Soy testigo de como el tiempo corre, te marca las manos y el rostro con nuevos surcos delicados llamados bruscamente "arrugas".
Soy testigo de como poco a poco te vuelves añeja cuan vino, te vuelves más sabía, más delicada pero con aún más vida.
El tiempo te sienta bien y pocos pueden decir eso, evolucionas con cada estación, tu sonrisa no se borra y tu loca manera de vivir la vida mucho menos.
El tiempo corre y no te importa, sólo te sientas a verlo pasar. La vida te acompaña y ven juntas aquella perspectiva de lo que a todos le temen ‹‹la vejez›› cómo si fuese algo malo cuando en realidad es observar hasta donde haz llegado y todo lo que haz aprendido a lo largo del camino.
Tiempo te veo pasar tiempo y me rió de lo apurado que vas, a veces perdido y otras decidido pero sigues corriendo y yo te espero sentada para ver cuánto te toma entender que «debes ir a pasos más lentos, disfruta más del andar y aprecia los efímeros momentos que la vida te regala.»
Querido tiempo te agradezco cada momento vivido, bueno o malo, de todos he aprendido algo, espero que también hayas aprendido de mí a lo largo de nuestro trecho juntos.