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La casa estaba extrañamente silenciosa mientras Nahoya vagaba por las habitaciones. Se sentía desplazado y un poco amargado porque su gemelo había decidido pasar la noche de Halloween con su novio. Se encontraba solo en su casa, y la perspectiva de una noche aburrida le pesaba.
Justo cuando estaba a punto de resignarse, su teléfono vibró. Era de Ran, su molesto cuñado (que todavía no aceptaba del todo).
"¿Qué tal si vienes al karaoke? Será divertido, te lo prometo."
Al principio vaciló. Había pasado por esto antes; cada vez que se juntaban, el Haitani aprovechaba para coquetear con él. Pero la idea de quedarse solo en casa era aún menos atractiva, así que, finalmente, aceptó la invitación.
Cuando llegó, el mayor le dio la bienvenida con una sonrisa.
─¡Nahoya! Estoy emocionado de que hayas venido.
Asintió con una sonrisa forzada, pero rápidamente se dio cuenta de que esa noche no sería como las anteriores. En lugar de insinuarse, el Haitani simplemente estaba siendo amable y divertido.
Alquilaron una sala privada, y la noche se transformó en una mezcla de risas, canciones y gritos. Ran había reservado la habitación durante horas, asegurando que tuvieran tiempo más que suficiente para disfrutar.
A medida que la noche avanzaba, compartieron risas y una interminable lista de canciones. Se sumergieron en la música, interpretando desde éxitos de pop hasta openings de anime.
Nahoya se dio cuenta de que Ran no estaba siendo coqueto; simplemente quería compartir un buen momento con él, y se sintió agradecido por ello.
Al final de la noche, después de horas de risas y risas, ambos se despidieron con una gran sonrisa.
─Gracias, creo. Realmente lo necesitaba ─dijo, encogiéndose de hombros, un poco avergonzado. Ran le dio un amistoso apretón de hombros.
─Fue genial pasar tiempo contigo, algodón. No dudes en llamarme cuando quieras hacer algo así de nuevo.
Mientras el Kawata caminaba hacia su casa, se dio cuenta de que esa noche no solo había sido la mejor de Halloween, sino que tal vez su percepción del mayor estaba cambiando.
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