Cupido [precuela-LBD]

05. The problem. (Taeil)

"Todos me advirtieron de ti, que mal que no los escuché"
- Karol G, Nathy Peluso (Gato malo).

Doyoung se observó en el espejo del baño.

Su cuello se encontraba lleno de marcas. En otras ocasiones le habría causado gracia, pero en estos momentos solo pensaba en lo mucho que le dolía, y en como cubrir todo ese desastre para que nadie fuese a hacerle burla.

No podía soportar los comentarios de su familia, mucho menos las burlas mal intencionadas de sus hermanos mayores con respecto a su vida sexual. Muchas veces se había quedado en silencio, escuchando y esperando a que terminaran con su burla, pero esto solo empeoraba la situación, nadie se detenía hasta que su madre indicaba que era suficiente. Ojalá poder decir en voz alta que en realidad odiaba que le dejasen marcas en lugares tan visibles, que sus experiencias con Taeil nunca eran tan buenas, y que muchas veces llegó a lastimarlo e incluso hacerlo llorar.

Lo triste de la situación es no contar con nadie a quien decirle esto; bueno, tenía a Taeyong, pero el estaba demasiado ocupado con sus trabajos universitarios y el servicio social para obtener su aclamada beca de excelencia. No podía molestarlo con esos temas cuando su cabeza ya se encontraba llena de más situaciones, así que solo se tragaba su propio dolor y le dedicaba sonrisas a todo mundo, para que nadie fuese a sospechar que su situación era horrible.

Con lentitud, Doyoung pasó un algodón con alcohol por encima de la herida que yacía sobre su adolorido hombro. Quiso reír, llorar y gritar el mismo tiempo. No podía dejar de sentirse como un objeto que solo era utilizado con el propósito de quitarle el estrés a su novio.

Amar a Taeil era una tortura.

Pero no podía volver a lo que llamaba hogar. Entre muchas comillas, porque, realmente, nunca se sintió como un verdadero hogar. No para el.

Aún sueña con aquel día en que su madre le dijo que tenía que abandonar ese hogar para irse a vivir con el padre de su niño. Recuerda como, entre un llanto desconsolado, le pedía que no dijera nada a nadie, que el buscaría un departamento y se iría lo más pronto posible, pero que no deseaba ir a casa de Taeil. Lloró como un niño pequeño por miedo a lo que podía suceder, pero aún así su familia entera decidió darle la espalda ese día y empujarlo a vivir con una persona que no lo amaba.

Perdió la cuenta de las veces que intentó convencerse a si mismo de que Taeil lo amaba.

—Buenos días —la voz de Taeil le hizo alzar la mirada. Podía observar a su novio por el reflejo del espejo, y este no se veía para nada feliz. —¿Por qué tardas tanto en el baño? ¿para quién te arreglas?

—Para mi —respondió Doyoung, guardando su maquillaje casi de inmediato. —No voy a salir cuando parece que alguien intentó matarme, ¿qué van a decir los vecinos?

—Que tienes suerte —se burló Taeil. —Ya, deja de estar tan dramático. Igual estás embarazado, nadie volteará a verte ni por un instante. Debo de confesar que a veces siento un poco de vergüenza y no quiero salir contigo, todo por la manera en la que esas personas te observan. Piensan que eres algo así como un... fenómeno de circo.