𝙋𝙧𝙤́𝙡𝙤𝙜𝙤

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Está estresado. Lo sé porque siempre es así cuando viene a buscarme.

Sus músculos tensionados y esa expresión en el rostro cuyas cejas están arrugadas en el medio.

Me hizo el amor sin verme a los ojos y podía sentir cómo quitaba su malestar con bruscos movimientos. Por supuesto que callé. Nunca le hacía saber que me dolía su agresividad, aunque las lágrimas sean escurridas por los costados de mis ojos y sean brevemente ignoradas.

Yo era quien lo hacía feliz. Yo era su lugar favorito cuando nada marchaba bien en casa o en el trabajo.

Luego de una ducha, él se recostó en la cama con la espalda en la pared y las piernas cruzadas en lo que veía su móvil. Sólo me quedé admirándolo en silencio. Por lo menos había olvidado su malestar en un par de horas.

⎯⎯ Voy a comprarte un nuevo departamento, Elisa ⎯⎯ elevó su mirada hacia mi, causándome un pequeño cosquilleo en el vientre.

⎯⎯ ¿Oh? ¿por qué?

Estaba desconcertada. Había comprado este departamento para nosotros hace un año, cambiarlo tan repentinamente era sorpresivo. A mi me gustaba. Era acogedor y me llevaba bien con los vecinos.

⎯⎯ Aquella mancha de moho en la esquina me fastidia. Aunque hablé con el inquilino de arriba, parece importarle una mierda ⎯⎯ se pone de pie, dejando el móvil sobre el colchón. Camina hacia mi persona y coloca sus manos en mi quijada, invadiendo mis fosas nasales con su aroma varonil.

No puedo no morderme los labios mientras que nuestras miradas se chocan provocando chispazos.

Prosigue ⎯⎯ Quiero que mi princesa tenga todo lo mejor.

⎯⎯ Lo mejor para mi, eres tú, Jungkook. El departamento es lo de menos.

Sonríe de costado, posando sus labios en mi frente.

⎯⎯ Eres tan inocente, Elisa. Por eso es que me gustas tanto ⎯⎯ susurra.

Era su princesa. Porque su reina lo esperaba en casa.

Le gustaba. Porque era su pasatiempo favorito que no lo fastidiaba ni interrogaba.

Había elegido este camino hace dos años, cuando Jungkook simplemente se fijó en mi al pasar por una cafetería de Seúl mientras escapaba de reporteros y chicas que gritaban su nombre despavoridas.

Jeon Jungkook era cantante, compositor, modelo, lo que puedas imaginar en el mundo de un idol. Pero también era esposo, hombre de familia. Sabía en donde me metía porque nada era oculto, todo Corea conocía a su mujer, y así como todo es público, lo mío era privado.

No le complacía simplemente mi silencio y mi amor incondicional, por lo que, bajo un estricto reglamento con abogados, había firmado un contrato de confidencialidad. Nadie sabría que Jungkook tenía doble vida, que tenía a una mujer esperando por él en un pequeño departamento del conurbano.

¿Qué quién era yo? una estudiante de universidad sin propósitos ni futuro. Con padres que nunca se preocupan si comía o si por lo menos tenía un techo en dónde pasar la noche.
Así que conocer a Jungkook fue mi salvación. Mi vida había cambiado por completo y para bien.

Estaba enamorada de aquel hombre desde la primera vez que lo vi. Claro que a primera vista es la atracción física, pero al oírlo cantar, escucharme hablar, motivarme con la carrera universitaria, acariciar mi cuerpo con delicadeza y su suave aroma, fue suficiente para que no piense en nadie más y que mi corazón le perteneciera a él.

Era consciente que lo que hacía estaba mal, pero no podía dejarlo. Yo lo amaba demasiado y mi mente reclamaba que lo hacía mucho más que su esposa.
Día tras día esperaba a que él se diera cuenta de lo muy enamorado que estaba de mi y que la dejaría a ella en cualquier momento. Que haría nuestra relación oficial y que ya no debería esconderme.

Tenía todo lo que él necesitaba, todo mi tiempo estaba para su persona, todo mi ser era entregado sin dudarlo, ¿por qué la prefiere a ella?

⎯⎯ Debo irme ahora ⎯⎯ dice mientras que se coloca la chaqueta por encima de los hombros. Esta prenda estaba sobre una pequeña mesa de cristal. La había dejado allí porque tenía prisa de amarme.

⎯⎯ ¿Por qué no te quedas conmigo esta noche? hace tiempo que no dormimos juntos.

Sonríe de lado, se acerca nuevamente a mi ser y deposita un casto beso sobre mis labios en lo que se marcha finalmente del departamento.

El frío de su piercing se aloja en mi piel inferior de la boca, con una sutil humedad de su saliva.

Es lo único que tendré de él hasta un nuevo aviso. No teníamos una cita programada, él sólo llega a casa sin avisar o pasa a buscarme por la universidad con alguno de sus empleados. Nuestra rutina era así, y lo único que me quedaba era esperar.

¡Comenzamos un nuevo proyecto!

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¡Comenzamos un nuevo proyecto!

Ustedes saben que me gusta el drama pero empezando suave, y sí, será drama, como sé que a ustedes también les gusta.

Los capítulos serán intermedios pero la historia será corta con actualizaciones lentas.

Lana del Rey - The Other Woman

Esa canción es la estrella de esta historia entre Elisa y Jungkook.

Nos vemos, dulces.

NamKi

𝐓𝐡𝐞 𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora