Capítulo 5: Insistencia

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—¿Qué quieres decir con que no puedes explicarme?—no quería desconfiar pero ella era la unica conexión con la chica que había desaparecido—. Has actuado muy raro.
—¿Estás desconfiando de mi?—pregunto ofendida.
—No—respondio de inmediato—. Pero explica que está pasando.
—No lo sé—respondio cortante la mujer—. Ella solía decir que lo mejor era que la olvidaran.
—¿Estaba pasando por un mal momento?
—No eramos muy cercanas ¿De acuerdo?—respondio frustrada—. Sí dije que era mi amiga pero no conozco mucho de ella.
—Abigail, insististe mucho para tomar este caso—le recordó Fernando ahora molesto por su actitud—. Los jefes nos están presionando para encontrar al responsable.
—¡Presionarnos no hará que aparezca el culpable! Así como ser o no cercana a ella no hará que la encuentre más rapido porque estoy atada a los protocolos al igual que tú y los demás—en sus ojos comenzaban a formarse lágrimas—. No creas que porque no fui tan cercana a ella no me importa.
—Lo siento—se disculpo Fernando, reconociendo su error.
—Esta bien, lamento haberte gritado.
—No te preocupes, hemos estado muy estresados con esto y tienes razón estamos atados a los protocolos.
—Avanza, podemos seguir la conversación mientras seguimos en el trabajo—le pidió Abigail con seriedad—. Mientras vigilemos no podré encontrarla.
—Tampoco puedes entregar el mensaje al grupo de investigación porque te entregaron el caso—comento Fernando mientras comenzaba a seguir la ruta programada.
—Ellos no la encontrarían incluso si les doy como prueba el mensaje. Sabes cómo funciona ese grupo, no logran encontrar a las víctimas y en el peor de los casos no encuentran a los culpables.
—Lo se pero por ese motivo cambiaron al personal.
—Pero no los procedimientos... Si les hubiera dicho del mensaje me iban a tomar como principal sospechosa.
—¿Por qué?
—Vivia conmigo, más o menos, tenía su cuarto y venía algunos dias.

Fernando solo seguía mirando el camino.

—¿No dirás nada?—le cuestiono Abigail confundida por el prolongado silencio de su pareja.
—Tengo derecho a guardar silencio—respondio manteniendo su expresión sería pero sintiendose incómodo.
—¿Es enserio?
—Estuve en ese grupo antes y fui testigo de como inocentes eran arrestados porque no tenían a nadie que corroborara su coartada. Si llegan a saberlo se irán sobre ti para cerrar más rápido el caso.
—Recuerda que tengo el expediente, no tendremos problemas, al menos no por ese lado.
—Bien, entonces vamos preparando todo para mañana, incluso con ese mensaje hay que ordenar de manera cronologica lo que pasó. El último mensaje ¿Qué fecha tiene?
—Sabado 10 de Julio.
—¿Hora?
—7:53 de la tarde pero no está bien.
—¿Por?
—Su horario era de 9 a 5 de la tarde.
—Bueno, es posible que haya salido tarde ¿No crees?
—Quizas pero tenemos que confirmarlo.
—Dijiste que trabajaba en una biblioteca ¿Sabes cuál?
—Espera—reviso el expediente checando la hojas y después de unos segundos cerro la carpeta—. Tenemos un problema, no dice dónde.
—¿Por qué?
—Su madre no lo sabía y yo tampoco lo sé.
—Entonces buscaremos en todas.
—Eso nos tomaría días, incluso si nos separamos—dijo volteando a verlo desconcertada.
—¿Es tu amiga, cierto?
—Sí.
—Aby, estoy ignorando que vive contigo y que justo el día que desaparece tu olvidaste quien era porque no quiero que pienses que estoy desconfiando de ti. Entonces ¿Puedes confiar en mi?—pregunto pero al no tener respuesta continuo—. Revisaremos las que estén más cerca de donde vives y dónde vive la madre de tu amiga.
—A 30 minutos.
—¿30 minutos?—pregunto sin entender.
—La biblioteca más cerca está a 30 minutos de mi casa.
—¿Lo recordaste?
—Mas o menos, una vez trajo un libro pero no dijo el nombre de la biblioteca solo que quedaba a 30 minutos caminando.
—Bien, ya tenemos por dónde empezar.

En otro lugar, una chica de 21 años miraba el cielo desde la ventana de su cuarto, sumergida en sus pensamientos y escuchando música con sus audífonos.

—¡Sairah!—grito un chico de 18 años al mismo tiempo que le quitaba los audífonos a la chica.
—¿¡Qué!?—grito la chica molesta por el susto.
—Te estoy hablando desde hace 10 minutos y no respondes. ¡Ah! Será que... ¿El fantasma de esa mujer te a poseído?—pregunto con voz tenebrosa.
—¡Brandon! Madre dijo que no juguemos con eso—le regaño.
—¿Ah? No estoy jugando, hace semanas la vi detras de ti—respondio cruzando sus brazos, disgustado porque su hermana no le creyera—. Sé que era un fantasma porque desapareció.
—Habras visto mal, no sé, el reflejo de alguien.
—Que no, un reflejo no te toma la mano pero tampoco debería un fantasma—dijo analizando.
—¿Qué dijiste?—pregunto sorprendida y asustada miro su mano izquierda al recordar—. Sí sujetaron mi mano.
—Sí—afirmo al escucharla—. ¿No sabías? Espera ¿La sentiste?
—¿Cómo era?—pregunto ignorando las preguntas de su hermano.
—No recuerdo, creo un poco más alta que tú...
—¡Recuerda!—grito sujetandolo de los hombros y comenzó a sacudirlo—. ¿Cómo se veía?
—¡No sé! No la vi bien—respondio entre sacudidas—. Tenía el pelo largo pero no estoy seguro—termino de decir soltándose.
—Ella no, por favor—murmuro angustiada—. Tengo que irme—y se dirigió a su cuarto a tomar una mochila.

Brandon que no entendía lo que pasaba miro confundido a su hermana que ya estaba por salir pero antes de que saliera le hablo.

—¡Sairah! ¿A dónde vas?
—Con un amigo, regresare más tarde.
—No, negativo, no saldrás.
—Brandon, es importante.
—No más que esto—señalo con su mano extendida el piso.
—¿Qué?—pregunto sin entender.
—La casa, la limpieza de la casa. Hoy nos toca a nosotros y no me vas a dejar todo esto a mi.
—Que te ayude ella—pronuncio con cierta molestia—. No hace nada, que se ponga a limpiar.
—Tú sabes que ella no ayuda a menos que le den dinero, además no está aquí.
—¿A dónde fue?
—Con sus hermanos y se llevó a las niñas.
—Sí como no, con sus "hermanos" ni quien le crea—dijo molesta—. Brandon, no voy a tardar, volveré rápido.
—No. Sairah, madre y padre no están porque salieron a trabajar, nuestro hermano mayor también.
—Adan trabaja para su familia.
—Lo que quiero decir es que están haciendo algo. Nosotros solo tenemos que mantener la casa limpia y preparar la comida.
—Ya lo sé pero...
—¿Me vas a dejar solo?—le cuestiono.
—No—respondio cediendo a su petición—. Está bien, me quedo a limpiar.
—Gracias.

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⏰ Última actualización: Oct 06, 2023 ⏰

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