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No era trágico, nunca lo fue ... es solo que era difícil pensar que el hombre del que se había enamorado, ya no estaba de su lado y que tal vez nunca lo estuvo o en su caso que él era quién lo había abandonado y eso era lo más triste; porque ya no quedaba ningún noble, solo quedaba un joven llamado Jeon Jungkook que ya tenía un año viviendo en ese mundo de fantasía al cual aún no podía acostumbrarse.

Era crítico darte cuenta como tu situación cambia con rapidez, como en un simple parpadeo de estar acostado en hermosas telas de terciopelo, donde en todas las mañanas podías ver las bellas flores, ahora al despertar mirabas la espalda de un hombre y su cabello negro; una persona ajena que no te perteneció; pero que te cuidaba tanto que ya era parte de ti y no de una forma romántica. Ese hombre fue Min Yoongi.

Yoongi para Jungkook jamás seria un amante, nunca se lo planteo y tampoco llego a hacer una propuesta de ese tipo, pues era muy dolorosa porque a su parecer era mentir de que podría darle su corazón; pero en ese tiempo que comenzaron a conocerse mas a profundidad; Jungkook no soltó suspiros de alguien enamorado; pero si de alguien agradecido con ese ser humano que todas las mañanas en lo que tardo en darse cuenta de su realidad, le daba un abrazo.
Esos brazos que para él se hicieron como su hogar, tan grandes y hechos a su medida, que llego a pensar que no era justo que solo él pudiera disfrutarlos, ese cariño incondicional con el que Min lo miraba, tal vez es por eso que se dejo querer, se dejo amar por una mirada ajena, se dejo ser, se dejo ser amado.

Ahora despertaba todas las mañanas al lado del que fue su caballero imperial porque durante esos 4 meses fue una linda vista que le dio una calma absoluta. Jeon era siempre el primero en levantarse y el último en ir a dormir, no sabía porque lo hacía; pero sentía que de alguna manera se lo debía al Universo, aunque en realidad el Universo le debía un favor a él. Sí, el Universo le robaba muchas cosas y él no podía quejarse, más bien nunca se quejo.

Ese día jugo con el cabello de Yoongi que era oscuro como la noche, se dispuso a apreciarlo un momento antes de vestirse como el forastero que era y salió de su cabaña; el frío del lugar hacía que se viera su aliento caliente y él sonrió por eso antes de mirar a lo lejos a Xing Ling que incluso se levantaba antes que él; se miraron mutuamente y a pesar de las pocas expresiones que ambos llegaban a hacer, se entendían por completo.

-Un nuevo día Princesa

-Si sigues con eso yo tendré que seguir llamándote Duque

-Tiene razón, no es justo para ninguno de nosotros ... ¿se siente bien?

-Sí , solo son nauseas mañaneras

La que fue alguna vez la vigésimo quinta princesa de Xing ahora siendo una forastera, esperaba un hijo, algo que le traía mucha alegría a todos los que vivían en el lugar, porque ella lo había deseado por mucho tiempo.

-Oh, se esta moviendo ¿Quieres tocar?

-No me parece adecuado

-Yo te estoy dando permiso, no veo donde no este lo adecuado

Ella le tomó la mano antes de que él lograra quejarse y la verdad es que Jungkook amaba esa sensación que le daba saber que había un bebé en el vientre de la princesa, era reconfortante.

-Pronto podrás tener el tuyo

Comento ella burlándose un poco del joven que hizo una leve mueca

-Yo no traería descendencia mía al mundo, además no es posible

-Lo sé, solo estaba molestándote... no te odies demasiado Jungkook

-No sé como es vivir sin hacerlo, aunque diría que ahora me aprecio un poco más

Sweet NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora