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─Pásame otra cerveza.
Shinichiro miró a su novio desde abajo, levantándose con pereza de su lugar y estirándose para alcanzar la lata a su espalda. La abrió y colocó en las manos de su pareja, acomodándose otra vez para verlo beber por capricho.
Llevaban varias horas sentados en el muelle; habían presenciado el atardecer del día anterior con sus amigos y ahora disfrutaban del amanecer de un nuevo día, solamente ellos dos, rodeados de latas de alcohol y envolturas de dulces por todas partes. Benkei desapareció luego de algunas horas, alegando que se encontraba cansado, mientras que Takeomi se fue murmurando insultos porque le había prometido a sus hermanos que llegaría temprano a casa, dejándolos solos en una tranquila cita improvisada.
─¿Crees que esto algún día terminará? ─preguntó Wakasa de repente. Shinichiro levantó la cabeza del regazo de su novio, parcialmente adormilado debido a su baja resistencia al alcohol.
─¿De qué hablas? ─dijo, sentándose. Buscó entre los bolsillos de su chaqueta y sacó un cigarrillo para despertarse. Lo encendió y notó la mueca de su novio por el olor del humo, lanzándole una parte por diversión.
─De esto. Tú, yo, este momento. ─contestó disipando la humarada. ─Probablemente en el futuro no tendremos tiempo para estar juntos.
Sano dio algunas caladas más antes de responder, pensando seriamente en su respuesta.
─No lo creo ─dijo luego de algunos minutos.
─¿Eh?
─Creo que... Si se trata de ti, siempre encontraré tiempo para estar juntos.
Wakasa se atragantó con la cerveza, limpiándose el rastro de bebida con la manga de su buzo. Tosió un par de veces y lo miró avergonzado.
─Idiota ─recriminó.
Shinichiro se rió, terminó el cigarrillo y lo aplastó contra el suelo. Se acercó más a su pareja y lo abrazó, rodeando sus brazos alrededor de Amaushi.
─Hablo en serio ─confesó, escondiendo su cabeza en el espacio entre su hombro y cuello. ─El futuro me da miedo, pero, si estás en él, creo que estaré bien.
Wakasa tiró la lata vacía y se acomodó de la misma manera contra Sano, dejándose caer contra la musculatura de su pareja.
─¿Cómo puedes decir cosas de manera tan desvergonzada? ─murmuró.
─¿Por qué? ¿Acaso te pongo nervioso? Supongo que tendré que ser más romántico.
─Y pensar que me gustas.
─Es inevitable, Waka ---aseguró divertido, inflando su ego con orgullo. ─Soy el mejor.
─Sí lo eres.
Shinichiro quedó en blanco. Sacó su cabeza de aquel espacio y vio el rostro del chico de sus sueños siendo iluminado por la luz del amanecer, completamente etéreo ante sus ojos, tan hermoso que pensó que podría llorar allí mismo.
─Waka, te amo.
Amaushi se burló del rostro embobado de Shinichiro, dejando pequeños besos alrededor de su cara.
─También te amo.
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