Estaba tan correcto

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Norman era un hombre común, tenía un trabajo, una casa, una hermana que había viajado a otra universidad fuera del país y un padre.

Muy común.

Si bien sus enseñanzas desde muy pequeño fueron "No te inclines ante alguien de bajo nivel" sus pensamientos siempre fueron hacia otro lado. Y comenzó cuando encontró a un tierno pajarito...siendo devorado por alguien mucho más fuerte. El disgusto comenzó ahí.

Su infancia no fue normal, sabía que el mismo no fue hecho para serlo, pero quería integrarse y ser parte de lo que las personas llaman "normal".

Había sido criado para detestar a las personas de bajo nivel, de hacerlas someterse en contra de su propia voluntad. Un alfa. Pero Norman no quería eso. Pensaba que si era un alfa debía respetar a su pareja, porque gracias a él o a ella tendría una descendencia. O que por lo menos esté a su lado siempre, no importando los hijos.

Siempre se preguntó que haría cuando encontrara a su pareja destinada. Por eso espero, y siguió esperando. Tenía a muchas omegas detrás de él, su padre le inculcó que debía de tener a todos a sus pies y eso fue lo que aparentó, regularmente su padre lo consideró un muy buen alfa y lo dejó en paz.

Con dieciocho años, pudo salir de aquella casa libremente. Pero estaba Emma, que siendo alfa, y una muy testaruda, ponía en juego la paciencia del viejo alfa, que no afectandole mucho, la dejó ser. Y Norman sintió algo resolverse en su estómago ante eso.
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— Tu...en verdad no estudias por aqui, ¿verdad? — Preguntó Ray, admirando como el alfa sonreía más de lo normal ante eso. — Lo sabía.

— No pienses mal de mi, simplemente me tienes preocupado, lo de la última ve-

— Shh! ¿Qué quieres? ¿Qué nos oigan? Esta es mi universidad, cualquier maldito te puede escuchar. — Silencio con el ceño fruncido.

— Lo siento.

— Bueno. Pero no quiero que estés husmeando por aquí, si alguien te ve claramente llamaras la atención.

— ¿Por qué lo dices?

Ray lo miró con signos de querer golpearlo, pero se contuvo, habia salido de su departamento al fin, y no quería alborotar más sus ánimos. Era muy evidente que Norman llamaba mucho la atención. Era muy alto, con una contextura muy buena, un rostro suave pero firme, su cabello nívea era muy llamativo y sus ojos...

Hum

— Eres muy llamativo simplemente. Hasta luego.

Norman asintió viendo a Ray marcharse con un ligero aroma a vergüenza. Lo que le hizo sonreír de inmediato.

Para cuando vio desaparecer al menor entre la multitud pudo regresar tranquilamente a su casa. Siempre con una singular sonrisa en sus labios.

Entrando en la residencia de su padre saludó al mayordomo y a demás empleados que se encontraba por el camino.

Una inmensa puerta de madera con retoques finos estaba frente a él. Tocó suavemente dos veces y esperó...

"Adelante" se escuchó desde dentro.

Al entrar el estudio de su padre estaba pulcro y sin arrugas, era como cualquiera pudiera imaginar, con estantes grandes que llegaban hasta lo alto de la habitación, libros por montón y un escritorio cómodo, en el cual había una taza humeante de café.

Un hombre mucho mayor de cabellos albinos lo saludó con la mirada esperando por lo que diría el menor.

Norman se inclinó por unos segundos para decir. — Buenas tardes padre, ¿cómo a estado?

𝗘𝗰𝗹𝗶𝗽𝘀𝗲 𝗢𝗳 𝗟𝗼𝘃𝗲 爱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora