? o eso pensé...
No quiero recordar las cosas malas hoy, más que extrañar cualquier interacción física de lujuria y deseo carnal, lo que de verdad extraño y añoro son los abrazos que nos dábamos, las miradas que nos dedicábamos y las risas que nos contábamos.
Recuerdo en tu mirada sentirme amada, más allá de lo que hicieras, quise volver tantas veces a tu mirada de amor... ¿Los ojos son la ventana del alma, no? O eso creí...
El amor no se sostiene con miradas, las risas a veces callan al llanto y contienen los deseos para ocultar verdades, me equivoqué y pensé que debía cambiar para que fuésemos felices, sino te perdonaba no podríamos seguir, me traicioné para poder aceptarte de nuevo, una y otra vez, con los brazos abiertos, una y otra vez, la sonrisa casi intacta y el alma destruida, lo podías ver en mis ojos, pero yo no veía ya mi reflejo, no podía ver mi alma ni sentir mi ser, me sentía vacía porque te estaba llenando a ti y nadie me llenaba a mí, di tanto que casi me pierdo en la inmensidad de mi amor por ti, y olvidé el amor por mí, el amor que no recibía de ningún lado, mi cuerpo se sentía más frío que nunca incluso después de un abrazo... El sexo me sabía a excusa, pretextos y contemplaciones que se sellaban en mi piel... en mi ser. Me dolía pensar, así que dejé de hacerlo, me dolía sentir, así que dejé de hacerlo, me dolía existir y que hubiese un nosotros donde ya no estaba yo, no sabía quién era ella, la persona a tu lado... No era yo, estaba ahí, justo en frente de mí, ahogando sus gritos, callando sus miedos, tenía miedo a hablar y que todo terminara, las palabras al igual que el amor se querían desbordar... Y un día no pude más, me dolía tanto, me dejaste sola 2 meses, me dolieron esos meses donde volví a sentir, volví a pensar, volví a ser yo, no habíamos terminado, pero era algo que pasaría eventualmente... Me estaba matando lentamente y te estaba permitiendo herirme, me estabas gritando a la cara con acciones que no me amabas y yo seguía viendo tu mirada enamorada y escuchando tus te amo, debía hacerlo rápido y con determinación, íbamos a viajar y eso "arreglaría el problema" yo no podía ir a ese viaje, por nada del mundo, no quería ser esa persona, ya no más, y me dolía porque quería todo contigo, quería ser todo para ti, desde el principio contemplé la idea de que no siempre estaríamos juntos, pero poco a poco fuiste cambiando mi forma de ver ese amor, y me entregué, sin armaduras, sin espinas ni enredaderas, no fui precavida, siempre hablábamos del futuro, ya no quiero tener hijos, yo había cambiado esa opinión por ti, y acepté el nombre de Charlotte como un hermosos presente para nuestra primera bebé, ya no puedo ponerle otro nombre... Pero no quiero volver a cambiar mi idea de no tener hijos por alguien más, nuestra pequeña Charlotte siempre estará feliz e inmaculada en ese recuerdo de lo que pudimos ser y no fuimos, y tú estarás en el pasado, como debe ser.
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Vivencias del día y la noche
PuisiEn la danza entre el día y la noche he plasmado mis recuerdos, he perdido mis vivencias, he olvidado a mis amores, y he consumido de mi ser la laguna de mi alma inmersa en la oscuridad ante la ausencia del fuego y el destello, con su gracia me bendi...