PROPUESTA DE MATRIMONIO

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(SOLANGELO)

Una de las cosas favoritas de Nico era quedarse en casa con su hija Bianca, también le gustaba cuando Bianca se iba a la casa de algunos de sus amigos para poder pasar tiempo a solas con Will, disfrutaba de la compañía de ambos, pero también cuando estaban a solas. Aunque tal vez no disfrutaba tanto los quehaceres (nadie en su sano juicio lo haría).

El caso es que Will tenía un turno largo y Nico no tenía trabajo, eso fue probablemente como funcionaba el destino.

Estaba intentando poner en orden las cosas de su hija de tres años (que por supuesto, no sabía que era el orden) cuando escuchó voces provenientes de la recámara de la niña. Nico suspiró, los fantasmas a veces eran una terrible molestia, desde que se dieron que cuenta que Bianca los podía ver (también los podía invocar, se dieron cuenta por accidente y sí, les sorprendió porque era demasiado pequeña) bueno, desde que los fantasmas vieron que Bianca jugaba con ellos, aparecían cada vez más seguido, lo que no sería tan malo si no le aconsejaran a Bianca hacer cosas peligrosas para una niña de su edad asegurándole que "no pasaría nada", por supuesto ellos son fantasmas a ellos no les pasaría nada, pero a Bianca por otro lado... Además Bianca no necesitaba mucho que la convencieran.

Dejó a un lado las cosas que tenía en las manos y fue a la habitación de la niña, en cuanto lo vieron entrar por la puerta los fantasmas desaparecieron.

—No pueden estar en la habitación de mi hija sin permiso— masculló Nico.

Bianca soltó una risita.

Nico la miró —¿Recuerdas que hablamos de decirme cuando los fantasmas aparezcan?

—Divertidos— se quejó Bianca.

—Pero no son los más fiables en cuanto a consejos— comentó Nico, no es que de hecho a Bianca le importara. —está bien, voy a continuar lo que estaba haciendo, si se vuelven a aparecer me dices ¿Vale?

—Vale— asintió Bianca.

Nico estaba a punto de salir de la habitación de su hija cuando algo llamó su atención.

Bianca estaba jugando y moviendo su muñeca de un lado a otro cuando algo brilló, la mente de Nico no se ponía al día sobre lo que se trataba, así que se acercó para ver más de cerca.

—Cara mia ¿Me prestas tu muñeca un momento?— estaba teniendo una buena idea de lo que era y sentía que las manos le empezaban a sudar.

—Sí— dijo Bianca pasándole la muñeca.

Era una muñeca de trapo que la mamá de Will le había regalado a la niña, pero encajado en una de sus manos había algo que definitivamente no debería estar ahí.

Nico tragó saliva, sintió como enrojecía y luego entraba en pánico ¡No lo debería haber visto! Porque ahí, como burlándose de él había una anillo de plata, con detalles negros y una joya (que Nico no sabía que era, le tendría que preguntar a Hazel), la roca no sobresalía sino que estaba aplanada junto con el anillo.

Ay no.

Solo su suerte.

Antes de que siguiera entrando en pánico miró a Bianca que había dejado de jugar y lo veía con curiosidad.

—¿De dónde sacaste esto, Bee?

—Mi papá Will me lo dio cuando fuimos a ver a la tía Hazel— dijo Bianca mirando con un puchero a Nico.

Así que su hermana estaba en esto.

—¿Te lo dio para que lo guardaras?

Bianca negó con la cabeza —No, me lo regaló. Lo tenía en una...—se demoró buscando la palabra —cajita y luego me lo dio, pero ya no lo pusimos en la cajita.

FANTOBER DEMIGODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora