Psychopath 2 - Bill Kaulitz

39: El asesinato.

Estaba apunto de desmayarme.

Apenas tragué saliva y recogí rápidamente las pruebas de embarazo.

Agarré fuertemente las cajitas, me giré sin verlo, y caminé rápidamente a la salida, el me seguía.

Tuve la mirada baja, sentía todo el cuerpo frío, el corazón palpitando con fuerza, los malditos nervios y el miedo.

No quería ver su reacción, sentía que no era momento.

Caminé firme y salí de la farmacia.

Me siguió a paso rápido, sentía su mirada intimidante sobre mí.

-Bill: ¿No vas a decirme nada?-

Dijo el cerca mío caminando casi a lado mío.

-Bill: _____, te estoy hablando.-

Me hablaba más fuerte, yo seguía caminando a paso acelerado.

-_____: Hablamos en la casa, que diga en el penth.-

Intenté hablar firme pero con voz temblorosa, sentí que la cagué.

-Bill: ¿Es en serio _____?- Habló con fastidio-

Caminé como si quisiera correr.

Cruzamos la calle y el intentaba verme la cara.

-_____: Ahora no...-

-Bill: ¡¿Que es esa mierda _____?!-

Agarró mi hombro deteniéndome y me giró frente a el.

-_____: ¡Ahora no!-

Y creo que eso empeoró todo, se acercó a mí, tenia una mala cara y de enfado, con su mano me tomó del rostro.

-Bill: ¡Tu no estás embarazada!-

-_____: Ah, ¿lo supones o lo afirmas?-

Se quedó callado aún mirándome con enfado.

-_____: Te dije que me esperaras, y ahora me esperas hasta que lleguemos.-

Me separo.

-Bill: Cállate, cállate de una puta vez.-

-_____: Aquí no Bill...-

-Bill: Ni que fuera un secreto _____.-

Comencé a caminar de nuevo.

Siguió mi paso.

Me agarró del brazo, pero me solté y seguí caminando.

-_____: Aquí no.-

-Bill: Mierda, ¿es en serio?-

-_____: Estamos en la calle.-

Caminé más rápido.

-Bill: ¡_____!-

Me grita a mis espaldas.

Negué con la cabeza y seguí caminando.

-Bill: No me estés jodiendo.-

Me sentía avergonzada por tenerlo maldiciendo a mis espaldas y llamar la atención de la gente, no quería decirle nada.

Lo escuché gruñir y entonces corre a mi lado, me toma del brazo llevandome más rápido.

Iba detrás de el, pero aun se notaba su enfado, maldecía entre dientes.

Ya no me dijo nada, me seguía llevando del brazo como si tuviéramos prisa.

Llegamos al penthouse, nisiquiera se molestó en abrir la puerta, solo la pateó y la abrió de golpe.

Eso me asustó, cuando se abre la puerta se empieza a oír la alarma.