☆La maravillosa vida de Eddie Dear☆

Capitulo 7 °Nos volvemos a encontrar °

Se quedaron abrazados un par de segundos antes de que Frank soltará a Eddie y lo mirara a los ojos, su mirada lo decía todo, su corazón seguía siendo suyo.

Quería besarlo, abrazarlo, pero debía aguantarse, Lifddy jalo a Frank del brazo y lo llevo a la cocina, le señaló la silla y Frank se sentó. Eddie se sentó junto a el. -Y cómo estuvo todo Frank?- le pregunto su padre a lo cual el sonrió -sorprendentemente mejor de lo que imaginaba al principio-

Pasaron un rato comiendo y viendo una película, poco a poco los miembros de la familia se quedaron dormidos. Ya había terminado la película y Eddie se levantó del sofá. Le dió un último vistazo a la casa y a Frank.

Se acercó a Frank y le dió un beso en la nariz. Eddie salió de la casa tranquilamente y con una sonrisa en el rostro. Regreso caminando disfrutando de la fresca brisa que habia en el aire. A los 30 minutos Eddie llegó a la casa, la misma rutina de siempre, la misma vista de siempre, su padre en el sofá borracho con las botellas de cerveza en el piso.

Eddie entro sigilosamente (según el claro está) se agachó y camino de puntillas hacia las escaleras -DonDe eStAbAs!?- Eddie salió corriendo al oír a su padre, el sabía que si llegaba a su cuarto su padre no iría por el, pero esta vez iba a ser diferente.

Eddie subió a su cuarto y cerró la puerta pero sin darse cuenta de que el seguro estaba roto. Se sentó en su escritorio revisando el correo que tenía que repartir al día siguiente hasta que escuchó una botella anotarse contra la puerta y romperse. El golpe lo saco de sus pensamientos y vio como se abría la puerta por lo que rápido tomo unas tijeras que había en su escritorio y se fue a encerrar al baño.

-maldita sea- murmuró para si mismo y apagó la luz del baño. Escuchó como su padre tiraba sus cosas del escritorio y como se rompían algunas de ellas. "Mientras no vea bajo la cama está todo bien" pensó, de pronto se escuchó un fuerte ruido desde la planta baja. -CaLLaTe!- grito de pronto su padre para después salir del cuarto cerrando la puerta.

Eddie salió del baño cuidadosamente , toda su habitación estaba hecha un desastre, su escritorio estaba volteado, el correo estaba en el piso, había una botella rota en el piso. Dió un suspiro de alivio y empezó a recoger y ordenar su cuarto.

Tal vez el la pasaba mal, pero en el fondo no podía evitar pensar "que estará haciendo el?"...

Al otro lado del pueblo, en una tranquila villa ya era la medianoche cuando Frank comenzaba a despertarse después de una de sus pesadillas de siempre.

Se levantó buscando a Eddie con la mirada, ya no estaba ahí, supuso que se había ido a su casa pues ya era tarde. Apagó la televisión y subió a su cuarto.

Ese viejo cuarto que veía hace años, lo examinó con una gran sonrisa hasta que algo captó su atención. "Un regalo?" Eso no estaba ahí antes. Se acercó hasta donde estaba el regalo y lo tomo entre sus manos.

Lo examinó cautelosamente -es de Eddie- murmuró para si mismo dejando escapar una leve sonrisa. Abrió la caja, no era nada comprado, habían solo cosas hechas a mano, algo en su opinión muy Eddie.

Habían fotos suyas, momentos que le gustaba recordar... En esos fatídicos días en dónde su pesadilla de siempre cobraba vida... Sunny nunca lo dejaría tranquilo, ni en sus propios sueños.

Era su secreto mejor guardado, no porque fuera algo malo, no porque fuera algo prohibido, no porque fuera
Nada de eso, sino por su gran temor.

Las personas siempre lo juzgarían por
Como era, pero esa sensación se iba cuando estaba con el. Sunny Songbird, el chico más guapo de todo el vecindario en donde el solía vivir, Frank siempre lo veía pasar contoneándose a un lado y al otro por en frente de su casa.