「Finalizado✔」• •「Cain x Jooin; AU • OMEGAVERSE」• •
Lim Jooin comprendió que había sido una muy mala idea aceptar la invitación de su mejor amigo, en el mismo momento en que traspasó el umbral de su casa y lo vio.
Los ojos esmeraldas de Caín se clav...
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¿Qué es lo que quieres?
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— ¿No puedes alojarte en un hotel de segunda como el más común de los mortales?
Caín ignoró su comentario y lo hizo traspasar las puertas del famoso y exclusivo Hotel Universal Port Vitade Daegu, un hotel de cinco estrellas que le hacía rechinar los dientes.
— ¿Por qué hacerlo cuando puedo permitirme alojarme aquí? —Respondió, mirándolo con interés—. El trato es agradable, el lugar impecable y tiene unas habitaciones amplias con unas vistas estupendas.
—Eres un sibarita*.
(N: Se llama sibarita a una persona de gustos "refinados" e inclinada al lujo)
Sacudió la cabeza y sonrió de medio lado.
—Ni mucho menos, Jooin-ssi —contestó—. Sencillamente disfruto del fruto de mi trabajo.
No dijo una sola palabra, cualquier comentario inteligente se volatilizó en el mismo instante en que se vio reflejado en el lustroso suelo de baldosas negras atravesadas con franjas amarillas y blancas que lo convertían en un desigual tablero de ajedrez.
—Caín, ¿te has dado cuenta que nos reflejamos en el maldito suelo? —murmuró, bajando la voz hasta convertirlo casi en un susurro.
Caín sonrió y se inclinó sobre él para susurrarle al oído.
—Si te gustan los suelos, te encantará el techo.
Fue involuntario, alzó la mirada y frunció el ceño al ver la enorme lámpara de araña dorada en medio de un techo abovedado decorado en tonos blancos y arena.
Sacudió la cabeza y miró con ojo crítico a su alrededor, la recepción del hotel hablaba de lujo y mucho, pero que mucho dinero. Sillones tapizados, mesas auxiliares de delicada madera con lámparas a juego, vitrinas... se sentía totalmente fuera de lugar.
— ¿Por qué estoy aquí? —clavó los pies en el suelo, sintiendo como empezaba a temblar desde los pies a la cabeza. No era una pregunta dirigida a Caín si no a él mismo.
Volvió a preguntarse, y no por primera vez en todo el trayecto, porque estaba allí. Sus defensas se habían ido al traste, de eso era más que consciente.
La ausencia de Yin Jiyu, el verse de nuevo solo, la aparición de Caín, todo había sumado para convertir su vida en una enorme bomba nuclear que no estaba seguro por dónde estallaría.
