VI

895 116 27
                                    

Jungkook, Yoongi y Jin se encontraban acostados dentro del árbol. —¿Entonces, estás completamente seguro que ninguno de tus osos se comió a la mamá de Jimin?.

—¡Ya te dije que No!, por lo menos no desde que yo tomé el mando.

—Es raro— respondió Jin, —Yo tampoco recuerdo que un oso se haya comido a un humano en los últimos 200 años. Tal vez le pasó otra cosa y como siempre, solo dicen esas cosas para cazar a los osos y a los tigres... ash, esos humanos, no pueden estar en paz con la naturaleza.

Los tres asintieron, algo en la historia no cuadraba, tenían que encontrar al culpable de tal atrocidad.

Entonces Jungkook percibió otra vez ese olor que había logrado ponerlo tan inquieto. Un petirojo se posó en la ventana, avisando lo que tan ansioso esperaba, éste, rápidamente se despidió sin decir más.

El tigre ya lo esperaba, se monto en su lomo para llegar más rápido al riachuelo. El petirojo tenía mucha razon, en esos momentos se estaba bañando Taehyung.

Los ojos se abrieron al mirar a aquel hombre de piel canela, espalda ancha salir del agua, las gotas recorrían el torso desnudo qué hizo tragar saliva al qué detenidamente lo observaba.

Taehyung se dio cuenta, esa hermosa sonrisa cuadrada se hizo presente, un ademán lo invitaba a seguirlo.

Ni tardó ni perezoso, Jungkook se quitó la ropa para ir al encuentro.

Ambos hombres  jugueteaban en el agua, se sumergian, se aventaban de la roca, danzaban con la corriente del deseo.

Después de un rato, se acostaron en la orilla del río para que su cuerpo se secara con la fresca brisa del medio día.

El pecho de Jungkook subía y bajaba agitado, mirando el cuerpo qué se encontraba a su lado. —Oye, te quiero enseñar algo. Dijo Jungkook sentándose. Entonces dio un chiflido y el enorme tigre salió a su encuentro.

Taehyung algo asustado se incorporó de inmediato. —No tengas miedo, se llama Pepe, me lo dieron cuando era niño para que me cuidara.

El tigre se hecho a su lado, como si de un perrito se tratara. Lo invitó a acariciarlo, el peleje era muy suave. Taehyung sonrió —vamos a jugar—. Ahora, los tres se metieron de nuevo al río.

Jungkook se subió a la roca más alta, quería presumirle el doble salto que podía dar. Taehyung y pepe se quedaron en la orilla; pero al querer saltar, se resbaló hacia atrás, golpeándose la cabeza, cayendo como costal de papas contra el agua.

Los espectadores se espantaron. Taehyung se aventó al agua para rescatarlo. Una angustia se apoderó de el. Sacó al elemental en calidad de bulto. Estaba inconsciente, en su desesperación lo sacudia. Le dio respiración  de boca a boca, fue entonces cuando escupió toda el agua, por fin reaccionando.

El color volvió a la cara (de ambos) y Taehyung se sintió tan aliviado que lo abrazó fuerte contra su pecho.

Jungkook lo miró con esos enormes ojos inocentes, ya no se pudo resistir. Taehyung lo besó.

Cortocircuitos recorrieron los cuerpos desnudos; Pepe salió corriendo, digo, el pobre tigre no podía ver lo que seguía.

Taehyung se puso encima, se frotaba contra el elemental como si una tiña lo hubiese poseído y la única forma de resolverla fuera rascándose contra el musculoso cuerpo.

Jungkook sentía la presión contra él, su pene se ponía cada vez más caliente por el frote proporcionado, le faltaba el aire, lo único que quería era que ese enorme pene erecto que había visto se le encajara hasta el fondo; por lo que, se agarró de las nalgas del contrario para aferrarse, presionandolo contra su hoyito, por el cual, empezaba a salir un espeso líquido que nunca antes había sentido. El líquido aumentaba y aumentaba, sintió que quería hacer pipí, esto lo asustó a tal grado que le pegó en la espalda a Taehyung para que se detuviera.

<<<Una Hongueada Historia Yoonmin>>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora