Perenne

Capítulo 4

Fue encontrada por un soldado que la escoltó hasta el canal donde los barcos estaban subiendo a la gente, perturbada caminaba de manera lenta, su mente aún estaba en su hermano siendo sujetado por el titán, solo para salvarla, de qué servía si la única familia que le quedaba ya no estaba, todo fue su culpa, lágrimas siguieron cayendo de sus mejillas, no hubo sonido alguno de su parte, su mano fue repentinamente jalada, la cabellera rubia que bien conocía fue lo primero que vieron sus ojos, Armin la sujetaba con fuerza sin dejar de temblar, pronto fueron abordando el barco escapando cual cobardes de un final venidero.

–Aisha ¿Estás bien? –preguntó apretando su mano tratando de llamar su atención sin lograr que alguna palabra saliera de su boca.

–Está bien Armin dejala descansar un poco –el abuelo de Armin los sentó a su lado dejándoles un espacio para que descansaran.

La niña se soltó y se recargo haciéndose bolita, las lágrimas no cesaron en ningún momento, no se sentía con fuerzas para seguir, si una roca la hubiese aplastado sería mil veces mejor que vivir con el dolor de saber que no quedaba nadie de su familia, no más tardes llenas de risas, no más mimos de parte de Rhea y aunque Martha se hiciera la dura, siempre le daba un postrecillo extra a escondidas y eso no era lo mejor, sino que todos los niños lo sabían, sabían que había un postrecillo extra para ella y sus hermanos solo reían divertidos dándole incluso alguno de parte de ellos, no tendría más regaños de Sigmund o tardes de lectura con él, debió disfrutar de la sobreprotección que le daba, porque nunca volvería a ser cuidada de esa manera.

–Armin siéntate –le pidió su abuelo al inquieto chiquillo, se paró mirando por la borda impaciente, no había visto a Mikasa y a Eren

–Pero Eren y Mikasa aún no...oh ahí están –dijo con alegría a punto de saludarlos cuando vio sus rostros lúgubres, su mano bajó lentamente sin saber qué hacer –Eren...

–Dejalos tranquilos por ahora, pobres, debió haber sido aterrador.

Gracias a que Hannes los acompañaba, los hermanos subieron sin mucho problema al barco, ignorando que del otro lado de la muralla las cosas no se veían mejor, cada vez perdían más vidas, los soldados impotentes no podían hacer otra cosa que dar lo mejor de sus entrenamientos.

Ruegos y llantos era lo poco que Eren oía con claridad, su madre fue devorada, justo en su cara, sin poder hacer nada, era débil, tan débil que solo pudo observar cómo desaparecía entre las fauces de aquel monstruo.

El puente del barco fue recogido, no podían llevar a más gente, el miedo se sembró en los ciudadanos, las madres rogaban por al menos los niños abordaran el barco, abrumados saltaron buscando treparse al barco que ya zarpaba buscando salvar sus vidas del infierno que estaba del otro lado.

Los cañones sonaban sin cesar, al no ser exactos era difícil terminar con los titanes que poco a poco avanzaban hasta la puerta interior de la muralla María.

En la paranoia, desilusión y terror los temblores volvieron a sacudir la tierra, apoyándose en la baranda Aisha vío el momento exacto en el que un titan con algún tipo de armadura rompió la puerta de la muralla María, grande e imponente, un titán diferente a los demás, pero igual de cruel, fijó su mirada en aquella bestia, se quejó cayendo de rodillas, una tercia parte del territorio de la humanidad fue perdido e invadido por titanes, Aisha se perdió en recuerdos y recuerdos que no volverían.

"Se acabó, nunca podré volver a casa"

Eren recordó a su dulce madre preparando la comida, al final solo peleó con ella, se recrimino por su terquedad y su estupidez, ya no volvería, un ¿Por qué? estaba flotando es su cabeza

"Porque no eras suficientemente fuerte" recordó las palabras de Hannes al ser salvados del titán.

"Porque yo...Porque los humanos somos débiles " lloro impotente "¿Lo único que podemos hacer es llorar?" su lágrima cayó en sus manos heridas, su puño se cerró, su mirada se volvió llena de ira, con una extraña determinación que brillo en un peligroso brillo, se paró directo a la barandilla del barco, Mikasa lo observó extrañada llamándolo para ser ignorada, Armin intentó lo mismo sujetándolo, con brusquedad Eren se soltó del agarre de su mejor amigo no tenía el tiempo para ellos.