Nuevos placeres

Sumiso

Volvi a casa a eso de las seis de la mañana, no había rastro de mamá ni de King

O eso creía yo, cuando encendí la luz de la cocina el estaba allí, sentado esperándome, con un vaso de whisky en su mano derecha y un maldito cigarrillo en la izquierda

— Son la seis Margarita..

— digo lo mismo —respondí sonriente —. Deberías estar dormido, es muy temprano

Abrí la puerta de la refrigeradora, sacando el cartón de leche

Tiro al lado de mi una carpeta, con miles de documentos dentro

— George Good, nacido en Washington, 1996, de padres españoles, estudio en Buenos Aires un par de años, se graduó y ahora está aquí, comparte departamento con su mejor amigo, desde hace tres.. No, cuatro meses

— ¿cómo lo.

— yo lo se todo Diane... Y no pienso dejar que mis hombres crean que soy un maldito venado

— Tu te acuestas con cientos de mujeres... ¿Porque yo no puedo?

— porque no eres como yo

Pase por su lado pero el me agarro con fuerza

— ¿te acostaste con el?

— ¿qué ?

— que si ese maldito hijo de puta metió su sucias bolas en tu coño

Me solté bruscamente de su agarre, golpeando su mejilla

— no tengo porque contestarte eso, imbecil

— bien.. Perdóname Di

Rodé los ojos

— por todo lo que te hice —lo sentí acercarse, poner su mano en mi mejilla y acariciarla un poco—. En especial por esto...

King me trepó en su hombro y a pasos grandes me llevó hasta mi habitación, mis manos estaban atrapadas en esposas de acero y a él parecían no dolerle las patadas que le daba en la espalda

— suéltame

— contesta mi duda

— no lo haré

King sonrió, se trepó sobre mi besando mi cuello y abdomen hasta llegar hacia debajo de mi mini falda

— solo hay una manera de saberlo

Intente patearlo pero el me lo impidió sosteniendo mi pierna y llevándola sobre su hombro

— Que rico hueles Margarita

— King..

— ambos sabemos que quieres Di

Mi silencio lo tomo como un si, bajo mis bragas lentamente y las sostuvo entre sus dedos jugando con ellas

— So-Solo nos besamos

— ¿que?

— George y yo solos nos besamos... No tuvimos sexo

— lo sé... Siempre lo supe

Lo mire confundida

— no soy imbécil Diane... Si alguien se llega a acostar con mi mujer yo lo sabría con solo verte

Intente levantarme pero me volvió a recostar

— de todas maneras quiero comerte el coño

— eres un cochino Harlequin

— ambos sabemos que también quieres ..

— desatame

— lo que ordenes princesa

Abrió las esposas con una llave, las dejo sobre la mesita de noche, aproveche su distracción para sentarme en el borde de la cama

Me quite la falda, camisa y brasier, me acaricie los senos cuando me deshice de la tortura llamada sujetador

King me miraba con atención, analizando cada uno de mis movimientos

— De rodillas Fairy

No dudo en hacerlo, sonreí, tenía al Dios del sexo como mi sumiso, abrí la piernas para el

— quiero tu lengua aquí

El asintió, a los segundos lo sentí pasando su lengua sobre mis pliegues mojando con su saliva mi intimidad