—Ya habían pasado varios días desde que la reserva de comida se había agotado, estábamos hambrientos así que decidimos que era hora de ir por más:
—Aquí en el mapa hay otro local de comida y más víveres, está cerca—señaló el pelinegro hablándole a su contrario mientras se amarraba los cordones— Aquino le hecho una ojeada y fue por cinta para ponérsela en los zapatos y que no se le dañaran en el camino, al terminar agarró su maleta y ayudó a Duxo a guardar una linterna que se estába olvidando —Si no fuera por mí te olvidarás hasta tu cabeza— reía detrás de su mascarilla.
—Ambos salieron de la casa en la que se estában refugiado, habían estado decorando y remodelado algunas cosas para que así se sintieran cómodos en ese lugar hasta que todo pasara o al menos eso querían creer. Al salir, el sol era cálido, la brisa les alzaba los cabellos y sentían un toque suave en sus mejillas, a pesar de estár en ese ambiente trágico y solitario al menos se tenían el uno al otro y podían disfrutar del aire puro, además de los nostálgicos paisajes abandonados y consumidos por la naturaleza, obviamente no todo era tan tranquilo, los zombies parecían haber aumentado y esto no le gustaba a los chicos, tenían que ir tomando atajos entre los edificios destrozados, incluso en algunos podías ver como el piso estába podrido y los techos eran traicioneros. Entre los lugares que recorrían tenían que arreglárselas para matar a los zombies que no les daban paso, a veces los atacaban por las espaldas; los distraían tirándoles cosas o simplemente desahogaban su frustración golpeadolos o apuñalandolos por que si, el apocalipsis no es fácil, extrañas tú anterior vida, extrañas hasta las más simples cosas, como poder lavarte la cara en las mañanas y sentir esa refrescante sensación, extrañas el agua caliente y las duchas interminables, extrañas el sabor de las comidas de todos los días incluso hasta lo sencillo de comer un helado, extrañas poder salir a dar largas caminatas por el parque con tus amigos sin tener que encontrarte con una de esas cosas, extrañas tener lavadora y secadora, hasta extrañas tener un simple cepillo para el pelo o una pijama cómoda.—Aquino y Duxo ni si quiera sabían si sus otros amigos seguían con vida, como todos ya sabemos los servicios de internet, luz y agua dejan de funcionar sin gente que los inspeccione, así que no habían podido comunicarse con estos, por suerte Duxo fue de sorpresa a la casa de Aquino para visitarlo después de haber estado tanto tiempo en el extranjero, habían planeado tantas cosas para hacer...sin saber que a los pocos días todo iba a cambiar.
—Luego de todo un viaje a pie los ya mencionados lograron llegar al local, rápidamente se acercaron a los estantes primordiales; agua, enlatados, frutas en conserva, pastas y granos, podían darse pequeños lujos de llevar café, frutos secos y un que otro dulce pequeño que encontraban por ahí. Después iban por las vendas, las curas y los medicamentos que encontraban y aún no se habían llevado, también se llevaban cosas para el aseo personal por que evidentemente no querían ir oliendo a "muerto" todos los días; llevaban jabón líquido, pasta dental y shampoo para bañarse cuando encontrarán lagos o en el momento que necesitaran un ducha urgente, por suerte este dúo logró armar en la terraza de su departamento una fogata para hervir el agua y poder gozar de una ducha tranquila y desestresante en su casa, también aprovecharon y se llevaron más cinta, papel, esferos y tijeras porque a las suyas ya se les estába acabado el filo.
—Después de haber llenado sus maletas con lo que creían era suficiente decidieron ir a explorar la bodega del lugar, los dos sabían que podía o salir muy bien o muy mal, ya que, podrían encontrarse con un zombie o en cambio podrían salir de ahí con más provisiones, poco a poco se iban acercando para abrir la puerta, se dirigían con cautela; el castaño decidió ir primero, giró la manilla oxidada y abrió la puerta, aquella dejó escapar un rechinido suave, al alumbrar el lugar notaron que estába despejado y pudieron relajarse, adentrándose más distinguieron que entre tantas cajas olvidadas y tantos estantes vacíos había un pequeño bar secreto que aquella tienda guardaba, al agacharse vieron que entre sus espacios aún había distintos vinos y tequilas; ambos se miraron con sorpresa y Aquino soltó: —Encontramos la lotería — dijo con emoción —Deberíamos llevarnos algunas—sugirió— al contrario no le convencía mucho la idea, ya que, sus maletas estában llenas y al llevar tantas botellas podrían hacer ruido, que alertaría a los zombies cercanos así que respondió: —Mira, tenemos las maletas llenas, mejor venimos mañana— mencionó con inquietud —Aquino lo miró comprendiendo su preocupación así que se levantaron, cerraron la puerta y se fueron rumbo a su casa.
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𒆜We'll meet Again ...𒆜 (DUXINO)
أدب الهواة° Dimensiones, multiversos, mundos y eras diferentes, distintos escenarios que involucran a los mismos personajes. ° Colección de varias historias que desembocan en finales cruelmente reales, finales demasiado buenos como para ser felices o finales...