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Bienvenido a casa. Jooin.
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Lim Jooin se detuvo una vez más a recuperar el aliento. Caín había insistido en llevarlo él mismo, pero se negó diciéndole que tenía muchas cosas que preparar para celebrar la reunión de esa noche, dónde sería oficialmente presentado al clan. No era un evento que le hiciese precisamente ilusión, especialmente cuando todo lo que podía hacer era permanecer sentado en una maldita silla y con la pierna en alto mientras su enorme familia política comparecía ante ellos. Aaron le había prometido permanecer a su lado y golpear la cabeza de unos cuantos lobos si hacía falta.
Ambos sabían que sanar su relación llevaría tiempo, pero el primer paso había sido dado cuando el joven lobo abrió la puerta de su hogar y le sonrió con calidez y sin rastro de resentimiento alguno por su parte.
‹‹Bienvenido a casa, Jooin-ssi ››.
Sus palabras habían sido sinceras y la emoción que escuchó en su voz, los llevó a los dos al llanto. El ver la cara asustada de Caín, mirándolos a los dos, había sido un bonus.
Aseguró el pequeño ramillete con tres rosas blancas que llevaba bajo el brazo y se apoyó de nuevo en las muletas para recorrer el sendero de piedra que discurría a través del jardín trasero y que daba a una pequeña plazoleta en cuyo centro se encontraba una estatua de mármol blanco tallada con la efigie de un lobo rampante.
‹‹La tradición la iniciaron mis bisabuelos. Mi bisabuela dejó a su compañero antes de tiempo y él construyó esta estatua en su honor y en su memoria. Decía que todo lobo deja una huella detrás de sí y que esta vive siempre en el recuerdo de aquellos que los han querido y apreciado. A partir de entonces, cuando alguien querido nos deja, esparcimos sus cenizas aquí en una noche de luna llena y pedimos a nuestros ancestros que los cobijen en su abrazo y les conviertan en nuestros guías››.
Una tradición tan antigua como hermosa, pensó, una que le permitía así mismo despedirse de la loba que había sido como una madre para él.
La estatua apareció ante él, la nieve de la noche la había salpicado confiriéndole un aspecto incluso más místico. Su acabado era tal que casi podía verla saltando de aquel pedestal y corretear a su alrededor como un verdadero lobo.
Se lamió los labios y sonrió. —Hola nana —murmuró, arreglándoselas con las muletas para depositar las rosas que había traído consigo al pie de la estatua—. Ya estoy en casa.
Una solitaria lágrima se escurrió por su mejilla, seguida de otra y otra más, pero a pesar de todo, se sentía bien, llena de felicidad, pues ahora estaba dónde pertenecía.
Secándose el rostro, sonrió y giró de nuevo sobre sus muletas, Caín lo esperaba al final del camino, paciente, fuerte, el ancla que necesitaba en ese nuevo mundo y el dueño de su corazón.
Lentamente, emprendió el camino de vuelta, sintiendo como una fría ráfaga de viento levantaba unas diminutas volutas de nieve y lo envolvían con mimo trayendo consigo una lejana bienvenida.
‹‹Bienvenido a casa, Jooin-ssi. Bienvenido a casa››.
Se detuvo en seco, miró de nuevo a la estatua del lobo y sonrió, entonces le dio la espalda una vez más y cojeó hacia su lobo, su mejor regalo de navidad.
「FIN」
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Nos vemos.By: Aoba
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The Alpha's Lover ˗ˏ「CaJoo」✔
Fanfiction「Finalizado✔」• •「Cain x Jooin; AU • OMEGAVERSE」• • Lim Jooin comprendió que había sido una muy mala idea aceptar la invitación de su mejor amigo, en el mismo momento en que traspasó el umbral de su casa y lo vio. Los ojos esmeraldas de Caín se clav...