I wanna be Yours (Taekook)

8.

Dicen que cuando escribes una carta esta significa mucho ya que escribes tus emociones en ellas, transmites tu sentir aunque estés enojado, no sabía si en algún momento escribiría una carta, tal vez lo escriba en el momento de que Taehyung decida irse de mi vida, o cuando me declare a el, aun no sabía en qué momento lo haría, pero estaba seguro de algo que quería recordar todas las fechas que senti una emocion con el, entonces empecé a escribir, la fecha y la emoción, llegue a la fecha de ayer, solté un suspiro.

23 de Mayo

Quise besarte pero no pude hacerlo.

Mi corazón es tuyo.

Me mordí el labio inferior al poder escribir esto, era obvio que desde hace tiempo quise besar a Kim Taehyung, pero ¿cómo lo hacía?, incluso estar cerca de él hacía que me congelara y no pudiera avanzar, estar cerca de él era tan hermoso.

Era Sábado, hoy no podría ver a Taehyung, ese dia decidimos avanzar un poco con la historia creada de Oz y Jay, historia que nos hizo conocer más el uno del otro, incluso pude ver más de Taehyung, solté un suspiro, y como si el universo estuviera a mi favor un mensaje llego a mi teléfono, su nombre hacia iluminar la pantalla, lo tome para entrar a dicho aplicativo y poder ver la foto que había enviado, al parecer este estaba cocinando ya que su madre se encargó de hacer la limpieza de la casa. Luego otra foto enviada, era Taehyung con mandil, el mandil era de flores, me reí sin duda alguna era una de mis favoritas que tenía de él, haría lo mismo, pose en la cámara con una mueca para capturarla y así lo envié.

Mi madre tocó la puerta de mi habitación haciendo que apagara el móvil sin antes enviar la foto a Taehyung.

—Jungkook, ayúdame a hacer el refresco. — dijo, abriendo la puerta y así desaparecer por el pasillo.

Le mandé un mensaje con otra foto "Me toca estar de chacha a mi", envíe y deje el móvil en la mesa. Por la cosa se podía olfatear el guiso que había hecho mi madre, sin duda alguna era una de las mejores cocineras del mundo, ni podía negar eso, fui directo a la cocina para tomar la Maracuyá y poder ayudarla.

Al cabo de unos minutos la mesa ya estaba hecha, mi madre se quitó aquel mandil para dejarlo a un lado y sentarse frente mio.

—Saldré con la mamá de Mark, ayer la encontré en el mercado, saldremos a tomar un café. —dijo mientras picaba su comida.

—Entonces... ¿Puede venir Mark? —pregunte. 

Mi madre asintió, sin antes hacer un sonido que le gustaba lo que había cocinado, comía complacida mientras comentaba cosas del mercado a veces había demasiado chisme al parecer en ese lugar, incluso las veces que iba a acompañarla escuchaba como entre ellos se quitaban clientes o hablaban mal, a veces te enterabas la vida de los vecinos, sinceramente faltaba su café y sentarse a chismear todo el rato.

Al cabo de unos minutos habíamos terminado de comer, levanté la mesa para ayudarla a limpiar y ordenar dichos servicios, sin duda alguna era la mejor pasantía de todo adolescente ¿verdad?. La madre de Mark llegó junto al chico de cabellos negros que sonreía.

—Pequeño, Mark. — Me acerque a él como debería de ser, rodee mis brazos a su cuerpo para así apretarlo en dicho abrazo.

—Jeon. –Dijo, mientras recibía el abrazo.

Mark no era de esas personas que demostraban sus emociones a flor de piel, puesto que este siempre era muy reservado, bueno, a veces lo era, a veces no. Tome de su brazo para guiarlo hasta mi habitación en donde podría contarle todo lo ocurrido, podría contarle todo lo que pasaba, quería contarle que tal vez había descubierto mis emociones a dicho chico castaño.