06. 𝗗𝗲𝘀𝗲𝗼𝘀 𝘀𝗶𝗻 𝗰𝘂𝗺𝗽𝗹𝗶𝗿

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⎯⎯ ¿De qué estás hablando? ⎯⎯ se inclinó para comenzar a juntar sus cosas, por suerte no estaba todo tan desordenado y las bolsas no se habían roto.

El azabache se levantó de la cama con un ánimo enfurecido, tomándola de la mano y elevando su cuerpo bruscamente para que le diera la atención correspondiente.

⎯⎯ Mírame cuando te estoy hablando ⎯⎯ arrincona el cuerpo femenino entre la pared y su anatomía. Las venas de sus brazos marcandose notablemente y su pecho subiendo y bajando por la fuerte respiración; estaba molesto, muy: alguien estaba atreviéndose a tocar lo que era suyo, lo que era de su propiedad, y la femenina no lo impedía. Sentía que le estaba faltando el respeto.

⎯⎯ ¿Crees que esto es un juego? No es muy decente seducir a un hombre en el supermercado.

⎯⎯ ¿Ahora me espías?

⎯⎯ No te creas importante. Mi hijo te vio cuando estábamos comprando como la hermosa familia que somos ⎯⎯ se burló; la menor sonrió con desdén al escucharlo ⎯⎯ eso te enoja, ¿cierto? por eso quieres vengarte de mí.

Elisa lo empujó levemente, recuperando el espacio personal que el más alto le había quitado.

⎯⎯ Eso era antes, cuando tenía sentimientos por ti, Jungkook ⎯⎯ aún los tenía ⎯⎯ pero hace dos semanas que no pienso lo mismo. Esto es sexo, placer, dinero, como dijiste tiempo atrás ⎯⎯ sonrió ⎯⎯ tu no eres mío, pero yo tampoco soy tuya.

Al oír esas palabras, el azabache apretó los dientes hasta que su mandíbula dolió. Golpeó la pared que se encontraba detrás de la chica con ambas manos, y no apartó los ojos de ésta. Ella se encontraba tan firme, fría y distante como nunca antes y no le gustaba eso. No le gustaba el sentimiento de derrota que había allí; a él le gustaba dominarla, poseerla, verle llorar, proclamar por su amor y atención, le encantaba verle rogar.

Pero esta nueva Elisa, se encontraba delante de él con la mirada fija, compartiendo el mismo aliento pero sin inmutarse, sin parpadear, sin titubear.

Colocó el brazo izquierdo por detrás de la espalda de ésta con intensión de acercarla a su cuerpo, y dejó la mano derecha en la quijada de la misma para que no dejara de verlo ni alejara su rostro del suyo. La pared era el límite de distancia, y ambas pelvis se chocaban con fervor ya que el mayor no permitía que haya un milímetro de espacio; podía sentir la masculinidad de Jeon y cómo éste se desesperaba por conseguir lo que quería.

⎯⎯ Puedes decir lo que quieras, pero me perteneces, lo sabes mejor que nadie.

⎯⎯ Lo único que tenemos es un contrato de confidencialidad. Para el mundo, estoy disponible.

El silencio prolongado fue interrumpido por el sonido de un móvil. Jungkook. A quien le sonaba insistentemente ya que no había atendido en las dos primeras oportunidades.
Sólo así fue que se apartaron y la menor creyó recuperar la compostura que parecía perder poco a poco.

Quitó el artefacto del bolsillo con molestia, y peor fue su expresión cuando vio el nombre de su esposa.

⎯⎯ Estoy ocupado, ¿qué sucede? ⎯⎯ mientras decía esto, colocó su mano con desespero por encima de su cabello, parecía que quería arrancarselo por el estrés que estaba sintiendo ⎯⎯ Ya hablamos sobre esto en la mañana.

Resulta que, ya había una breve discusión mañanera en el matrimonio, y ver a la castaña en el supermercado con un hombre que no era él, fue la gota que derramó el vaso. Ella era quien lo saciaba cuando tenía días estresantes en su casa. Por supuesto, no era la primera, había hecho varios contratos que a la corta no servían de nada porque las chicas no generaban lo que él quería; no obstante, la conoció a ella y sintió que un brillo caía del cielo para posarse sobre su ser.

⎯⎯ ¡¿Estás tomándome el pelo? Estoy harto! ⎯⎯ guió su mirada hacia la menor, y bajó la voz repentinamente en cuanto sus miradas se conectaron ⎯⎯ Iré ahora y será la última vez que hablemos de esto ⎯⎯ colgó ⎯⎯ la próxima semana se vence el contrato, mañana lo traeré para renovarlo, así que espero que lo firmes u olvídate de todo esto.

Elisa liberó una sonrisa burlona que llamó la atención del azabache.

⎯⎯ ¿Realmente crees que quiero seguir con esto? no lo firmaré.

⎯⎯ ¿Quieres quedarte en la nada misma como una bagabunda? Te recuerdo que a este departamento lo compré yo, si no firmas, te quedarás en la calle ⎯⎯ amenazó.

⎯⎯ Este departamento es tuyo, sí, pero el dinero que me has estado dando lo he estado ahorrando, no soy una caza fortuna que gasta el dinero en la primer joya que ve sin pensar en que algún día te cansarás de mi. Siempre me has visto lucir prendas baratas e ir a tomar café a restaurantes de bajo presupuesto; lo mínimo que te pedía era que te quedaras conmigo. Además ⎯⎯ continuó, apoyando su espalda contra la pared y suspirando con nostalgia ⎯⎯ puedo trabajar por mi cuenta, no necesito de ti. De ningún hombre en realidad. Así que no, no firmaré, me aburrí de esta mierda y de tu conducta tan... patética.

Jungkook la observó estupefacto. No podía lograr comprender lo que estaba escuchando. Ciertamente ella lo estaba echando de su vida de un día para el otro como si no valiera nada.

Sentía que los roles estaban cambiando, pero se negaba rotundamente a que la menor se fuera de su lado. Iba a ser egoísta, por supuesto, nadie se marchaba a menos que Jeon Jungkook lo ordenara.

⎯⎯ Ten cuidado con lo que deseas porque te arrepentirás.

⎯⎯ Deseé muchas cosas que nunca se cumplieron ⎯⎯ enfatizó, arrodillándose en el suelo para comenzar a juntar sus pertenencias que aún estaban esparcidas.

Jeon, incrédulo, salió de la habitación cerrando con un portazo que hizo que la chica liberara la opresión de su pecho: llorando con fervor hasta que su cabeza comenzó a doler. La vista estaba tan nublada que no sabía cómo había podido retener tanto en todo ese tiempo, cómo es que pudo soportar su dolor delante del hombre que tanto amaba y que aún así gozaba lastimarla.

Por otro lado, el azabache ingresó a su coche enfurecido, golpeando el volante con furia por toda la situación que ocurrió minutos atrás. Si sólo era una chica con la que tenía encuentros casuales, ¿por qué le molestaba tanto que no quisiera renovar contrato? cualquier mujer entregaría su alma por estar con él.

¿Qué era lo que realmente le molestaba? ¿el rechazo? ¿las probabilidades de que le guste otro hombre? ¿que le diga que no era suya? ¿que lo aparte de su vida? ¿que no le implore? ¿el orgullo lastimado? ¿su narcisismo pateado hasta las bolas?

Si así lo quería, así sería. Ella volvería por su cuenta rogándole que la deje estar a su lado, que por favor renueven el contrato, que la haga suya como más le gusta. Sólo él sabía como tocarla, besarla, sabía qué decirle al oído para que se estremeciera.

¿Acaso ese Wonho se lo daría? no hay que ser tan idiotas para saber que Elisa le pertenecía en cuerpo, mente y corazón.
Y eso lo volvía loco, por eso no puede perderla, ella le da ese impulso que necesita para sentirse él mismo y no una pantomima que tiene que mostrarle a su esposa o público cuando está en el escenario.

Elisa conocía su verdadera cara, pero eso no significaba que la amaba.

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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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𝐓𝐡𝐞 𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora