—¡Espera! —Jennie corrió hacia la omega que estaba saliendo del salón, tiraba humos por los aires y parecía que quería romperle la cara a alguien.
—Escúchame bien, amiga —se giró, a centímetros de distancia y Jennie seguía sin sentir ni una pizca del aroma de la chica—. Yo voy a hacer el trabajo sin ninguna de tus preocupaciones; simple, voy a decir que no hiciste una mierda.
Lisa se giró y comenzó a caminar hacia el pasillo, claramente se dirigía a su casillero y en el proceso, muy dispuesta a ignorar a Jennie. Si estuvieran en otra ocasión probablemente Jennie aceptaría la propuesta y lo haría sola por su parte, después de todo no era mala en las materias.
—Hay que hacerlo juntas, podríamos juntarnos hoy en algún lugar y... —la tailandesa paró y comenzó a abrir su casillero—. Solo intento aprobar el trimestre, omega.
La nombrada se quedó quieta y presionó fuertemente con sus manos la puerta metálica. Sacó su rostro rojo de detrás de esta para mirar a la pelinaranja y en sus orbes habían llamas encendidas, listas para tirárselas a Jennie y asesinarla. Bien, Jennie tal vez se pasó, pero no se sabe su nombre y aunque le cueste admitirlo, no se sintió tan incorrecto decirlo.
—Lisa. Dime Lisa —volvió a poner su mirada dentro de sus cosas—. Hoy no puedo —cerró el casillero, lista para irse a su siguiente clase—. ¿Mañana?
—Mañana entreno, solo puedo hoy —se encogió de hombros y la menor exhaló de una forma exagerada.
—Maldita sea, tendré que cancelar mis planes con las chicas —la omega se tiró de espaldas contra el metal y comenzó a golpear su cabeza suavemente—. Está bien...
—¿Entonces dónde? —esto estaba siendo fácil, ofrecería su casa y tal vez puedan acercarse más y...
—Mi casa. A las tres.
La omega comenzó a escribir algo en un papel que rasgó y se lo entregó. Sus dedos hicieron un pequeño roce y Jennie sintió que los suyos propios se estaban quemando, una chispa eléctrica recorría toda su espina dorsal. Tal vez solo sea que no durmió bien.
—Bien —tomó el papel, al menos si no van a su casa podría pedirle su número y...
—No te voy a dar mi número, esto no se va a volver a repetir. Te veo en mi casa y si no llegas lo haré yo misma y no te daré una mierda de mi nota —soltó y siguió su camino, sin darse una vuelta para darle un vistazo.
***
Tocó la madera repetidas veces y se apoyó contra la pared esperando a que la puerta de la casa se abra, esto sería un castigo de alguna santidad o una de esas mierdas por todo lo malo que hizo Jennie en su vida; seguramente. No se imagina estar encerrada en una casa aburrida con alguien mucho más aburrida. La puerta se abrió al fin y la alfa se posó frente a esta.
—¡Lisa! —un alfa castaño gritó y escaneó a Jennie de arriba a abajo con mirada de odio—. ¡Maldita sea, Lis, si no bajas en dos segundos le diré a papi Ben que te baje de los pelos! —el alfa volvió a gritar hacia la escalera.
Una omega de pelo despeinado junto con unos shorts demasiado cortos y un top algo gastado, junto a unas adorables pantuflas de patito bajaba la escalera furiosa. Como si se pudiera ver furiosa con ese adorable aspecto y ese rico olor a cerezas y chocolate. Esperen, ¿qué caraj...?
—Así que tu debes de ser Jennie —otro alfa, alto y con ojos tan grandes como los de la omega estaba frente suyo, Jennie se obligó a apartar la vista de la escalera—. La pobre alfa que provoca gritos espantosos en mi hija... Escándalos de odio durante el almuerzo.
Jennie se sonrojó por eso. ¿Lisa hablaba de ella durante la hora de la comida? No, no y no. ¿Qué mierda le está pasando?
—Sí, soy Jennie Kim. Es un gusto conocerlo, señor Manoban —extendió su mano para saludarlo.
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Put me in the sky, my love | Jenlisa
RomanceJennie es una alfa muy popular y engreída, demasiado inmadura y petulante. Lisa, sin embargo, es pura, adorable e inteligente, una omega muy independiente. O donde las amigas de Jennie le apuestan a que salga con la omega menos interesante y más fea...