Esa noche Jennie estaba más pendiente de Lisa, la ayudaba a comer aunque ella decía que podía sola, echaba cremas a sus heridas y colocaba los parches para evitar infecciones.
Había mantenido a Lisa todo el día recostada, aunque sí era muy doloroso para ella. No tenía fracturas ni ninguna lesión grave, pero los golpes sí estaban siendo muy dolorosos, por eso Jennie le pedía no moverse demasiado.
_Vamos a la habitación, necesitas dormir - Jennie se puso de pie, pero Lisa no se levantó, solo miraba la tele.
_Hoy dormiré aquí - pronunció sin quitar la mirada de la pantalla - es mejor, puedes tocar mis heridas.
Jennie asintió comprensiva, dejó un corto beso sobre su frente y se fue a su habitación. Las luces de la sala estaban apagadas y solo la luz de la televisión daba cierta iluminación. La figura de Lisa estaba siendo observada a sus espaldas, escondida entre la oscuridad. La pelinegra sintió algo raro y se apoyó en su codo sano y observó detrás del sillón, no había nada.
Jennie terminaba de colocarse su pijama y se acercó a la mesita de noche para cargar su celular. Cuando le dió la espalda para subirse a la cama, el cuadro de Lisa cayó al suelo, logrando asustarla por un momento.
Algo extrañada, vió la foto de Lisa en el suelo y se inclinó a recogerlo, parece que el cable del cargador se había enredado en su pie e hizo que la foto cayera por el movimiento.
***
Solo cuatro días después, Lisa volvía a intentar tomar otra entrevista, se había levantado temprano y había tomado el bus al haber perdido el auto. Fue la primera en llegar y para buena suerte de Lisa, aquella empresaria había sabido de su accidente y como ayuda le otorgó el trabajo de diseño.
Lisa salía de esa empresa más que felíz, iba festejando en silencio cuando en giro chocó accidentalmente con una mujer. Lisa se disculpó de inmediato pero por un momento su mirada recorrió el cuerpo de aquella chica, era alguien muy atractiva.
_No se preocupe - respondió la mujer, estando a punto de retirarse.
_¿la puedo invitar a tomar un café? - pronunció rápidamente antes de que se retire.
La mujer pareció pensativa, pero al sonreír le dió la respuesta que Lisa estaba esperando.
Cuando ambas ingresaron caminaron rumbo a la cafetería más cercana, las luces de la entrada de la empresa comenzaron a parpadear. El seguridad retrocedió con extrañeza y se cubrió rápidamente cuando estos explotaron.
***
Jennie regresó a casa demasiado cansada, ser mesera era muy estresante, le tocó atender a una familia muy faltosa que exigía ser tratados como si fueran unos reyes, algo estúpido cuando habían llegado de los últimos en el restaurante.
Cuando se sentó en el sillón, Lisa ingresó a casa, esto le pareció algo curioso para Jennie, eran las once de la noche.
_¿conseguiste el trabajo? - Jennie preguntó con una sonrisa cansada.
_Sí - se quitaba el saco - ¿compraste algo para comer? - se dirigía a la cocina.
_¿en serio conseguiste ese trabajo? - Jennie se acercó a ella, abrazando con emoción a la pelinegra.
_¡Jennie! - Lisa la empujó lejos de ella, dejando extrañada a la castaña - ¿Puedes tener más cuidado? El brazo aún me duele - Lisa observó su brazo, apretaba los gestos por el dolor.
