Capitulo Nueve

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Layna

Brian entro a la habitación lentamente, llevando una bandeja en sus manos.

-Es hora de comer otra vez. -dijo y me gire despacio para mirarlo.

Esta era la tercera vez que había entrado a alimentarme, y asumí que había pasado un día desde mi última prueba.

Se sentó en la esquina pero no me moví, así que Brian puso la charola en el piso, me levanto y me apoyo en la almohada. Luego coloco la bandeja en mi regazo esperando a que comiera. No lo hice.

En su lugar, me desplome en la almohada cerrando los ojos. Hasta el momento el plan estaba yendo perfectamente.

-Tienes que comer. -dijo Brian

-No creo que pueda retenerlo. -susurre, feliz de que mi voz sonara ronca.

-¿Por qué está pasando esto? ¿Estás enferma? -pregunto suavemente, y yo gemí en respuesta- ¡Papi, algo está mal! ¿Por qué esta así? ¡Dijiste que no se enfermería! -abrí un poco los ojos y vi a Brian retorcerse como si hubiera sido golpeado.

Era mi oportunidad. Agarre el trozo de madera que había quitado de la cama y escondo debajo de la almohada, la clave en su cuello y corrí.

Lo escuche gritar pero no me detuve. Corrí por la puerta principal y por el camino de la entrada. Esta vez escaparía; él no podía detener.

Cuando pase el bosque y llegue a la carretera, corrí por el medio esperando que alguien llegara y me ayudara. De repente, unas luces aparecieron delante de mi a corrí a ellas. Esta era la oportunidad para salir de este lugar.

Agite las manos para que se detuvieran, pero no lo hicieron. Siguieron y sentí el auto atropellándome. Volé hacia atrás y me estrelle contra el asfalto.

Lo último que escuche fueron los chirridos de unos neumáticos y pasos corriendo antes de desmallare.

Derek

Las palabras que me dijo Steve no me hicieron renunciar a la esperanza; de hecho, ocurrió lo contrario. Me hicieron estar más determinado en hacerles ver que era Brian. Steve quería que me fuera, pero no iba a hacerlo de nuevo. Lo hice una vez y miren en donde estaba ahora. No, me quedaría y mantendría la mi promesa a Layna. La iba a encontrar y traerla a casa. Solo así me podría ir.

Pero era difícil mantener la esperanza mientras me aleja de la casa de los Sloan. Esta era la tercera casa que visitaba hoy, y ninguna de las familias de las víctimas había querido hablar conmigo. Tan pronto como mencionaba a sus hijas, me cerraban la puerta en la cara.

¿Cómo se supone que iba a averiguar si conocían a Brian si seguían ignorándome?

Suspire y conduje a la casa en la que vivía Sarah Tahir. Su familia era la única esperanza que tenía y rece que me escucharan.

Según la información que pedí "prestada" de la oficina del detective Greene, Sarah solo tenía a su mamá; su padre falleció cuando ella era un bebe.

Mientras me ponía enfrente del pequeño bungaló, tome una profunda respiración. Esto iba a funcionar. Tiene que funcionar.

Toque a la puerta de madera y me arregle la corbata. Desde que quise que las familias me hablaran, decidí que debería usar algo profesional, por eso la corbata.

La puerta se abrió lentamente y la Sra. Tahir me miro.

-Mire, no estoy comprando lo que sea que este vendiendo, así que no pierda su tiempo. -y luego me cerró la puerta en la cara.

The Test [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora