los amantes de adelita

Adelita intenta encontrarse a sí misma

Adelita estaba sentada en el tren, viendo a través de la ventanilla paisajes bastante bellos.

Su acompañante simplemente miraba el teléfono jugando a un videojuego, sin embargo Adelita se fijó en que el chaval no le quitaba los ojos de encima, especialmente al impresionante escote de la blusa que había elegido ese día, a ella le encantaban esas situaciones,resaltar sus exuberantes pechos era simplemente algo que le subía el ego,sentirse deseada y atraer las miradas incluso hacía que se le humedecieran sus braguitas.

El chaval también echaba vistazos furtivos a sus piernas y no podía culparle,llevaba unas medias con liguero bastante sexys y una falda que apenas cubría la mitad de la distancia entre sus rodillas y su zona íntima.

Adelita estaba orgullosa de ser una colegiala guarrilla, se humedecía con las miradas lascivas de los hombres mayores que deseaban tener ese juvenil cuerpo encima suya cabalgando como una yegua desbocada, deseaban estar entre esas jóvenes piernas cuyo centro prometía una experiencia deliciosa,apretada y sobretodo muy húmeda.

Los chicos jóvenes como el que viajaba a su lado generalmente tenían poca experiencia y eso también le gustaba pues por algún extraño motivo el hecho de hacerles sentir lo que nunca sintieron también le encantaba, para que mentir, era una guarrilla y le iba todo, viejos, jóvenes, mientras se les levantara le servían.

Sin embargo en este viaje Adelita tenía que dejar el sexo a un lado para descubrir que es lo que quiere en la vida así que simplemente le pidió su número y al levantarse se subió un segundo la falda para regalarle un vistazo rápido a lo que se podría comer si tuviera suerte.