Prólogo

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En la mañana
Era como si estuviera dormida, todo era confuso... no había mucho que contar... o mucho que pudiera explicar; había mucha luz, y entre esas una fluorescente que provenía cerca del marco de una puerta.

Cada día que despierto escucho voces como susurros pisadas y el sonido de algún metal al caer... estruendos, ruidos, tijeras, veo un pasillo, cabello, una sonrisa, batas blancas y por último gritos... desgarradores, los peores, y alguien que dice "¡ahí está!"...

Abro los ojos y no veo más que un tejado blanco... mi habitación siempre vacía de aquello que pueda acabar con mi sufrimiento cada mañana.

Alguien entra por la puerta que parece estar bien asegurada; es el doctor Lauren; viene a verme en las mañanas y hacer un chequeo como de costumbre, es muy agradable a demás de amigable e inteligente, he desarrollado cierta empatía hacia el, me conoce bien y no me trata como a los demás "inquilinos" de este manicomio.

En ciertas ocasiones ha logrado decir que no salgo de aquí no por mi condición, sino porque yo no sé a dónde iría. En efecto, desconozco parte de mi vida y mi pasado como para saber en dónde estoy exactamente... ¿Cómo lo sé? Hay cosas en mi cabeza, que suenan, imagenes de muchas cosas y sensaciones que encuentro inexplicables si fuesen solo sueños... algunos tal vez, pero hay cosas que recuerdo... "una taza de café" luces blancas y azules, a mamá.

- veo que ya despertaste- me habla con desinterés- ¿Cómo te sientes?

-Bien.- me límite a solo asentir con la cabeza sin dejar de mirarle.

- Entiendo, Marlin dice que tú le has quitado su merienda.

- la vecina tiene antojo, no hice nada, sabes que no podría - sonreí.

- lo sé- esbozó una sonrisa coqueta que para ser de un anciano de 57 años no parecía haber dejado que alguna preocupación le afectase.- Aún no sabemos cómo terminaste aquí, ya tienes un año internada, y no das señales de ningún trastorno, excepto la amnesia. A demás de extremo aburrimiento (bromeó).

Asentí con la cabeza y desvíe mi mirada hacia su carpeta y luego a  mi ventana, la luz natural de un cielo nublado hacia que mi habitación se tornará sombría.

- Tu hora de paseo es a las nueve, y a penas son las ocho, pero te he puesto el permiso así que no habrá problemas. No das trabajo que hacer y prácticamente vives aquí. Te di de alta hace mucho, ¿Cuando te vas a largar de aquí?

- jajaja... ya no me quieres aquí verdad?

- jaja, tú estás bien, si no fuera por el aprecio que te tiene el personal, hace mucho te habrían sedado. Bien ya ve al patio, antes de que salgan los demás.

Básicamente, estaba ahí por mi cuenta... pero no me sentía lista para dejar el lugar al  que hasta ahora me he adaptado y es lo que conozco.

Escucho escándalo dentro, al parecer fueron a visitar al señor del 25, suele hacer desastres y muchos ruidos como si fuese animal; aquí afuera se siente mucha tranquilidad.

-¿...?

"Era yo".

Comienza a doler mi cabeza de manera horrible, la vista se me nubla, "quiero gritar pero no puedo" ¡¡¿QUE ES ESTO?!! Siento como si fuese a explotar, entre cada palpitación; toco mi rostro. Hay luces, muchas luces, una silla de ruedas, un grito desgarrador... una mujer, cabello castaño, ojos oscuros... ¿Quien es ella? ... de nuevo un grito  <<¡¡NO POR FAVOR... AYUDAA!!>>

Siguió hasta que pude liberar un gemido ahogado mi cuerpo temblaba... las manos me sudaban y lloraba sin poder decir nada; ¿que es? ... ¿Quien es?, en su grito sentí como si fuese rasgada su garganta por un gancho, y de fondo una puerta se cerraba; después de ahí no pude oír más a la mujer sino pisadas de cerca.

YA NO MÁS! Es otra miserable visión!!... DESEO QUE PAREN YA!! ... por favor...

Me quedé petrificada en el suelo  bajo  un árbol del patio ... respiro pero aún no me recupero; no puedo decirle esto a Lauren...

A-44 Una Puerta Hacia El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora