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Capítulo 16 - Broken

No sabría exactamente cómo describir esa semana, sólo usar la palabra "caótica" quizás les dé una mínima idea de cómo transcurrió todo.

Pánico, histeria, miedo y pesadillas; estas cuatro fueron las que conformaron el estado de Haerin.

Con todo lo sucedido su familia seguía sin salir del shock. Se sentían sorprendidos, y a la vez tan culpables de no haber sido más atentos con las señales. Supongo que el sentir culpa es lo correcto, porque ellos la tenían en su totalidad.

Ahora comprendían la razón del miedo exagerado y casi histérico de Haerin con la cercanía de las personas. Ahora podían entender la razón por la cual cerraba con llave todo el tiempo y también el odio que mostraba cuando se mencionaba el nombre de aquel sujeto.

Ahora comprendía que nunca cuidaron lo suficiente de ella.

Esa semana la chica no salió de la habitación ni siquiera para comer. Había cerrado la puerta con llave y había colocado un enorme estante contra ésta, con el fin de bloquear el paso. Incluso, estando completamente encerrada y "segura" seguía teniendo ataques de pánico al recordar todo.

Danielle estuvo igual, o quizás peor. La depresión volvió con mucha más intensidad que antes. Estaba peor que en aquella época, lloraba casi todo el día, y cuando lograba quedarse dormida susurraba el nombre de su padre con angustia... como si todavía él siguiera cerca lastimándola.

Hubo un juicio. Haerin fue llamada a testificar, pero ni siquiera esto hizo. Sólo tomó aquella hoja en la que le había contado todo a Danielle y se las entregó, con el fin de que eso fuera suficiente.

Danielle sí testificó, y lo hizo entre lágrimas y temblores mientras aquel hombre la miraba fijamente sin mostrar emoción alguna por sus acusaciones. Luego que terminó su testimonio salió corriendo de allí sin siquiera escuchar la tan esperada sentencia.

Unos largos años tras las rejas fueron sentenciados con suma frialdad. La cantidad suficiente como para que aquel sujeto pasará gran parte de su vida sin volver a toparse con la libertad. Supongo que, al menos, se consiguió un poco de justicia, ya que él nunca pagaría lo suficiente todo el daño que causó.

El doctor Kim estuvo más que al tanto de la situación de Danielle, e incluso se ofreció para intervenir a Haerin y así conseguir ayudarla.

Ambas chicas estaban totalmente destrozadas. No se habían visto ni una sola vez durante esa semana. No habían hablado ni habían sabido la una de la otra... Era como si el dolor de lo sucedido las hubiera separado por un corto instante.

Danielle estaba en ese momento acostada en su cama y mirando el techo fijamente. Su mano apretaba con fuerza aquel conejo de peluche mientras las escenas seguían repitiéndose en su cabeza.

Seguía sin salir del trance, seguía sin poder creer que aquel hombre que había abusado a Haerin por todos esos años era el mismo al que había llamado "papá" desde que tenía uso de razón.

Comenzó a llorar de nuevo, como hacía cada vez que recordaba ese exacto momento en el que lo vio de nuevo. Su madre empujó la puerta lentamente y entró. Se acercó y se sentó a su lado.

Para ella tampoco era fácil. No podía creer que ese hombre al cual alguna vez amó, con el cual tuvo una hija fue capaz de causar tanto daño y dolor. Una parte de ella se sentía culpable por no haberse alejado de él cuando tuvo la oportunidad.

Danielle también cargaba con traumas de su niñez por los maltratos y el rechazo que él siempre ejerció contra ella.

—Cielo —susurró intentando contener su llanto al verla llorando de nuevo.