Capítulo 3 □Valentía□

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Se quedó haciendo tarea una hora hasta acabar, sacó una libreta que estaba
escondida en el fondo de debajo de su cama, tomó un bolígrafo y empezó a trazar
su plan.
Era simple, al día siguiente le diría a Frank que él era gay, quería ver si lo aceptaría
o no, independientemente de si le gustara o no, lo principal era que siguieran siendo
amigos y se aceptaran tal cual eran.
El plan era simple, Eddie sabía que Frank siempre era el primero en llegar, él
siempre llegaba tarde pero este día sería la excepción para poder hablar a solas con
él. Él conocía mejor a Frank que nadie, así que supo de inmediato lo que haría al
verlo llegar tan temprano.
Eddie salió de sus pensamientos al oír la puerta de fuera abrirse, metió la libreta al
fondo de la cama y salió de su habitación. Bajo las escaleras a recibir a su padre.
-¿Dónde está tu madre y tu hermano?- pregunto serio y frío. Eddie se quedó callado
un momento -en el hospital, Alan tuvo un pequeño accidente, mamá está con él
pero te dejo la comida preparada- su padre pareció indiferente al oír sobre el
accidente de su hijo y se sentó a la mesa.
-Alan resistirá- Dijo mientras Eddie empezaba a irse a su cuarto -él si es un hombre,
no como tu- dijo con la intención de que Eddie escuchara, y si lo escucho. Dio una
media sonrisa para él mismo y desde las escaleras le gritó -Al menos soy más
hombre que tú, y Alan mucho más!- grito y corrió a su cuarto.
Se rió para sí mismo y puso el seguro de la puerta, siguió trazando su plan hasta
que vio el reloj, debía irse a dormir a esa hora si quería alcanzar el primer autobús a
la preparatoria, se puso el pijama y se fue a dormir.
A la mañana siguiente se despertó lo más temprano que se había levantado en el
año, se vistió lo más rápido que pudo, su padre seguía dormido por lo que bajó con
confianza e hizo su desayuno, vio la hora y lo puso rápido en una bolsa y se fue a la
parada del autobús.
Tomó el primer autobús que vio y se fue a la escuela, en el transcurso del recorrido
se comió su desayuno y repasó su plan. Estaba muy nervioso porque no noto el
tiempo que pasó, había pasado muy rápido, apenas vio y ya estaba en la escuela.
Trago saliva y salió del autobús, se fue a su aula y se quedó sentado unos minutos hasta que llegó Frank quien lo miró extrañado.
Eddie pudo sentir como una gota de sudor caía por su frente, estaba nervioso,
nunca había estado tan nervioso en su vida. Miró a Frank y tragó saliva, quería salir
corriendo de allí pero no podía, no lo haría, él sabía que debía hacer pero nunca
imagino una cosa, cómo lidiar con esos nervios que se lo estaban comiendo vivo.
Esa inseguridad que empezó a sentir en esos segundos.
Empezó a contar ‘diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno…’ tomó
un respiro. -Frank, respecto a lo que pasó ayer- hizo una pausa mientras se rascaba
la nuca, Frank lo miró confundido y preocupado a la vez -¿qué pasa Eddie? me
tienes muy preocupado desde ayer, además, ayer no quisiste contarme nada, ¿que
te paso?-.
Eddie tomó un gran respiro -Frank, eres la amistad más valiosa que tengo, no quiero
perderte por una estupidez, quiero ser yo el que te lo diga y no alguien más, quiero
tener esa valentía de decírtelo- Frank lo miró confundido pero también
esperanzado.
‘¿será posible? ¿él también siente lo mismo?’ se preguntaba a sí mismo hasta que
Eddie hablo -solamente quería decirte que, soy gay- dijo Eddie mirando al suelo, él
sintió como una lágrima caía de sus ojos. Frank lo miró y sonrió. Se acercó a él y lo
abrazó -no te preocupes, gracias por habermelo contado, eres muy valiente Ed- le
dijo mientras lo abrazaba. Eddie lo abrazó de vuelta mientras lloraba.
Frank rompió el abrazo cuando escucho que alguien venía, rápidamente Eddie se
secó las lágrimas y fingió que nada había pasado. El día continuó igual hasta el
recreo, Frank iba caminando junto a Eddie mientras hablaban de cosas al azar
hasta que se toparon con Lisa quien empezó a reírse sarcásticamente.
Eddie la vio y cambió su expresión, jalo a Frank del brazo -vámonos Frank- dijo algo
molesto. Lisa lo vio -epa, quieto ahí grandulón, no tienes porque enojarte- dijo entre
risas -¿te da miedo que le pueda decir?- Eddie empezó a ponerse nervioso, trago
saliva -no sé de qué hablas- dijo rascándose la cabeza. Frank había notado el
nerviosismo de Eddie, él sabía a lo que se refiere Lisa. Frank sonrió confiado -que,
¿estás celosa?- Lisa se sonrojo y Frank empezó a reírse.
-¿De quién podría estar celosa?- dijo Lisa indignada y roja -no lo se, tu dímelo- dijo
Frank bastante confiado. -Pff, ¿por qué habría de estar celosa de una mariquita
como él?- Frank cambió su expresión, quería golpearla, pero se tranquilizo solo se
volteo hacia Eddie -bueno, supongo que no te molestara que haga esto- dijo
mientras tomaba a Eddie por las mejillas para darle un beso en la mejilla.
Eddie se quedó perplejo, se sonrojo y sonrió tontamente. Lisa se enojó al presenciar
la escena y se fue. Eddie se quedó mirando a Frank quien miraba a Lisa irse orgulloso, volteo a ver al chico pelirrojo y se sonrojo. -Vamonos, se hace tarde- dijo
algo apresurado, Eddie solo sonrió y siguió a su amigo hacia el patio.
Se sentaron en una banca del patio alejada de las demás. Eddie no podía parar de
sonreír mientras se comía su almuerzo. Frank estuvo callado, no hablaron,
simplemente disfrutaron de su tiempo juntos. Sonó la campana y ambos volvieron al
salón de clases juntos.
Las horas pasaron hasta que sonó la campana y todos empezaron a irse. Eddie
estaba a punto de irse pero Frank lo detuvo. -Eddie, debo hablar contigo- le dijo
antes de que este saliera del salón -Bueno, como sabes mañana en unos días va a
ser mi cumpleaños, y pues mis padres organizaron una pequeña comida y quería
saber si podrías venir- Eddie sonrió.
-Dalo por hecho, pues bueno, hasta mañana Frankie- dijo antes de irse caminando
por la puerta hacia la parada de autobuses. Esperé algunos minutos hasta que llegó
el suyo, sólo podía pensar en el beso que le había dado Frank, no dejaba de sonreír
con eso. Al cabo de unos minutos llegó a su casa, su madre ya estaba ahí con su
hermano.
Eddie subió a su habitación y empezó a hacer su tarea. Su madre lo llamó a comer
como de costumbre por lo que bajó. Su sonrisa era bastante más notoria de lo usual
pero su madre no le tomó importancia. Siguieron comiendo hasta que Eddie
escucho al auto de su padre llegar, se terminó rápido su comida y subió corriendo
sin intenciones de verlo.
Se encerró en su cuarto y se tiró en la cama. Se quedó viendo al techo un rato hasta
que algo cruzó por su mente ‘’el regalo’’ no tenía un regalo para Frank. Se levantó
de su cama listo para salir pero recuerdo -mi padre está allá abajo- susurro para si
mismo.
Puso el seguro a su puerta y miró a la ventana. Pensé en todo lo que debía hacer
para no caerse. Debajo de su ventana había un cobertizo, sería seguro aterrizar ahí
pero haría mucho ruido, otra opción era salir por la ventana del baño, no era muy
grande pero era lo suficientemente grande para soportar su peso, además, debajo
de ella había una pequeña estructura en donde iba la iluminación del patio, era de
cemento por lo que si aterriza bien no haría un ruido muy fuerte.
Camino hacia la puerta del baño y abrió la ventana, silenciosamente salió y cayó
suavemente en la estructura. Miro alrededor y se dio cuenta de un fallo en su plan,
no sabia como bajar de la estructura. -Ay no, dios, ¿ahora como bajo?- susurro para
si mismo. La altura no era muy alta pero era lo suficientemente alta para que no
pudiera saltar.
Siguió mirando a su alrededor y vio un poste de luz, estaba un poco lejos pero si se
atrevía a saltar podría llegar. Trago saliva -lo que uno hace por amor- susurro para si
mismo, dio un respiro y salto lo más lejos que pudo. Como pudo se agarró del poste
como si su vida dependiera de él y bajó.
Dio un respiro de alivio y salió corriendo directo a la plaza. Cuando llegó empezó a
ver las tiendas mientras pensaba ¿que podría comprarle? él sabía que a Frank le
encantaba leer, podría comprarle un libro, pero, ¿qué clase de libro? tal vez uno
sobre mariposas, pero, ¿y si no le gustaba? ¿qué haría? Se torturaba con esas
preguntas y cuando menos se dio cuenta cayó la noche, las tiendas empezaban a
cerrar y también empezaba a hacer frío.
Siguió buscando hasta que el frío le ganó y optó por entrar a un café. Se sentó en la
primera mesa que vio y empezó a calentarse. Solamente pidió un café, se quedó
sentado bebiendo su café hasta que escuchó una voz bastante familiar -Eddie!-
volteo hacia la puerta, oh no, era Frank junto a, su familia supuso.
Eddie le devolvió el saludo con la mano, Frank se acercó a su mesa -¿qué haces
aquí a esta hora? y solo- Trato de buscar una buena excusa -emmm… yo… vine a
dar un paseo emmm… si eso solo vine a pasear-. Frank estuvo a punto de decir
algo hasta que el hombre con el que venía habló, parecía ser del extranjero o eso
supuso Eddie por su acento -Oh Frank, ¿quien es el muchacho?- dijo mientras
jalaba por la mano a una niña un poco más pequeña que Frank de tela rosa y
cabello magenta.
-Oh, papá, él es Eddie- dijo Frank. Eddie le sonrió y le extendió la mano -mucho
gusto señor-. El hombre lo miro y luego a Frank -Asi que este es el famoso Eddie, el
placer es mío jovencito, Frank nos ha hablado mucho de usted, ¿le importa si nos
sentamos con usted?- Eddie le sonrió -sip, sientense no se preocupen- .
Frank se sentó junto a Eddie mientras que el hombre se sentó junto a la niña. Eddie
la miro un par de segundos -¿quién es ella?- le preguntó a Frank. Frank sonrió y
miró a la niña -ella es Lifddy- Lifddy volteo a ver a Eddie y le dedicó una sonrisa
-Hola- Eddie le devolvió la sonrisa.
-y bueno Eddie ¿qué haces aquí a estas horas?- preguntó el hombre. Lifddy miró a
Frank -Nosotros estábamos de compras- agregó. -Mmmm, solo vine por un encargo
de mi madre pero parece que la tienda cerró- dijo Eddie agregando una risa
nerviosa mientras se terminaba su café.
Así pasaron un rato platicando hasta que un hombre bastante parecido a Frank se
acercó a la mesa. -Papá!- gritó Lifddy mientras iba corriendo a abrazar al hombre.
-Hola, perdón por llegar tarde, había mucha fila en el supermercado- dijo el hombre
mientras sostenía a la pequeña entre sus brazos y se acercaba al otro hombre.
-hola Willy- le dijo el otro hombre cariñosamente. Frank lo miró y se dirigió a Eddie
-Ed, el es mi padre, Willson Franklin- Willson volteo a ver a Eddie -Así que este es el
famoso señor Dear, un placer conocerlo- dijo extendiendo la mano, Eddie le agito la
mano y se dirigió a Frank -¿tienes dos papás? ¿por qué nunca me lo dijiste?- Frank
solo se rio.
-Sip, yo soy el padre de Frank, y él es mi esposo, Richard Robinson- dijo El señor
Willson mientras se sentaba con su hija en las piernas. Eddie simplemente sonrió y
se dirigió a Frank -fue un gusto conocer a tu familia pero creo que debo irme, no
quiero tener que caminar en el frío- dijo mientras se levantaba de su asiento y se
ponía su suéter. Wilson lo miro -¿no vienes con tus padres?- pregunto preocupado.
-emmm, nop, vine solo, pero bueno, fue un gusto conocerlos, señor Wilson, señor
Robinson, Lifddy, pasen buena noche- y sin más salió del restaurante. Soltó un
respiro de alivio hasta que escuchó a alguien aproximarse a él, era Frank. Lo miro
un par de segundos antes de hablar -¿Que pasa Frank?-.
-H-Hola Ed, emmm, bueno, mis padres querían saber si no t-te gustaría estar con
n-nosotros un rato y que nosotros te llevemos a tu casa, ¿qué dices? además está
haciendo frío allá afuera, no queremos que te r-resfries antes de la gran noche,
¿no?-
Eddie no pudo evitar sonrojarse, Frank era su amigo y todo pero, él nunca había
llegado a ser así con él de alguna manera ‘penoso’ el siempre hablaba muy fluido y
confiado, ¿por que era así de repente? Se quedó callado un momento, mil
preguntas pasaban por su mente hasta que volvió a la realidad -si, lo agradeceria
mucho- dijo al fin volviendo al restaurante junto a Frank.
Después de haber pasado un gran rato platicando decidieron ir a comprar algunas
cosas mientras dejaban a Frank y Eddie solos. Estuvieron algunos minutos en
silencio, mirando su vaso vacío, jugando con el popote (o pajita como lo conozcan)
hasta que tomó la palabra.
-Ambos sabemos que no estabas aquí dando un paseo- dijo algo burlón. Dirigió su
mirada de nuevo a Frank y volvió a jugar con el popote, tratando de hacer una
excusa lo suficientemente creíble para él. Tendría que decirle la verdad, nada lo
convencería, o tal vez algo sí?
-Esta bien, tu ganas, de todas maneras era hora de que lo supieras- luchó por
aguantarse la risa, sentía que no respiraba -Tengo novio, lo vine a ver hace un rato-
Eddie miró hacia abajo, no se aguantaba la risa, aunque al parecer Frank no lo había notado.

☆La maravillosa vida de Eddie Dear☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora