2

14 3 5
                                    


-Hola, pequeño- Él bebe que ya hacía en sus brazos, inclino ligeramente la cabeza talvez tratando de comunicarle que lo escuchaba.

-Bueno déjame presentarme.-Tomo aire, levanto un brazo y lo apoyo en su pecho, mientras que con el otro sostenía al niño- Soy Jackson Apocalips, Rey de Akaryu y esposo de la bella dama que es tu madre. ¿Increíble verdad? Tienes el padre más genial de todos ja, ja, ja.

Los pequeños ojos azules se conectaron brevemente con los azabache del adulto, y entonces lo sintieron. Una fuerte cadena se acababa de formar, una que los mantendría unidos como padre e hijo y que solo se rompería si la muerte desidia interceder entre ellos.

-oh, se durmió- Se levantó de la cama y lo puso en brazos de la peli rubí.- Ya está hecho, la cadena de nuestras vidas se ha unido. No puedo esperar para verlo crecer.- Julietta le sonrió y asintió, estaba segura de que conforme fuera creciendo ella se sentiría la madre más afortunada de todas.

Jackson, beso la cabeza de su esposa y salió de la habitación. Ahora mismo se sentía lleno de una gran emoción, tanto que hasta podría gritarlo.

Acaba de ser padre. Definitivamente, la mejor decisión que habían tomado.

-¡JULIÁN! ¿En dónde estás dragoncito? No puedes simplemente dejar a tu fantástico padre atrás- han pasado cinco años, el joven heredero esta con su padre dando un paseo. Este será el día en que extienda sus alas por primera vez.

-Papá ¿Cómo despliego mis alas?- Ojos azules profundos y cálidos preguntan a los color ónix.

-Solo debes pensar en lo libre que quieres ser, nuestras alas muestran la belleza de nuestras almas y los colores dependerán de cada persona- No se tomó la molestia de explicar más, sabía que su pequeño hijo era capaz de entenderlo. Después de todo a sus cinco años era muy inteligente y en ocasiones podía tener algo de sabiduría.- solo relájate, ya veremos lo lindas que serán y volaremos un rato si lo dominas rápido ¿de acuerdo?

-¡si, de acuerdo!- el pequeño peli naranja se acomodó para empezar el proceso.

Julián relajo su postura cerro los ojos y dejó que la tranquilidad lo invadiera, pensó en cómo sería volar y pasar tiempo con su padre en los cielos. Y entonces lo sintió. Un nuevo peso se adiciono a su espalda, no muy pesado, ligero, pero notable.

-¡ohhh! Mira, mira- Se movía en diferentes ángulos para mostrarle al mayor sus pequeñas alas.

-¡guau!, que hermosas- se agacho a la altura del niño y las empezó a examinar. Negras, negras como la noche con surcos de rojo sangre, a la vista y tacto suaves y un poco esponjosas, pero incluso más duras que el acero. Alas que demuestran un claro poder. Julián estaba destinado a poseer un gran poder.

.

.

.

.

.

Continuara.

El Rey Eterno Y Sus demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora