Capítulo 2 ☆Errores☆

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Una nueva mañana, un nuevo dia, nuevas oportunidades -hoy sera otro dia- dijo Eddie lleno
de entusiasmo mientras se levantaba de su cama y empezaba su rutina de todos los días,
ya era mitad de año, empezaba a acercarse uno de los mayores eventos de la preparatoria,
el baile de primavera.
Era la oportunidad perfecta, estaba decidido, no importaba lo que pasara, estaba decidido a
hacerlo, el lo amaba, como nunca había llegado a amar a alguien, lo hacía sentir de una
manera muy especial, lo hacía sentir amado, y eso le encantaba. Se vistió rápidamente y
bajó como de costumbre hacia la cocina donde su madre ya lo esperaba.
Su mamá volteó a verlo ¿Qué te pasa?- le preguntó juguetonamente mientras miraba a
Eddie quien parecía inmerso en sus pensamientos y no contestó a la pregunta de su madre.
-Eddie!- le dijo sacándolo de sus pensamientos -qué pasa mamá?- preguntó confundido
Eddie -Te estoy hable y hable y no me haces caso, pues en que tanto piensas mijo?- Eddie
volteo hacia otro lado avergonzado -lo siento ma, solo estaba, pensando en algo- su mamá
lo miró con suspicacia -como se llama?- preguntó su mamá -quien?- pregunto
inocentemente.
-La afortunada, la que te tiene tan pensativo- Eddie cambió su expresión a una de tristeza
-nadie, estaba pensando en… el baile- dijo con la esperanza de llegar a engañar a su
mama, no estaba listo para decir algo como eso -ah, era eso, esta bien mijo- dijo su mama
mientras empezaba el almuerzo para su hijo y se lo daba.
Eddie se levantó y abrazó a su mama. Mientras se marchaba de la casa hacia el transporte
escolar, empezó a preguntarse a sí mismo “por qué deducen? por qué no simplemente
puedo salir del molde y ser diferente a los demás?” el odiaba cuando las personas no se
paraban a preguntarse, qué era lo que él sentía? siempre la gente cometía esos errores,
era algo que estaba tan normalizado que ya no había espacio para lo que era diferente,
como el.
Al fin había terminado ese transcurso a su escuela, era hora de empezar su jornada de
estudios. Llegó a su casillero donde Frank ya lo estaba esperando -Tarde como siempre,
señor Dear- dijo su amigo sarcásticamente junto a una risita de su parte. Eddie no
se veia como siempre, o al menos no como siempre lo había visto Frank -que
tienes?- Eddie volteo a verlo y le dedicó una sonrisa bastante practicada -nada
Frankie, solo estoy nervioso-
Frank lo miró confundido -¿por qué estás nervioso?-
Eddie se quedó pensando un momento ‘’por invitarte al baile’’ pensó sin decir nada,
tratando de inventar una excusa -por la prueba de matemáticas- respondió al fin
-eso es facil Ed, te podría explicar si quisieras- le dijo con una sonrisa gentil.
Eddie le devolvió la sonrisa con un pequeño sonrojo en sus mejillas -No Frankie,
muchas gracias- le dijo este con su sonrisa de siempre. Frank le sonrió -Esa es la sonrisa que me gusta ver- dijo Frank con un sonrojo por igual, Eddie se quedó
boquiabierto con el comentario del chico el cual rápidamente se dio cuenta de sus
palabras y sonrió avergonzado -vamonos, se nos hace tarde- dijo finalmente
después de unos cuantos segundos mientras empezaba a caminar mirando hacia el
suelo.
Eddie fue tras él y sonrió -entonces, ¿te gusta mi sonrisa?- dijo juguetonamente a lo
cual Frank solo se rió y continuó caminando hasta que ambos llegaron al salón y se
sentaron en donde siempre.
Las clases pasaron como la harían regularmente pero para Eddie fue una eternidad,
cada segundo se sentía como horas hasta que por fin tocó la campana, salió
corriendo del aula sin mirar a Frank, corrió hacia el salón de su mejor amiga hasta
que la encontró.
-¿qué te pasa Ed? te ves preocupado- le dijo Lisa mientras guardaba sus libros en
el casillero. Eddie tomó un fuerte respiro -necesito tu ayuda- dijo mientras se
acomodaba el cabello, su amiga se le quedó viendo atentamente esperando a que
hablara.
-Es que quiero invitar a Frank al baile, quiero que el sea quien me acompañe, no
alguien mas, quiero que sea el- dijo mientras pensaba en aquella marioneta de color
gris. Lisa solo escuchaba como su mejor amigo halagaba a aquella marioneta tan
especial para él, solo apretaba sus puños, llena de rabia.
-Lo amo- dijo finalmente, Lisa solo sintió como algo dentro de ella se quebraba
‘’¿como puede amarlo a él y no a mi?’’ pensaba mientras apretaba su puño -espera
un poco, quieres decir que tu, eres- se escuchó una risita de su parte -¿gay?- Eddie
se sonrojo al oír tal afirmación, hasta ese momento no se había realizado asi, pero
él sabía que era verdad, aquella respuesta que había estado buscando por tanto
tiempo, al fin estaba frente a él.
Una sonrisa de alivio se dibujó en su rostro -si, lo soy- dijo orgullosamente. Lisa solo
empezó a reírse a carcajadas, su sonrisa se convirtió en confusión -¿qué es tan
gracioso?- dijo mientras miraba como esta no paraba de reírse, como si hubiese
estado en un show de comedia.
Se calmó finalmente -oh Eddie, todas las chicas se babean por ti y tu resultas, ¿así?
una mariquita!- dijo en tono burlón. Esas palabras hicieron eco en su mente, habia
crecido escuchandolas, se sintio tan pequeño, tan tonto, tan imbecil, ¿como le habia
confiado algo asi? peor aún -¿Cómo puedes creer que él se enamoraría de ti?
sabes, hay marionetas mejores que tu, ¿y sabes lo mejor de todo? que no son
hombres- dijo Lisa fríamente. Eddie podía sentir como una lágrima se empezaba a
formar en sus ojos por lo que salió caminando mientras miraba al suelo mientras por el pasillo resonaban los gritos y burlas de Lisa -Eddie la mariquita! Eddie la
mariquita!- una y otra vez por todo el pasillo.
Llegó al final del pasillo y corrió a encerrarse en el último cubículo del baño, se hizo
bolita y empezó a llorar en silencio, ‘’¿cómo pude ser tan pero tan imbécil? no debí
decirle, y peor aún ¿cómo podría una marioneta así llegarse a enamorar de mi? la
mariquita, yo y mis problemas de memoria no atraerán ni a una mosca’’ pensaba
para sí mismo mientras lloraba, al fin sonó la campana, se limpio las lagrimas y
práctico su sonrisa de camino al salon.
Se sentó en la esquina del salón para tratar de que todos lo ignoraron, cuando
Frank llegó al salón noto la tristeza en los ojos del pelirrojo, trato de acercarse pero
fueron interrumpidos por el maestro quien ya había llegado. Durante las clases
Frank trató de hablar con Eddie pero entre cada cambio Eddie se iba al baño a
esconderse de él.
Al fin acabó el día y Eddie corrió lo más rápido al autobús, tomó el primero que vio y
se fue, sin decirle ni una palabra a aquella marioneta quien tristemente lo veía
alejarse por aquel autobús, ¿habría hecho algo mal? se preguntaba a sí mismo,
Eddie había estado muy raro desde la mañana, algo le estaba ocurriendo, de eso
estaba seguro, tal vez eran sus padres de nuevo, o incluso algo más grave, eso no
lo sabía, debía preguntárselo.
Se quedó en la parada del autobús hasta que vio el que le tocaba tomar, durante
todo el transcurso, solo pensaba, trataba de recordar cada una de las cosas que
habia hecho, que habia dicho, que habia escuchado, pero no había nada, no
encontraba nada relevante, no habia nada mas, solo la cara de tristeza y
desesperanza de aquella marioneta pelirroja, no lo dejaba tranquilo, el amaba verlo
sonreír, él vivió para verlo sonreír, el simplemente –no puedo amarlo más de lo que
ya lo hago- se dijo a sí mismo mientras cerraba los ojos…
Eddie llegó a su casa, ya lo estaban esperando su madre y hermano, él
simplemente los saludó y subió a su cuarto con la excusa de que tenía mucha tarea,
pero no. Tenía muchas cosas en las que pensar ¿qué le diría a Frank al día
siguiente? ¿Qué haría si Lisa corriera la voz sobre su orientación sexual? El amaba
ser como era, él amaba estar enamorado de Frank, pero tenía miedo, del rechazo,
del que dirán.
Se quedó acostado en su cama hasta que escuchó la voz de su madre que lo
llamaba, la bajó tranquilamente hasta que la vio al lado de su hermano Alan quien
estaba en el piso sangrando. Rápidamente corrió hacia el teléfono y llamó a una
ambulancia que en cuestión de minutos ya estaba en frente de su casa.

-¿qué sucede?- le preguntó a su madre después de que la ambulancia se había
llevado a su hermano menor.
-Tu hermano se cayó y al caer se pegó en la cabeza con el pico de hierro del
mostrador de la cocina- le respondió mientras subía al auto para irse al hospital
-Quédate aquí hijo, yo iré con Alan al hospital, tú quédate y avisale a tu papá
cuando llegue- Eddie asintió y le dio un beso en la frente mientras le deseaba buena
suerte.
Al cabo de unos minutos su madre se fue, estaba solo en la casa. Decidió entrar y
hacerse algo para comer, vio lo que su madre estaba preparando para él y su padre
y continuó haciéndolo, en unas cuantas horas regresaría su papá, tenía tiempo para
hacer lo que él quisiera. Vio hacia las escaleras ‘’el cuarto de papá’’ pensó, para
posteriormente empezar a subir las escaleras dirigiéndose al cuarto de su padre.
Allí era donde solía jugar cuando era un niño hasta que su padre volvió, empezó a
curiosear entre las cosas de su padre cuando llegó a una serie de cartas. Cartas,
cartas de cuando conoció a su madre, tomó la primera carta y empezó a leerla…
Querida Martha Dare
Martha, te escribo por que no he dejado de pensar en ti, desde aquella tarde
en la disco donde te vi bailando con tu grupo de amigas, no puedo dejar de
pensar en ti y en tu precioso pelo rizado de color rojo. Se que somos de
mundos completamente diferentes, tu eres una chica inteligente, alta, bonita y
yo tan solo soy Edward, el perdedor de tercer semestre, pero, quiero pedirte
una oportunidad.
Atte. Edward Dear
Definitivamente su padre ya no era el mismo hombre que su madre alguna vez dijo
haber conocido, y de eso no cabía duda alguna, siguió buscando entre las cartas,
leía las dedicatorias.
-Poemas, finanzas, aqui hay una mas- Eddie levantó una carta, era completamente
diferente, esta no era de parte de su padre, era de parte de su madre.
Querido Edward
Se que ha pasado mucho tiempo desde nuestro último encuentro amoroso, y
quería que supieras que muchas cosas han cambiado desde entonces, y hay una que es de suma importancia…

Se que ni tú ni yo queríamos esto, pues ni siquiera estamos casados y ni
siquiera vivimos en las mismas ciudades, pero fue inevitable, es demasiado
tarde para poder hacer algo.
Hace un par de semanas empecé a sentir cambios muy extraños en mi cuerpo
por lo que decidí ir al medico, me enteré de que estoy embarazada de tres
meses, casi cuatro, no se que es lo que opines tu, no espero recibir una
respuesta de tu parte, solo quería que lo supieras, pero yo no pienso
deshacerme de él, creo que este es el momento en el que tomaremos caminos
separados.
Atte. Martha Dare
Esa carta estaba rota, estaba pegada con cinta en un intento desesperado de poder
volverla a unir, el siempre lo había sabido, su madre lo había tenido cuando era muy
joven, él sabía que él era el error de sus padres. Solo sintió como algo se quebraba
dentro de sí mismo, volvió a dejar todas las cartas en su lugar y se fue del cuarto.
Bajo a la cocina y terminó de hacer la comida pero no quiso comer, solo le dejó
servido a su padre. Subió de nuevo a su habitación y se acostó en la cama, empezó
a recordar cuando nació Alan, Eddie lo quería con todo su ser, pero no podía evitar
sentir algo de envidia al recordar que cuando él nació todos estaban más que
felices, en especial su padre.
Eddie todavía recordaba la plática que escuchó a su padre tener con su tía quien
siempre había detestado a Eddie desde que nació. ‘’Espero que este si salga bien, y
no sea una mariquita como el otro, sinceramente, no sé en qué estaba pensando
Martha al no deshacerse de él’’. Ese recuerdo siempre le había dolido, él sabía que él nunca sería el gran orgullo de su padre como lo era Alan.
Sintió como una lágrima caía de sus ojos, se sentó en su cama de repente, firme y
decidido -¡Le demostrare que se equivoca!- dijo confiado y con una sonrisa en su rostro.

☆La maravillosa vida de Eddie Dear☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora