pensamientos confusos y el baile

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Se tambalea en la escalera y chilla, mira hacia abajo y una Seulgi con una sonrisa brillante con ojos cerrados y dientes resplandecientes la recibe. Maldita Seulgi, solo tiene que sostener la maldita escalera y dejar de coquetear con Joohyun.

―¡No sueltes la escalera, idiota! ―le grita a la beta y algunos de los que están en el lugar las miran y luego vuelven a lo suyo.

―¡Lo siento, Lis! ―Seulgi hace un puchero desde abajo y abraza las maderas para que no caiga―. ¡Prometo no volver a soltarla, panquesito! ―con una mirada de muerte asiente y vuelve a lo suyo, colgar un tonto globo.

Están en la cancha de basquet, dentro de la escuela, decorando el lugar para la noche y haciendo preparativos para que sea la noche perfecta para algunos. Seulgi solo tiene el tonto trabajo de sostener la escalera y de pasarle más globos, pero en lugar de eso está corriendo cada dos segundos a ayudar a Joohyun con las sillas y a reír tontamente con la alfa.

Jennie también está allí, con una playera blanca que expone levemente su abdomen, lleva unos jeans que se ajustan en las partes correctas de su cuerpo alfa, un bonito lazo rosa sostiene su cabello en una media cola, y tiene la cara de concentración más caliente que nunca antes haya visto. Ella está ayudando con los arreglos de las telas y algunas de esas cosas.

Sí, hablaron con Jisoo y la alfa le explicó toda la situación entre ella y Rosé; y sinceramente no sabe qué pensar con respecto a todo, aún. No sabe si es correcto perdonar tan fácilmente a Jennie porque ella en ningún momento se negó a seguir el juego o incluso se negó a ello. Todo lo contrario, aceptó la apuesta y con ello tuvo la consecuencia de enamorarla jodidamente más. Maldita alfa tonta.

―¡Oye, Lis! ―Seulgi grita desde abajo y se mueve cuidadosamente en el anteúltimo escalón para mirarla―. ¡Hay alguien que quiere hablar contigo!

Yeh Shuhua, la co-capitana de porristas, la saluda desde abajo con una agradable sonrisa, frunce el ceño y pega el último globo antes de bajar los finos escalones de madera. Salta el último escalón y le sonríe suavemente a la chica, Lisa sabe que ella era un premio de la apuesta. Pobre chica, se siente mal por ella porque nunca fue mala con nadie y que solo la tomen como un trofeo o un pedazo de carne la hace sentir mal. Los alfas siempre tratan así a los omegas.

―Oh, hola, Shuhua, ¿en qué puedo ayudarte? ―la omega le sonríe y mira de reojo detrás de ella, su espalda quema, sabe que Jennie las está mirando.

―Hola, Lisa, quería preguntarte si... ―frunce el ceño suavemente y siente su aroma a caramelo con algo de preocupación―. ¿Podríamos hablar?

―Oh... Uhm, claro. ¿Podrías encargarte de esto, Seulgi? ―esta parece estar igual de sorprendida que Lisa y asiente torpemente mientras toma el hilo blanco y los globos desinflados.

La omega taiwanesa camina fuera de la cancha y ella le sigue el paso, algo confusa por toda la situación, puede sentir la mirada curiosa de todos allí; por supuesto, todos saben de la apuesta. Para a unos metros fuera de la entrada a la cancha, las clases ya terminaron y los pasillos están vacíos, solo hay alumnos decorando el lugar para el baile de hoy.

―Quería decirte que, obviamente, sé lo de la apuesta —se cruza de brazos y resopla. Lisa comprende su enojo.

―Sí, lo sé, apesta —hace una mueca y recibe una mirada de compasión de la rubia.

―Lamento mucho lo que te hicieron, Lis. Juro que yo no sabía nada, me molesta mucho saber que esas idiotas me tomaron como un maldito trozo de carne —parece decepcionada más que asqueada y se pierde un poco por eso.

―Lamento eso por ti también, imagino que no es fácil tener a alfas tan hormonales e idiotas acosándote constantemente. Es una mierda.

―Lo es, pero estoy algo decepcionada por Jennie ―¿Jennie? Frunce su ceño y Shuhua le regala una débil sonrisa―. Como sabrás, soy la prima de Rosé y prácticamente vi crecer a Jennie. Ellas siempre fueron muy unidas y Kim siempre está en las fechas importantes para la familia.

Put me in the sky, my love | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora