3º Spark

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ALIANA JACKSON en multimedia

- August Castle, Alíana Jackson y Daniel Thomas, nos presentarán a continuación su trabajo sobre la Gran Recesión. - Gus levantó la cara al oír su nombre en boca del profesor de historia y fue arrastrando los pies hasta llegar al encerado; al tiempo que Lía movía inquieta su dedo sobre su teléfono de pez, tras un rato encontró lo que quería y con un simple desliz de su mano sobre el instrumento el trabajo de los tres chicos apareció en la pantalla que llamban pizarra. Daniel seguía sentado, hasta que Lía le lanzó una mirada asesina; al chico no le hacía falta leerle la mente a su amiga para saber lo que pensaba, Lí se preocupaba demasiado por sus notas a pesar de ser algo despistada. Dan se levantó tranquilo con las manos en los bolsillos y al llegar hasta sus compañeros comenzó a hablar despreocupadamente sobre el tema del trabajo, era muy bueno en estas cosas y él lo sabía, no necesitaba estudiarlas, eso era obvio; pero el chico a parte de tener su especial inteligencia, también contaba con su carácter y físico, porque... ¿quién podría no escuchar a alguien con una personalidad envolvente y tan seguro de sí mismo? De haberse llamado según su aspecto, él se llamaría Adonis.

-Muy bien, señores y señorita pueden sentarse - dijo el profesor Morrison cuando acabaron la presentación. Un codo impactó en el abdomen de Dan, acto seguido Gus le susurró:
-¿Cómo crees que nos ha salido? ¿Nos aprobará?- Dan miró fijamente al señor Morrison y escuchó: " Estos tres lo han hecho bastante bien, la verdad; aunque el señor Castle debería dejar de colocarse el pelo cada dos por tres"
-Vamos a sacar muy buena nota, aunque al señor Morrison le molesta que te toquetees tanto el pelo... - mientras hablaba su expresión se había transformado en una risueña y burlesca.
- ¿Qué dices, tío? -preguntó el otro chico extrañado.                                                                                                    Sonó la campana y el profesor Morrison salió del aula, pasaron unos cinco minutos donde todos los alumnos se pusieron a hablar, cotillear, chillar y teclear en sus móviles; ahora les tocaba clase con la profesora de matemáticas pero esta entró acompañada de un tío con gafas y traje, con pinta de estirado. Todos corrieron a sentarse llevándose, algunos por delante, mesas, sillas y chocándose con otros compañeros.
- Buenos días, chicos este es David Stevenson - anunció mientras dejaba su maletín roído sobre la mesa - ha venido a realizarnos unos test para el gobierno, de esos que os encantan porque no hacemos nada y perdemos la clase - el hombre trajeado del gobierno la miró con mala cara mientras la profesora soltaba su monólogo con voz socarrona y un deje molesto en ella.
El señor Stevenson se quitó las gafas y miró a todos y cada uno de los chicos mientras la profesora de matemáticas enviaba un archivo con preguntas y respuestas a los dispositivos de los alumnos, sus ojos grises cayeron sobre la figura de Daniel pero para observarlo mejor volvió a colocarse las gafas. El chico, confundido, entrecerró sus ojos ambarinos: Dan desvió la mirada incómodo , pero el hombre no dejaba de observarle. ¿Qué podía querer ese tío de él? Apartó esos pensamientos de su cabeza y se concentró en el test. Una chica de la última fila levantó la mano con cara de sorpresa:

- Señor Stevenson...

- ¿Qué quiere señorita?

- ¿Qué clase de preguntas son estas?- su cara adoptó una postura aún más extraña; Daniel que observaba la escena desde su pupitre comenzó a pasar las páginas con el dedo, al tiempo que observaba las preguntas, estas consistían en una serie de formas, colores y posiciones las cuales había que relacionar.

- Señorita, limítese a responder las preguntas propuestas y olvídese de esas tonterías...- la chica se calló inmediatamente y se concentró en obedecer al hombre con traje y corbata.

Daniel completó las preguntas en unos escasos veinte minutos, pero como todo esto le resultaba tan extraño continuó concentrado en su pantalla mientras sus compañeros terminaban. Poco a poco fue observando al hombre trajeado del gobierno, que andaba de un extremo a otro del aula con una lámina de pez escribiendo sin parar; el chico le miraba de reojo, esperando a que este levantara la vista y lo mirara a los ojos, para así poder saber que estaba ocurriendo. En el momento que el señor Stevenson miró a Dan, el chico intentó oír sus pensamientos pero comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza que le recorría desde la parte alta del cuello hasta las sienes; los labios del trabajador del gobierno se curvaron mostrando una maléfica sonrisa, al tiempo que Daniel intentaba disimular lo ocurrido cogiéndose con una mano la cabeza y bajando su vista.

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