Capítulo 14 -The first

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Haerin estaba corriendo, huyendo despavorida mientras era perseguida. Los pasos detrás de ella resonaban hasta sus oídos casi dándole escalofríos, el pánico y el miedo siendo lo único que la impulsaba a correr y escapar.

Líneas de sudor frío caían por su rostro, éste estaba completamente enrojecido por lo rápido que estaba corriendo. Ráfagas de aire escapaban de su nariz y boca de manera completamente rústica, y sus ojos habían empezado a derramar lágrimas al saber lo que se aproximaba.

Todo a su alrededor estaba cubierto por la oscuridad y la neblina de la noche. No había absolutamente nadie que estuviese para socorrerla, o para siquiera notar la manera en la que estaba siendo acechada... Siendo justo como había sido desde que aquello había iniciado años atrás.

—¡No puedes correr por siempre! —gritó mientras ya casi la alcanzaba.

El dolor en sus piernas se estaba intensificando. Su pecho dolía por la brusquedad que subía y bajaba. Él la había atrapado, y la acorraló con fuerza entre sus brazos, la apretó tan fuerte que la hizo soltar un chillido de dolor.

—¿Qué te había dicho? —susurró en su oído—. No puedes escapar de mí —la apretó más.

Haerin intentaba zafarse y patalear. Quería gritar, pero no podía, era como si sus cuerdas vocales hubiesen sido arrancadas.

Movió su cabeza con brusquedad y dio un fuerte golpe en su mandíbula. Esto provocó que él la soltara por un instante para jadear de dolor. Ella estuvo a punto de correr de nuevo, pero él la atrapó y la lanzó contra el suelo con rudeza.

—¡Te dije que de mí no puedes escapar! —gritó mientras la acorralaba con todo su peso.

—No, no —susurró intentando levantarse, pero esto era inútil.

—Nunca pudo ser de esta forma —susurró cerca de sus labios.

Su aliento con olor a tabaco la hizo apretar sus labios con asco.

—Hoy sucederá, y serás buena chica —comenzó a arrancarle la blusa.

—¿P-papá? —escuchó una voz temblorosa a lo lejos.

—¡No, no! —gritó con horror.

Abrió los ojos y se levantó en pánico. Estaba en su habitación, completamente sola. Toda la cama estaba vuelta un remolino por sus movimientos apresurados, y estaba completamente sudada y agitada.

Había sido una pesadilla...

Subió las piernas y las abrazó con fuerza, intentado calmarse. Escondió la cabeza allí y comenzó a llorar. Eso se había sentido demasiado real, por un momento temió que de verdad estuviese ocurriendo.

Desde que había conocido a Danielle esas pesadillas ya no la atacaban con tanta frecuencia, pero nunca había tenido una como las de hoy... Y lo que más la hacía sentir confundida era esa otra voz que escuchó.

«¿Por qué dijo papá?», se preguntó sin dejar de llorar y temblar.

No comprendía ni una pequeña parte de lo que significaba, siendo precisamente eso lo que más temor le generaba. Deseaba encontrar la respuesta, pero a la vez encontrar la misma la hacía sentir asustada.

¿Tendría que estar más en alerta de ahora en adelante?

Transcurrieron las horas, y no salió de la habitación ni siquiera para desayunar. Apenas y se había cambiado de ropa. Era como si todo esto hubiera absorbido sus energías por completo. Se sentía sin fuerzas, y eso la asustaba.

Si estaba sin fuerzas... ¿Cómo podría defenderse?

Cuando llegó la hora de almorzar salió por petición de su madre, la cual insistió tanto que no tuvo más opción que acceder, ya que la desesperaba que hiciera eso. Se sentó junto a sus padres y sus hermanas, tomando el asiento las alejado posible, cosa a la que ellos ya estaban más que acostumbrados, siempre había sido así.

𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧𝗡𝗘𝗦𝗦 | 𝖣𝖠𝖤𝖱𝖨𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora